Código #16

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Estaba a punto de saltar la verja que rodeaba el patio de la mansión cuando por fin fue consciente de que su teléfono vibraba en el bolsillo de sus pantalones. Pensó en no responder, pero algo en su interior lo obligó a tomar el aparato y observar la pantalla: Jimin lo estaba llamando. Quizás no era el mejor momento, pero contestó sin pensarlo un segundo más.

—Jimin, estoy un poco ocupado, ¿Qué pasa? —para no perder tiempo, Namjoon colocó el teléfono en altavoz en el pasto al otro lado de la reja y empezó a escalar como pudo. No era atlético, pero algo de infiltración sabía.

—Es Taehyung, él-

Decir que Jimin sonaba destrozado era quedarse corto.

—Ya lo sé. Estoy en eso. Pero necesito que me hagas un favor —pidió Namjoon dando un último esfuerzo en los brazos para levantar su cuerpo sobre la reja y luego saltar al otro lado.

Tomó el teléfono en su mano libre y con la otra apuntó la pistola a su alrededor mientras confirmaba que no había ningún guardia de seguridad en el patio; evidentemente todos habían abandonado sus posiciones para servir de refuerzos a los que estaban siendo desechos por 097 y 094. Eso quería decir que dentro había ahora ocho guardias extras.

—Sí, sí, lo que sea, ¿Qué necesitas? —preguntó el enfermero hablando rápido en medio de su desesperación. Casi podía verlo temblar frente a él.

—Voy a mandarte una dirección y necesito que vayas allí cuanto antes. Tienes que llevar contigo todas las cosas que sean necesarias para atender a mi hermano —instruyó el mayor corriendo hacia la entrada. La puerta principal estaba abierta y no había nadie en el salón—. Si no te veo allí en cuarenta minutos, tienes que llamar a la policía y mandarlos a otra dirección que voy a darte, ¿Está todo claro?

—Sí, entendido.

—Bien, gracias.

Tras colgar, Namjoon mandó ambas direcciones al enfermero teniendo la delicadeza de especificar cuál era cual y una vez respiró hondo intentando calmar el miedo que le recorría por las venas, entró a la mansión pobremente iluminada y recorrió el trayecto hasta el pasillo y escaleras arriba hasta el segundo piso.

Cuando llegó, solo quedaban unos pocos guardias de pie.

Hoseok y Jungkook, sudados y ensangrentados en partes distintas del cuerpo, habían logrado reducirlos a casi todos y los pocos que quedaban no parecían en una pieza. Por el rabillo del ojo, 097 lo vio acercarse y como si esa fuera su señal, salió de su escondite detrás de la pared de la esquina del pasillo y corrió hacia los guardias con el fusil colgándole sobre la espalda.

Un poco asustado por lo repentino pero entendiendo al instante, Namjoon tomó su posición anterior e intentó ayudar a Hoseok a cubrir al menor mientras avanzaba y dejaba inconscientes a los tres mastodontes que quedaban.

Los disparos surcaban el aire y como mucho rozaban a los guardias, pero el objetivo no era herirlos, sino distraerlos de Jungkook.

Si su poco conocimiento no le fallaba, Jungkook había usado su entrenamiento en zambo para sacarles ventaja a los hombres más grandes que él. Había saltado, aplicado llaves con las piernas y los brazos, utilizado el propio peso y los ataques de los guardias en su contra y al final, había conseguido derribarlos como si no fuera nada.

094 sonreía orgulloso.

—Odio el zambo. Soy un hombre más de kung-fu —comentó el de cabello naranja acercándose a Jungkook y poniéndole una mano en la nuca—. ¿Estás bien, 097?

—Uno de ellos me torció la mano derecha —afirmó Jungkook levantando el brazo en cuestión e inspeccionándolo—. Supongo que mi récord sin heridas se ha ido a la mierda.

Binary Code || JinNamWhere stories live. Discover now