Código #20

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La habitación era totalmente blanca, desde el suelo hasta las paredes y las cortinas, tan claro y tan impoluto que la luz del sol parecía solo magnificar el brillo de toda la estancia. Si no fuera totalmente consciente, quizás pensaría que se encontraba en un hospital psiquiátrico (aunque sí que ya le habían dicho mil veces que mal no le haría visitar un lugar de esos).

Se levantó de la cama y sintió el frío del suelo bajo sus pies, al mismo tiempo que un cosquilleo molesto le recorría la piel. La cama estaba vacía, pero era evidente que alguien había ocupado el otro lado y la sola idea lo hizo sentir mejor. Lo más probable era que aquel fuera un buen momento para sonreír, pero no estaba seguro de cómo.

Caminó despacio hasta el armario que compartían y se vistió con una camisa blanca, dejando que descanse libre sobre su torso desnudo y no se molestó en cambiarse los pantalones que llevaba desde la noche anterior.

Tras abotonar casi completamente la prenda, aún descalzo, Seokjin salió al corredor.

Era largo, pero no infinito, con puertas a un lado y otro, pero su final destino era el salón principal, de donde provenían ruidos de vida y compañía.

La luz del sol hizo evidente la hora, probablemente entre las nueve y diez de la mañana, algo tarde para él pero temprano para los demás. Las puertas de vidrio de la veranda que daba al mar estaban abiertas y las cortinas que solían cubrirlas bailaban libremente con la brisa.

Desde la cocina, escuchó a Hoseok y Yoongi riendo mientras preparaban el desayuno y fijó su mirada en Jimin y Taehyung solo por un instante, ambos dormidos y acurrados junto al otro sobre la alfombra de la sala. El hermanito de Namjoon lucía más fuerte.

El sol de la mañana iluminaba la expresión meditabunda de Namjoon, que dejaba que sus pies descalzos como los suyos colgaran de la veranda en lo que contemplaba el océano como si en él pudiera ver cosas invisibles para los otros. Desde que habían huido a Busan, el hacker se había comportado de forma bastante peculiar, pero eso no era necesariamente algo malo.

Jungkook pasó trotando junto a la orilla y los saludó con la mano; por la manera en la que Kim sonrió no fue difícil para él llegar a la conclusión de que ese intercambio se había dado ya un par de veces en los minutos pasados.

Se preguntó, un poco preocupado, si el muchacho no estaría agobiándose un poco por el calor. En aquel momento llevaba puesta una camisa negra que muy probablemente absorbía los rayos del sol del verano que estaba a punto de terminar, pero no por eso era menos terrible. Su cabello casi rubio mantequilla contrastaba a la perfección con su color de piel y aunque no tenía ninguna expresión especial en el rostro, un pequeño rastro de sus hoyuelos era visible.

Las voces en la cocina aumentaron en volumen y entendió que si no se alejaba lo suficiente, terminaría en medio del fuego cruzado de la pareja; lo último que necesitaba era que le llenaran el cabello de harina o algo peor. Si iban a jugar con la comida, que lo hicieran solo entre ellos. Sin pensárselo un minuto más, Seokjin avanzó a su encuentro y se dejó caer a su lado sobre el suelo de madera.

Los talones de él casi rozaban la arena blanca debido a la longitud de sus piernas, sin embargo las suyas no lo conseguían. Tenían casi la misma altura, pero las proporciones de Namjoon lo favorecían en muchos sentidos.

Él no dijo nada, solo le sonrió. Cuando Namjoon sonreía, siempre pensaba en dos cosas; la primera, que deseaba que siempre pudiera sonreír con tanta felicidad como en aquel momento y la segunda, que sería bonito poder responderle con un gesto igual. Pero Namjoon lo entendía y nunca se quejaba, lo esperaba con la paciencia de quien no cree en el tiempo.

El menor recostó la cabeza contra su hombro y haciendo lo primero que el instinto le susurró, Seokjin buscó su mano y la tomó, enredando sus dedos con los de él. Cuando los sentimientos afloraban en su pecho los recuerdos de la tortura le provocaban un dolor físico que venía de todas partes, así como de ninguna, pero en vez de huir, prefería sentir aquel dolor hasta que eventualmente desapareciera.

Binary Code || JinNamWhere stories live. Discover now