22.¿Se término?

1.4K 180 77
                                    

Abrí mis ojos, parpadee un par de veces antes de estar completamente despierto. Mis ojos vagaron por la puerta y ventanas, viéndolas de cabeza. E inconscientemente una sonrisa se formó en mis labios al recordar lo sucedido anoche. Gire mi rostro para encontrarme con JB aún dormido. Me senté en las cobijas mi espalda baja dolió pero no fue suficiente, gateo hasta donde se encuentra mi ropa, y agradezco haberla metido  cuando salimos del agua. Me visto para después pararme, camino de puntas hasta la puerta, la abro y salgo. El sol de la mañana baña todo la arena y el agua parece más cristalina que ayer.

Me paseo por la orilla pateando el agua. La inevitable sonrisa esta tatuada en mi cara. La suave corriente de viento mueve mi cabello. Después de un rato de pasearme por el agua, giro y puedo ver a JB a lo lejos, que esta parado afuera de la choza sin camisa. Alzo mi mano y la agitó en su dirección para que me note.

Él me ve, y simplemente me hace señas de que regrese para después dar media vuelta y volver a entrar a la choza. Me apresuro para llegar y cuando entró, noto que esta empezando a levantar las cosas.

Sinceramente pensé que nos quedaríamos más tiempo.

—¿Nos vamos?.–preguntó

—Si, ponte tus zapatos.–Me dirigió donde he dejado mis zapatillas, para ponermelas.

Rápidamente JB toma su camisa, la cuelga en su hombro, se dobla para tomar sus zapatos y sale de la choza. ¿Por qué tanta prisa? Término de colocarme mis zapatillas para salir corriendo detrás de JB.

Ya esta arriba de su auto para cuando yo llegó, me subo y cierro. Pone el auto en reversa. Que lo haga todo tan a prisa me pone nervioso. No entiendo que sucede.

—¿Tienes prisa?.–preguntó lo obvio.

—No.

Oh. Es todo lo que mi mente puede procesar.

Hacemos el viaje de regreso a la fraternidad, mi celular marca las diez con veinte minutos de la mañana. Volvemos a cruzar media ciudad, para cuando llegamos ya estamos de regresó al camino de terraseria. Se desvía para estacionar el auto detrás de la casa.

—Baja.

¿Por qué ahora está tan distante? ¿Hice algo mal? ¿Sera por lo de anoche? ¿No le gusto...? Claro a quién podría gustarle tener sexo con un chiquillo inexperto.

Si decir nada a contra bajo del auto como ordena y le piso los talones al seguirlo. Subimos los peldaños, empuja la puerta para abrirla e inmediatamente todos voltean a vernos. JB camina hasta una silla y se desparrama de ella.

—Busca tus cosas, y regresa a casa.

Arqueó ambas cejas y giro, para ver sobre mi hombro, el corazón comienza a palpitarme descontrolado. ¿Me esta hablando a mí?

—¿Qué?

—Lo que oíste, ve por tus cosas y regresa a casa, no te quiero aquí.

Varias palabras se aglomeran en mi boca pero no soy capaz de decirlas. Mi garganta se cierra y es casi imposible respirar, todos allí me están viendo.

—Pero...tú, dijiste.

—Se lo que dije.–sus ojos se cierran con pesadez para después abrirlos y juntar su mirada con la mía. —Pero sólo tenia un propósito. Y ya lo cumplí ¿si? Ya no te humilles.

—¿Es broma?.–preguntó incrédulo aunque sé que sus palabras contienen sólo verdad me aferro a la idea de que es un mala broma. Sólo eso una mala broma.

—¿Quieres que sea directo contigo? Bien, quería cogerte, es todo, quería que abrieras las piernas para mí. Lo conseguí ahora ya no te necesitó. –se encoje de hombros. —Fue una distracción.

Las palabras me golpean una y otra vez.

Una distracción,
Solo un juego mark. Nunca te tome enserio.

La punzada en el pecho es dolorosa,  las palabras de mi ex en mi adolescencia retumban en mi cabeza. Mis oídos zumban y mi corazón parece salirse de mi pecho. Desvío la mirada, todos me están viendo, todos me observan ¿ellos sabían de esto? Claro que sabían, son sus amigos y ellos...sabían todo. Rápidamente regreso mi vista a JB. La humillación me envuelve, la imagen de ambos teniendo sexo hace unas horas se pasea por mi mente sólo para crear más dolor. Le entregué la primera vez a un tipo que no tenía ni el más mínimo interés en mí y yo no pude verlo. Soy patético.

—No quiero seguir viéndote, por favor recoge tus cosas y vete.

¿Por qué se abrió conmigo de tal manera, si iba a terminar de este modo?

Giro y entro a la habitación, donde la cierro de un portazo. Recojo ambas mochilas, echando en ella lo que he dejado afuera. Trato de no tardar mucho, pues no quiero seguir parado en esta casa. Salgo y sin más me dirigió a la puerta principal pasando de largo por la vista de todos.

—¡Mark!

Me giro al escucharlo, pues no hay nada que pueda perder ya.

—Fue una buena noche.–suelta. Sus palabras me causan asco y finalmente me giro para cerrar la puerta.

Camino a pasado rápido por la carretera e regresó. Sacó mi teléfono y marco el número de bambam.

Hola, amigo.

—Por favor, ven por mí.

Habló con calma para no quebrarme, pues las ganas de llorar se apoderan de mí, y no puedo hacerlo, no aquí, necesitó de mi amigo, necesitó del hombro de bambam.
Así que trató de contenerme, aún no.
Sigo caminando hasta llegar a carretera abierta.

Jaebum


—¿Te han dicho que careces de tacto?.

Habló Min, desde el sofá.

—¿Serás el bueno? Tú me ayudaste en eso no vengas ahora con buenas palabras, ¿si?

—¡Al menos deberías ser más comprensivo el niño no pasa los dieciocho!.–reprocha.

—Creo que ya esta bastante grandecito como para afrontar las cosas. Pero, ¿sabes?. No voy a escucharte ni a ti, ni a nadie.

Me levantó de la silla para entrar a mi habitación. Todo esta en orden, pensé que antes de que se fuera haría  rabieta desordenado el espacio, pero supongo que Mark no es de esos.

Es Ilegal [Markbum]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora