Binary Code || JinNam

[EXTRA #3] Primeras experiencias

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Desde que Taehyung fue de vacaciones a Busan junto a Jimin y Seokjin salió a un viaje de negocios casi un mes atrás, el apartamento se había convertido en el lugar más silencioso y aburrido del mundo. Con suerte conseguía traer a Jungkook para pasar la tarde con él, aunque obviamente el agente estaba demasiado ocupado evitando disparos y cosas así.

Lo peor de todo era que estaba en exceso preocupado por Seokjin; el mayor le había asegurado que no iría a hacer algo peligroso, pues ya había dejado esa vida atrás, pero solo saber que estaría cerca de Noir o su padre lo ponía nervioso. Eso sin contar que llevaba ya cinco días sin llamarlo o responder a sus mensajes.

Si en dos días no daba señales de vida, le pediría al resto del grupo que fuera a buscarlo o ¿Por qué no? Lo haría él mismo.

Era un sábado por la noche, ya pasadas las once, y estaba sentado solo en la oscuridad de la sala viendo una película, cuando la puerta principal se abrió sin previo aviso. Casi dos años atrás quizás hubiera saltado de su lugar para ponerse en alerta o hubiera corrido a buscar algún arma que su novio tenía escondida por ahí, pero en cambio solo levantó la mirada.

Quizás para su propio pesar, ya había dejado de tener tanto miedo hace mucho.

—Soy solo yo —avisó Seokjin adentrándose por el pasillo de la entrada con una bolsa de viaje al hombro—. ¿Y Taehyung?

—De vacaciones con Jimin —Namjoon se estiró un poco y lo observó. En la oscuridad era difícil distinguir sus rasgos—. ¿Ya cenaste? ¿Estás cansado?

—Mataría por algo de helado, ¿No tenemos? —inquirió. Cuando Namjoon asintió con la cabeza, el mayor soltó un sonidito de satisfacción—. Genial, iré a cambiarme a algo más cómodo y vuelvo. No te muevas.

No le hubiera molestado para nada ayudarle a quitarse ese bonito traje a medida que llevaba, pero seguramente Jin estaba agotado por el viaje y no necesitaba a Namjoon encima de él buscando su atención. Además estaba tan contento de verlo que quería aprovechar para hablarle y preguntarle cómo le había ido; lo demás ya vendría luego.

Al cabo de unos minutos, Seokjin apareció de nuevo en ropa interior y una camiseta ancha de color negro, pero antes de detenerse junto a él fue al refrigerador a buscar el helado que tanto deseaba. Con eso en manos, el antes agente regresó a la sala y en vez de sentarse en cualquier parte libre del sofá, decidió dejarse caer en el regazo de Namjoon al mismo tiempo que metía una cucharada de helado de chocolate en su boca.

Ahora más contento por tenerlo pegado a él, Namjoon los cubrió a ambos con la manta que tenía cerca y lo envolvió con sus brazos. Seokjin olía a shampoo de hotel y a jabón, pero aquel aroma tan común parecía mil veces más agradable solo por venir de él.

—Te extrañé, ¿Sabes? —murmuró Seokjin tras tragar algo más del helado—. Estar entre todos esos militares nunca fue tan aburrido y fastidioso. Nunca más me dejes ir a una de esas cosas.

—¿Qué fuiste a hacer, de todas formas?

El mayor rodó los ojos como si la pregunta ya lo pusiera de malhumor y bajó el helado en la mesita frente a ellos para luego cubrirse el rostro con las manos.

—Me necesitaban para discutir información que recopilé y formular un plan para atrapar a un político hijo de puta —confesó frotándose la cara—. Podría haberles dicho todo por teléfono pero no, ellos querían tenerme allí en persona.

—Pero ya no tendrás que ir, ¿No?

—Nop. Les dejé bien en claro que ya no aceptaré algo como eso de nuevo y que si intentan obligarme, tendremos problemas.