12.¿Mi nuevo Jae?

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Había estado tan distraído mirando por la ventana sin ningún lugar en específico, pues mis pensamientos y todo se encontraba concentrado en las caricias constantes en mi muslo izquierdo. Las cuales no había dejado de sentir en ningún momento.

Estaba tan perdido en ellas. No quería siquiera moverme un centímetro. Pensé que cuando notara que estaba nervioso, él, lo interpretaría como "incómodo"
No había sido consistente de que el auto ya no avanzaba cuando volví a la realidad.

—Llegamos.–me sonrió para después salir.

Lo observé salir del auto, me consideraba estúpido por estar tan nervioso, justo antes de salir respire profundo. Una vez estuve fuera se encontraba hablándo con un trabajador del lugar. Dio sus llaves y el tipo se llevo el auto.

[...]

—¿Entramos?.–asintió.

Subimos los pequeños tres peldaño. Empuje la puerta de cristal. El lugar era acondicionado, me sentía como en un maldito paraíso. Caminamos hasta la recepcionista. Antes de llegar esta hablo.

—Buenas tardes, bienvenidos.

—Hola, ¿qué tal? Tengo reservación.

Jinyoung se había encargado de la reservación por supuesto. Él decía que hacia visible la formalidad de un hombre pero yo decía que eso era un estupidez. 

No estaba seguro si pagabas o no por una reservación, pues a decir verdad nunca hice una. Jinyoung se hacia cargo de todo en lo que requería ayuda, incluso él fue quien me consiguió mi actual casa. Joder le debo demasiado a jin.

— ¿A nombre de quién?

—JB.– que pendejo soy.—Jaebum, Im Jaebum.

La chica sonrió y soltó un por aquí. Moviendo un pronunciado trasero delante de mis narices.  Estire mi brazo dándole el paso a Mark primero. Caminos por en medio de los demás, abriéndonos paso hasta un lugar en solitario. No estaba rodeado por más mesas; era un lugar ¿privado? Joder jinyoung ¿en cuánto me va a salir esto?.

Después de que la mujer y su culo se fueran llegó el mesero tendiendo los menús a casa uno. Se quedo parado como de idiota. Estaba a punto de decirle que se largara y nos dejara escoger en paz pero Mark se adelanto.

—¿podría darnos un minuto?. – le pidió con una amable sonrisa. El estúpido se fue.—¿Cuál es la comida típica de Corea?. –pregunta viéndome. —Mi madre no ha perdido la costumbre de preparar comida americana. Aunque hemos comido el muy popular kimichi.

—Eso y la pasta son mis platillos favoritos restándole el pollo frito. Amo el pollo frito.–rio alegre por lo dicho.

—¿Podemos pedir kimichi, carne y arroz?–pregunto con el entrecejo fruncido viendo el menú.

—Todo lo que quieras.–muy oportuno llegó nuevamente el mesero con una botella de vino.—Queremos ordenar.–le dije tomando la botella.—dejala aquí.

—Queremos el kimichi, arroz y carne. –le dijo Mark y el tipo anoto todo en su pequeña libreta.

—Que sean dos de cada uno.–comeria lo mismo que Mark, me confiaría de sus gustos pues ni siquiera había leído el menú.

Después que el mesero se fue tuve que animarme hacer plática.

—¿Tienes hermanos, Mark?.–recargue mis codos en  la mesa viéndome interesado.

—Si, tres, dos hermanos y una hermana.–dijo.—¿Y tú?

—No, soy hijo único. –destape la botella de vino y serví en ambas copas de sobre la mesa.—Y por lo tanto el único  fracaso de la familia.–le empuje la copa de vino hasta que llego a su lugar. Él me vía un tanto expectante ¿fue por lo que había dicho?.—Mi padre se encargó de hacerme la vida mierda durante mi niñez.

—Jaebum...

—Dime JB.–le di una trago a mi copa. Me supo amargo. Joder recodar mi niñez de mierda hicieron amargar mi gusto. Seguí dándole tragos al vino hasta que supiera dulce.

—JB. –por fin lo oí susurrar.

El ambiente comenzó a ponerse incómodo, sé que no estuvo bien el que dijera eso, ¡pero mierda! sale de una manera involuntaria, que es difícil controlarlo y empezar a decir tanta mierda de mi padre como sea posible es difícil de controlar.
Milagrosamente el mesero llegó con nuestro platillo para liberar la tensión entre ambos.

Pronto la plática incómoda queda atrás y ahora nos encontrábamos hablando animosamente  de su vida y pequeñas anécdotas graciosas.

Ahora sabía que estaban en Corea por el trabajo de su padre, sus hermanos no quisieron conocer una nueva ciudad pues era empezar de cero otra vez. Aunque el único motivo de su padre era mantenerlos juntos como familia, lamentablemente eso no salio como él esperaba. Después de unas semanas aqui conoció a su actual mejor amigo con el nombre más raro que haya escuchado en mi vida. Así que como al principio se le había dificultado el pronunciarlo su amigo le dijo que lo llamase Bambam. Pues ya era popular aquel sobre nombre en el chico.

Una vez habíamos acabado pedí la cuenta y no marchamos. Ya conducía hacia su vecindario cuando la puesta de sol comenzaba a perderse. Una vez la luna cayo sobre nuestras cabezas había terminado de estacionar el auto al pie de su casa.

—Gracias por la comida.–me sonrió y abrió la puerta dispuesto a irse, y quién sabe cuándo volvería a tener otra oportunidad y excusa como esta. Abrí y salí velozmente.

—¡Hey!. –paro, ni siquiera estaba lo suficientemente lejos.—El motivo de esta salida era disculparme por mi comportamiento aquella noche pero ni siquiera lo recordé, de verdad la pase muy bien.–había caminado hasta la cajuela del auto para recargarse en este. Él también se había acercado a donde yo estaba, teniéndolo prácticamente frente mío.

—Esta bien, no tienes por que disculparte.–joder era realmente hermoso. La luna alumbraba su rostro haciendo un constrste perfecto. Su voz era tan calma y baja.

—¿Podemos salir otra vez?.–asintio con una sonrisa tímida. Saque mi celular, después de desbloquearlo se lo di, él lo tomo algo dudoso.—Apunta tu número, así puedo avisarte. –Despues de unos segundos me lo regreso. —Te mandare un mensaje para que puedas registrar mi número.

Mierda qué se supone que es el paso siguiente.

Comencé a acercarme lentamente sobre él, y así juntar sus labios con los míos. Fue un beso casto y tímido, nada de mi gusto pero sólo era por y para él.

—Te veo después. –le Sonreí antes de alejarme y subir al auto.

[...]

Cuando llegue a la fraternidad, apague el auto, quite las llaves y salí. Subí las escaleras de entrada. Apenas abrí la puerta miradas interrogantes se posaron en mí. Joder.

—¿Y bien?.–preguntó Min. Le hice una seña con los dedos para que me siguiera hasta la cocina, donde se sentó sobre la mesada una vez habíamos llegado.—¿Te lo cogiste?. –negué.—¿Fuiste muy estúpido?.

—Al contrario fui muy listo.–le di la espalda para sacar una cerveza de la nevera.

—Explicame.

—Por qué tirarmelo sólo esta noche cuando puedo hacerlo todas la veces que yo quiera.

—¿Empezaras un relación formal?.–preguntó arrebatandome la botella para beber.

—No.

—¿Sera tu nuevo jae...?

—Correcto.

¡Por supuesto, joder me golpee mil veces por no pensar en eso antes!. Él sería el remplazo de jae. Aquel que ocuparía el titulo de "con el que me divierto todas las noches". Por fin había encontrado alguien que llenará su bacante. Sólo hacía falta algo de tiempo. Pronto lo tendría gimiendo para mí.

Es Ilegal [Markbum]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora