Mentor y escolta en la arena

Una mensajera entre los arboles.

Katniss estaba en el bosque cazando, como de costumbre. Estaba sola por que necesitaba pensar en lo que había pasado.

Ayer por la tarde fue el anuncio del vasallaje, un vasallaje en el que las reglas eran bastante raras para su gusto, y posiblemente fuera culpa suya por lo que hizo el año pasado con las bayas. Y ahora Effie y Haymitch o Peeta iban a morir por su culpa y no podía evitarlo. Sobre todo no quería que muriera Peeta, ni que volviera a los juegos. La única forma que encontraba para evitar esto era que fuera su mentor del año pasado. Este año, pasará lo que pasará, ya le habían notificado que tendría que ser la mentora con ayuda de un mentor ayudante que sería el vencedor que no fuera elegido como tributo, si este quería. Tenía que hablar con Haymitch sobre eso. Había decidido dejarle un día de tiempo para que se tranquilizara y asimilada la situación.

Estaba tan absorta en sus pensamientos que no se dio cuenta de la piedrecita que volaba hacia ella hasta que golpeó contra su hombro. Rápidamente tenso el arco y apuntó en dirección de donde había venido, esperando encontrar a un animal al que cazar. Pero en vez de eso, lo que encontró fue nada más que una chica subida a una rama, mirando hacia ella con sus ojos marrones. La chica tendría más o menos su edad, o dos o tres de diferencia, cómo mucho. Pero no lo sabía con exactitud porque no la había visto nunca en el distrito. Por su aspecto no parecía de la veta, no parecía que se estuviera muriendo de hambre como la mayoría de los habitantes del lugar. Es más, aun con la ropa puesta; una chaqueta que le llegaba desde el cuello a la cintura y unas mangas que le llegaban hasta las muñecas de donde salían unos guantes que le cubrían por completo las manos, acompañada de unos pantalones que le llegaban hasta los tobillos y unos zapatos bastante cómodos como el resto de su ropa de color negro; se podía distinguir que tenía unos músculos algo desarrollados. Por su parte, su pelo castaño, que lo llevaba por las orejas, no estaba bien cortado, por lo que tampoco parecía que viviera en la zona rica. Es más, nada de ella decía que viviera allí. Ahora se preguntaba quién era y que hacía allí, fuera de las vallas del distrito.

—¿Quién eres? —preguntó sin bajar el arco.

—Una persona que solo quiere pedirte un pequeño favor.

—¿Y debo de confiar así como así sin saber realmente quién eres? —siguió sin bajar el arco.

—¿Y yo debería de confiar en ti si sigues apuntando con ese arco? —preguntó entre risitas —No te preocupes, no quiero hacerte nada, solo quiero que le des esto a Haymitch Abernaty. —dijo mientras sacaba del bolsillo de su chaqueta un sobre y se lo ofrecía a Katniss —Creo que si no me equivoco lo conoces.  —soltó unas risitas más.

—Que es esto, porque necesitas que sé lo dé a Haymitch y porque no puedes bajar del árbol y entregárselo tú. —pregunto mientras bajaba el arco de una vez.

—No puedo hacerlo yo misma. No pueden verme aquí. Pero si no quieres dárselo tu, por lo menos tráelo hasta hay y ya se lo doy en persona.

Katniss la miro, bastante extrañada por lo que acabada de decir. ¿Cómo que no podían verla hay? ¿Qué quería decir con eso? ¿Pero es que no se había dado cuenta de que estaba fuera del distrito, y que verla dentro sería lo más normal, ya que es donde debería estar? Pero aun así, Katniss, al final le cogió el sobre y se lo guardó también en la chaqueta.

—No te preocupes, ya se lo doy yo.

—Gracias. -—y empezó a escalar el árbol y desapareció entre las ramas.

Ahora ya tenía otra escusa para hablar con el.

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Esa misma tarde, con la carta en mano, fue a casa del borracho.

Abrió la puerta de su casa y se dirigió hacia el salón donde le esperaba con una mirada vacía y una botella de whisky en la mano.