Despedidas

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Habían pasado 25 años desde la ultima vez que Haymitch estuvo en esa posición, dirigiéndose en un aerodeslizador hacia una arena de los juegos para luchar por su vida. Tal y como paso hace tantos años atrás no pudo ver a su compañera en todo el viaje. Casi no la ve esta mañana tampoco. Solo la ha visto un poco a la hora de desayunar, el tiempo suficiente para decirle que hullera de la cornocopia y que intentarán encontrarse, pero rápidamente tuvieron que ir a los a los aerodeslizadores. Peeta se fue con Effie, y Katniss le acompaño a él.

—Prométeme que la sacaras. —le susurro en el ascensor.

—Pero Haymitch... —fue interrumpida.

—Hazlo. Yo no tengo nada. Cualquier cosa que consigáis, si no estamos juntos dársela a ella, si sigue con vida. — esto ultimo lo dijo muy bajito, casi inaudible, deseando con todas sus fuerzas que no se cumpliera.

—Lo intentare. —le contesto con resignación. Haymitch esperaba un "lo prometo" de su parte pero sabia que era algo imposible de cumplir a ciencia cierta y puede que imposible.

No tardaron mucho mas en llegar al hangar donde el aerodeslizador le esperaba. Aquí había algunas personas. Entre los mentores que ya se habían despedido de sus dos tributos, estaba Peeta, lo que decía que el primer aerodeslizador ya se había marchado. También había algunos mentores despidiéndose de sus tributos. Finnick abrazaba con fuerza a una mujer mayor que rápidamente identifico como Mags, Wiress le decía unas ultima palabras de aliento a Fawn antes de que esta montara en el aerodeslizador al igual que Johanna, pero a esta no le gustaban las despedidas y mas bien había pasado de Blight. También entraba Trepadora pero esta ayudada de su mentor Daniel, aunque a este le costaba un poco y lo hacia tocándose el pecho por unas molestias en el corazón producto de su avanzada edad; que aunque él las negaba; eran claras que las tenia.

—Hasta siempre preciosa. —le dijo sonriendole a Katniss.

—No digas tonterías, Haymitch.

—Sabes que no voy a volver, pase lo que pase. Y sobretodo, recuerda tu promesa. —tras decir estas palabras, ambos se abrazaron con fuerza —Cuida de Peeta, te necesita. —esta tan solo le dedico una pequeña sonrisa en sinónimo de afirmación. No terminaron de abrazarse cuando Peeta que lo había visto todo desde lejos se acerco y también reclamo su abrazo —Eres un gran chico. Se que adoras a Katniss, pero si ves que no la consigues, siempre puedes buscar a alguien mas. Pero sinceramente, creo que lo conseguirás. —le dijo lo suficientemente bajo para que no lo escuchara la mencionada. Tras separarse, el antiguo mentor se dirigió hacia lo que lo llevaría hacia la arena.

Nada mas sentarse en el asiento, despegaron hacia lo que para muchos iba ha ser la muerte. Los responsables fueron inyectando el chip en el brazo izquierdo de cada uno, a excepción del de Trepadora que estaba sentada a cuatro asientos a su izquierda, y recibiendo la mirada asesina de Finnick, sentado enfrente suyo. Ella en sus juegos perdió gran parte del brazo izquierdo y ahora llevaba una prótesis de metal que le habían hecho tras terminar sus juegos, al igual que hicieron con Peeta. Siempre se había preguntado como podría haber engañado al Capitolio con este detalle y otros mas. Al fin y al cabo su ADN fue encontrado en el cadáver, y ella no parecía saber lo que era eso, como para ponerse a manipularlo. Cuando se acercaron a ponerle el rastreador ella ofreció su brazo derecho en falta de su izquierdo, pero lo rechazaron. "No. A ti te lo vamos a poner en otro sitio. Ya sabes, por si las moscas. No vaya a pasar como la ultima vez" dijeron justo antes de clavárselo en el cuello y ella hiciera un gesto de dolor. "Ahí seguro que no lo pierdes" le contesto la responsable. Tras ella fueron colocando el chip rastreador al resto.

Tras un rato que se le había hecho eterno, el vehículo fue frenando y bajando lentamente. Las compuertas se abrieron y un par de agentes de la paz escoltaron a cada tributo asta su sala de preparación. Nada mas llegar a la zona de lanzamiento, Haymitch se encuentra cara a cara con Portia que le estaba esperando desde hace un rato. Tras un pequeño abrazo, Haymitch se ducha y tras esto y con ayuda de su estilista se pone el vestuario de ese año, el cual es un mono azul ajustado, fabricado en un material muy fino y con una cremallera delante; un cinturón acolchado de unos quince centímetros de ancho cubierto de reluciente plástico morado; y un par de zapatos de nylon con suelas de goma. Portia frunce el ceño mientras le revisa la tela para intentar averiguar como puede ser la arena

—No sé que podría ser, no sirve de mucho como protección ni del frío, ni del agua. Pero si esta bien hecho podía ayudar a protegerse del sol. Posiblemente sea el desierto o una jungla.

—Prefiero la jungla. Es mucho mas fácil no morir de deshidratación o de un golpe de calor.

—Lo que tu digas, pero no creas que la arena va ha ser fácil. Te recuerdo que es un vasallaje.

—Ya lo se. Ya he estado en uno antes.

No pudieron hablar mas porque una voz los interrumpio pidiéndole que se preparase para el lanzamiento. Haymitch se coloca sobre la placa esperando a que el cilindro de cristal baje y le rodee. Cuando el cilindro baja del todo y toca a la plataforma, esta empieza a subir lentamente. Haymitch ve como una luz empieza ha acercarse lentamente, y como las paredes desaparecen al mismo ritmo. La plataforma ya se ha parado y sus ojos van acostumbrándose lentamente de nuevo a la luz. Agua rodeandole es lo primero que ve. En el centro de todo, a una distancia equidistante de todos se encuentra la cornocopia en una pequeña isla a la que encuentra dos únicas maneras de llegar. O nadando; lo que ve demasiado lento; o corriendo por los caminos de rocas que separan a los tributos en franjas de dos. Posiblemente haya doce franjas, una por distrito. Detrás suyo, una playa que abre camino a una jungla. "Por lo menos no es un desierto" pensó.

Mentor y escolta en la arenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora