Lunes.
El incesante sonido me obliga a abrir los ojos, maldigo internamente a quién sea que este del otro lado de la línea esperando. Aún con los ojos cerrados tomo el aparato y contestó.
—¿Qué?
—¡Bum! ¿Si vendrás?
Gruño por lo bajo al escuchar su voz, que resulta molesta en agonía.
—Jae, no lo sé-
—¡Pero lo dijiste!
—No seas melindroso, acabo de despertar y no estoy para tus quejas. Iré si se me da la gana.
Corto la llamada cabreado. Llevo mis manos hasta mi rostro donde al rozar con mis dedos puedo sentir las cintillas del día de ayer. Las había olvidado por completo, soy incapaz de sentirlas si no las tocó.
•••
Ahora mismo no sé que hago parado afuera del departamento de Jae. Tocó un par de veces y a los segundos soy recibido.
—Que bueno que viniste. Entra.
No espero una invitación a sentarme por lo cual me llevó yo mismo al sofá donde muchas veces me folle a Jae.
—¿Quieres algo de tomar?
—En realidad no.
Jae llega hasta mí, se deja caer a un lado. Recarga su mentón en su mano y su brazo en el respaldar del sofá.
—¿Qué sucede?
—Muchas cosas.
No tengo las ganas suficientes para responder a preguntas que ni yo mismo sé las repuestas. Mis ojos sólo observan el techo del departamento mientras sé que Jae está mirándome de una manera acusadora.
—Estas estresado.–asiento. —¿Quieres que te ayude?
No le doy una repuesta positiva, sin embargo cuando soy capaz de reaccionar siento su ligero cuerpo sobre el mío. Susurra un par de cosas incomprensibles y sus labios se van directo a mi cuello.No se siente igual, ya no es como antes, sus labios sobre mi piel ya no causan aquella sensación que solía provocarme. Ahora es distinto, ni siquiera es cómodo.
Sus labios devoran con hambre los míos, puedo distinguir cuan urgido está, pero esto no es lo que yo quiero, pero aún así, sigo siendo el mismo idiota que no es capaz de tener algo. Y agradezco infinitamente cuando Jae deja de besarme para mirarme confundido.—¿Qué pasa? ¿Por qué no te mueves?.–pregunta con voz preocupada.
—No me siento cómodo.–es todo lo que logró decir.
—¿Qué? ¿Estas...rechazando mi oferta?.–asiento con pena. Él vuelve a mirarme desde arriba y después de un breve silencio añade.—¿Tiene que ver el chico con el que te encontré aquel día?.—asiento por segunda vez, porque no hay nada más que agregar o al menos no estoy listo para hablar de él.
—Nosotros... –su expresión cambia repentinamente. Algo asombrado pues al fin le estoy regresando el diálogo. —Lo nuestro, tú y yo...sería mejor acabarlo.
Su delgado cuerpo por fin abandona el mío y se pone de pie frente a mí, inmediatamente me levantó.
—Sera mejor que me vaya.
Camino hasta la puerta salgo y giró hallándolo parado frente a mí. Él me sonríe y yo sólo puedo apartar la vista.
—Antes de que te vayas.–lleva sus manos hasta la parte trasera de su cuello mientras inclina la cabeza hacia delante. Me tiende en una de sus manos una cadena que inmediatamente la reconozco como mía. —Ten, te la regreso.–la deposita sobre mi mano. Observó la tira de plata como si fuese mágico. —Adiós, Jaebum. —y por fin la puerta se cierra frente a mí.
Adiós, Jaebum
Oficialmente, Jae había terminado conmigo. No había que ser adivino pero si lo suficiente para leer entre lineas. Soy libré y él también. Mi corazón late con furia, puedo escuchar el palpitar en mis oídos, y aunque mi cabeza está llena de pensamientos borrosos, lo único que puedo ver con claridad es a Mark.
No estoy seguro que lo que quiero o pienso pero él está presenté en ello. Y aunque la idea me asusta trató de controlarlo, no quiero admitir que tenían razón. Porque justo ahora tengo miedo de mi mismo.
Estacionó el auto fuera de la fraternidad, me apresuró a salir y correr hasta estar dentro del lugar. Todos los presentes me ven, pero yo sólo trató de buscar a una persona en específico.
—Peniel, ¿Dónde está peniel?.–preguntó observando a cada uno por pequeños intervalos de tiempo.
—Salió desde la mañana. No ha regresado.
Me paso las manos por el cabello. Debe estar con Mark en este momento, si sabe que mi juego término, él jugará también y lo tenía muy claro. Me lo había dicho pero en ese entonces no le di importancia, suspiro con cansancio. Sé que Mark tampoco debe querer verme ahora, y me siento impotente por no poder hacer algo al respecto.
—Cuando llegue diganle que lo estoy esperando en su habitación.– doy por terminado y giro para subir las escaleras.
Empujó la puerta para entrar a su habitación. Todo se encuentra ordenado, pocas veces un sido las ocasiones en las que he pisado este lugar. La ventana se encuentra cerrada pero el sol atraviesa el vidrio y la luz alumbra una pequeña parte de la habitación. Voy hasta el escritorio y rebuscó entre todas las cosas que hay regadas, no sé exactamente que quiero encontrar pero todo aquello llama mi atención. Tomo un par de hojas con alguna letra de alguna canción, un par de multas sin pagar, facturas de banco, una constancias de estudio con el nombre del que supongo es hermano de peniel, pero no hay nada más. Las dejo caer nuevamente sobre en montón de cosas y me concentró en hallar algo más. Abro la primera gaveta llena de lapicero, hojas, cajetillas de cigarros, condones y basura. La cierro con brusquedad, y abro la segunda: folders, y carpetas con lo que parece ser después de hojearlas documentos importantes. Cuando pienso que peniel no tiene nada que ocultar abro la última gaveta hallándome con un sobre color amarillo, que esto es lo único que hay. Lo abro y vacío su contenido en una de mis manos, varias fotografías aparecen trato de acomodarlas, al principió no entiendo muy bien de que se trata pero después de pasar varias fotos, aquel rostro que conozco a la perfección salta a la vista. Puedo ver el rostro de Mark. Y puedo ver que estas fotos han sido tomadas sin que se diese cuenta. El sonríe, su bonita sonrisa esta plasmada en su rostro totalmente alegre, cambio la fotografía y esta es totalmente diferente; está serio sin ninguna expresión. A medida que cambio de fotografía el semblante de Mark también cambia, todas y cada una de las expresiones que alguna vez vi aunque sea por segundos están allí, plasmadas en las fotografías. Las regreso de nuevo al sobre y cierro la gaveta.
No sé porqué peniel tiene fotos de Mark, y tampoco se muy bien que haré una vez que él llegue. Pero de alguna manera tengo que recuperar a Mark.
No todo esta dentro de texto pero alch, se siente bien feo ver sus mensajes, y que yo no actualice y que digan que esperarán UnU.
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Es Ilegal [Markbum]
FanfictionLo prohibido es mejor... • Historia original • No copias, ni adaptación •No romantizar los malos actos