El secreto de la arena

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El sol estaba en lo más alto y brillaba como nunca, lo que hacia que fuera fácil verlo a través de los árboles y la vegetación. Aunque a Trepadora eso le daba igual. Estaba situada en la copa de un árbol; aun con las grietas y destrozos que habían sido ocasionados por estas justo debajo de ella; observando la arena e intentando encontrar, sin éxito a los compañeros de la mujer que aun estaba inerte unas ramas mas abajo de ella. Tenia pulso y respiraba con normalidad pero aun no había abierto los ojos. El golpe contra la roca no parecía haber sido demasiado fuerte, ya que no sangraba cuando la joven la recogió del suelo. No sabia lo que pasaba, pero por lo que había podido observar podría deberse al cansancio o la deshidratación, causa de no haber bebido nada en todo el tiempo de los juegos. Para ser sincera con ella misma, ella tampoco había bebido nada. La mochila que había obtenido de la Cornucopia tan solo contenía una cantimplora de medio litro vacía, un par de manzanas (de las cuales solo le sobraba una y media, ya que la otra se la había comido la noche anterior) que le habían sorprendido cuando las encontró dentro de la mochila, ya que era bastante raro que metieran alimentos de ese estilo en una simple mochila, un pequeño cuchillo y unos diez metros de cuerda que ahora estaba siendo usada para atar bien a Effie a las ramas donde estaba apoyada para que no se cayera.

De repente algo le llamo la atención. Un pequeño pitido estaba empezando a sonar, lo que hizo que girara la cabeza para ver caer a un paracaídas atado a una pequeña caja metálica. El objeto siguió descendiendo, colándose entre los arboles y esquivando ramas, hasta aterrizar al lado de la cabeza de Effie, la cual miraba sorprendida el objeto. Para ser exactos eso era lo primero que había visto nada mas abrir los ojos. Mientras esta se incorporaba, la joven estaba bajando de la copa del árbol y al verla levantada se paro y le dedico una alegre sonrisa.

—Por fin despiertas, ya creía que no ibas ha hacerlo. —le dijo alegre de verla despierta.

—¿Cuanto tiempo he estado inconsciente? —dijo mientras miraba el sol justo encima de ella, recordando que la ultima vez que miro era de noche.

—Unas cuantas horas. No sabría decirte exactamente, pero unas 4 o 5 mínimo. —le contesto mientra ella también miraba al cielo —Se me ha hecho algo aburrido. Por que no recoges el paracaídas y miras lo que hay dentro. A lo mejor nos podría ayudar. —y le dirigió una mirada de simpatía.

Effie se incorporo, e hizo lo que la joven había dicho. Sabia que ella era aliada y que no le iba ha matar. Si hubiera querido matarla ya lo hubiera hecho o simplemente la hubiera dejado morir, dejando que se precipritara por una de las grietas que se situaban justo debajo de ellas. Cogió la caja atada al paracaídas y la abrió. Dentro había algo que no vio nunca en su vida, lo cual no era extraño ya que era del capitolio y ese pequeño cilindro de metal parecía algo que se utilizase mas en los distritos. Enrollado en torno a el pequeño objeto, estaba un trozo de papel, el cual desenrollo.

—¿Que es lo que pone? —le pregunto Trepadora, algo impaciente de saber que es lo que ponía. Tras decir esto Effie leyó el contenido del papel

"Bebed algo"

-K&P

—¿K y P? Devén de ser de Katniss y Peeta. Es para ti.

—Pero... —dijo poniendo una cara de disgusto —yo le había dicho a Peeta que si nos separáramos le mandaran todo lo que consiguieran a Haymitch, ya que el tendría mas posibilidades de ganar que yo. —dijo disgustada del todo.

—No te preocupes, —dijo mientras se agachaba para intentar tranquilizar a Effie —seguro que Katniss y Peeta; tus mentores; y Daniel; mi mentor; se habrán unido para recaudar mas dinero y se habrán puesto de acuerdo con el nombre de cual de los dos lo enviaban. Seguro que los tuyos se habrán unido con la del cuatro, aparte de que Daniel también tiene que pensar en Mizar, el cual no se donde esta, ni si sigue con vida. —tras decir esto ultimo bajo la mirada y trago algo de saliva, lo que parecía que era para aguantarse las lagrimas.

Mentor y escolta en la arenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora