Código #1

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La hora del almuerzo siempre era la más tediosa, pero aún así era sin dudas su momento favorito del día.

Todo el mundo iba y venía apresurado, intentando balancear lo que traían en las manos mientras esquivaban a medio mundo logrando, de alguna forma, no tirar nada al suelo. Él había intentado hacer lo mismo una vez, pero desde que derramó una bandeja entera de comida sobre alguien, ya no le daban permiso de hacerlo.

No estaba particularmente hambriento, pero incluso así solía meterse distraídamente algo de pasta en la boca mientras trabajaba en su laptop sentado a la mesa del cuarto y sin fijarse en nada que no fuera su pantalla.

Frente a él tenía fotos, información y perfiles en redes sociales del tal Kim Seokjin.

—Hyung, ¿Puedes dejar eso? —se quejó una voz a su lado. Namjoon levantó la mirada—. Se suponía que almorzaríamos juntos.

Sonrió un poco avergonzado. Cuando se enfrascaba en su trabajo siempre pasaban estas cosas, incluso cuando se prometía tomarse las cosas con calma nunca podía hacerlo, lo cual sacaba a medio mundo de quicio.

Cerró la laptop con cuidado y recogió su plato con una mano, usando la otra para arrastrar su silla hasta la cama de su hermano menor; Kim Taehyung no se parecía en nada a él. Tenía los ojos grandes aunque del mismo tono café, el cabello suave y fino castaño claro, un rostro casi simétrico y una nariz envidiable. A las chicas le parecía un modelo o algo así.

Sin embargo cuando te fijabas mejor notabas que su belleza no hacía más que disfrazar la verdad: piel pálida y reseca, ojeras profundas y un característico chillido bajo cada vez que respiraba. Normalmente eso se reducía con el respirador que utilizaba, pero cuando bajaba la temperatura era inevitable.

—Lo siento, Taehyungie. —dijo el mayor sentándose a su lado. El rostro de su hermano se iluminó al instante cuando finalmente Namjoon le prestó atención—. Tengo un trabajo nuevo y estoy encargándome de los detalles.

—No es nada peligroso, ¿Verdad? —inquirió Taehyung ubicando uno de los tubos del respirador tras su oreja—. Prometiste que ya no harías locuras.

Suspiró. Ninguno de los dos parecía ser capaz de olvidar aquella ocasión en la que el menor había tenido una recaída al mismo tiempo que Namjoon era llevado a la comisaría por ser hallado hackeando una computadora del estado. Era un día que aún traía pesadillas al mayor. Había defraudado a su hermano en su peor momento.

—No, solo una señorita enojada con su ex novio.

—Bueno, mejor así. Ya no te metas en problemas.

—No lo haré. Ahora come tu almuerzo, las enfermeras me contaron que andas rechazando la comida. —señaló volviendo a comer él también. Taehyung levantó un gran bocado de comida y se lo metió en la boca—. No hagas que me preocupe, por favor.

—Nunca haría nada para defraudarte. Hyung trabaja demasiado para cuidar de mí, es sólo que últimamente no tengo mucho apetito.

—¿Quieres que venga a comer contigo más seguido? —preguntó Namjoon levantando un pie contra la cama. Si alguna enfermera lo veía seguro lo regañaba por horas.

La sonrisa cuadrada de su hermano menor nunca fallaba en hacerlo sonreír también; es que animar a Taehyung era tan sencillo como eso, ofrecerle un poco de compañía o de tiempo. Para alguien como él que llevaba toda una vida en un hospital algo así era mucho, mucho más considerando lo poco que se veían por lo ocupado que Namjoon solía estar.

Le hubiera encantado que ambos tuvieran situaciones distintas, pero el mundo era así.

—¿No te molesta, Namjoon? ¿Podrías venir a estar conmigo? —es que Nam casi podía ver a Taehyung moviendo la cola como un cachorro por la emoción.

Binary Code || JinNamWhere stories live. Discover now