Código #5

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Despertó como siempre a las cinco de la mañana, horario en el que normalmente iba al café para prepararlo todo antes de que los primeros clientes de la mañana pasaran a comprar café para empezar el día. Era durante las primeras horas del día que el café recibía más clientes y por ende, ingresos, por lo que siempre era importante llegar a tiempo y tenerlo todo listo para cuando comenzaran a llegar los zombies.

Sin embargo, ahora que la fiebre había bajado y que no sentía la cabeza embotada por la gripe, Seokjin no necesitó mucho para darse cuenta de que no podría ir al café a trabajar ni aunque quisiera. Enfermo como estaba era mejor quedarse en casa, si llegaba a contagiar a alguien o lo pillaban violando las normas de sanidad se metería en muchos líos y prefería evitarlo.

—¿Jungkookie? Ah, sí, buen día... —saludó sentándose en la cama y frotándose los ojos. Los sentía resecos y le molestaba dejarlos abiertos—. No creo que sea correcto que vaya hoy a trabajar. Tendrás que pedirle a Hoseok que me reemplace.

El menor como siempre no se contuvo de hacerle algunas bromas y molestarlo, pero al final se puso serio y asintió ante sus palabras, tan obediente como siempre. Ese chico era, con sus veinte años, la criatura más eficaz y energética que había conocido nunca, llevaba ya nueve años de conocerlo y con cada año que pasaba esto parecía aumentar.

Sin importar todo por lo que habían pasado o las normas, la verdad era que le tenía muchísimo cariño. Lo había criado desde sus once años y para él siempre sería su hermano menor, incluso si cada vez desarrollaba más masa muscular que él.

—Gracias, Jungkook. Te debo una.

Tras colgar, Jin se tomó su tiempo antes de levantarse de la cama, esperando a que pudiera abrir los ojos sin sentirlos llenos de arena. Observó que junto a la mesita de luz había una cubeta con agua y por un segundo no pudo comprender cómo había llegado eso allí. Seguramente lo había llenado la noche anterior mientras estaba tan perdido por la fiebre para hacer algo coherente.

Se aseó rápidamente y decidió que lo mejor sería tomarse un café y buscar la forma de aprovechar su tiempo libre; no podría irse a dormir de nuevo debido a la costumbre y mucho menos cuando había dormido demasiado. Ni siquiera recordaba haber cenado.

Como aún estaba oscuro afuera, no pudo evitar asustarse cuando se acercó a la sala y vio a alguien durmiendo en el sofá; el individuo era tan alto que tenía que recoger las piernas para poder dormir con comodidad. Nada lo cubría y estaba completamente vestido, excepto por los zapatos.

Casi sin darse cuenta, su mano buscó algo en su cinturón que no estaba ahí.

Entonces la persona se giró en sueños y finalmente pudo distinguir de quién se trataba, lo que no hizo más que hacerlo suspirar y mandarse una mano a la frente. Ahora lo recordaba, Namjoon lo había traído a casa cuando lo encontró al borde del colapso junto a la cafetería. No estaba seguro de por qué seguía en su apartamento, pero supuso que no lo averiguaría hasta que despierte.

No era tan inhumano para despertarlo a esa hora, así que fue a buscar una manta y lo cubrió con ella, para luego prepararse un café y dirigirse a su habitación para leer un libro. Si bien sabía que era totalmente capaz de levantar al muchacho en sus brazos para llevárselo a la cama, prefería evitar despertarlo por el momento.

Se preguntó un poco preocupado qué pensaría Jungkook si se enterara de que accidentalmente había traído a alguien a casa.

Sin embargo a fin de cuentas solo se trataba de Namjoon, el torpe chico que visitaba el café y adoraba a su hermanito menor que por algún motivo estaba en el hospital más de lo que estaba fuera de éste. Namjoon era un buen chico, Seokjin sabía identificar a las malas personas con la mirada y él nunca le había dado aquella vibra.

Binary Code || JinNamWhere stories live. Discover now