Comienzan los juegos.

363 37 3
                                    

Esto era una situación nueva para ella. Bueno, para ella y para la mitad de los tributos ahí presentes, y para alguno más casi que también por el tiempo que había pasado desde la última vez que habían estado en esa situación, de pie, encima de unos pedestales, esperando a que inicien los juegos. "Damas y caballeros, ¡que empiecen los Septuagésimos Quintos Juegos del Hambre!", es lo que había dicho Claudius Templesmith hace apenas unos segundos, y a la cuenta atrás tan solo le quedaban cincuenta segundos para que todo comenzara. Haymitch le dijo en el desayuno que saliera corriendo para alejarse de la cornucopia, y que él se encargaría de coger lo necesario para sobrevivir para posteriormente encontrarse y hacer una alianza. Estaba rodeada de agua, por lo que correr sería imposible, pero afortunadamente sabia nadar. Decidió en ese momento que sería buena idea ir hasta la playa y esperar hay a que apareciera Haymitch, pero para ello primero debía de situarse ella, y también a él. Estaba a un lateral de la cornucopia entre la mujer del distrito 6 y Savera, la escolta del distrito 8. "Por lo menos no tengo a mi lado a nadie peligroso"pensó, pero no podía decir lo mismo del que se encontraba al lado de Savera, Enobaria. Siguió dirigiendo la vista en esa dirección y pudo ver en la otra punta a la persona que buscaba. A un lado de este estaba Finnick, pero al otro no podía verlo, ya que la cornucopia le tapaba la vista. Quedaban apenas diez segundo para que la matanza comenzase y decidió echar un rápido vistazo a la posición de los demás tributos. En dirección a donde había visto a su compañero reconoció a algunos. A apenas tres pedestales de Enobaria veía a Fawn y Mizar, al contrario de sus compañeros que no había rastro de ellos. Por el otro lado, reconoció a otras personas con las que no tenía ganas de encontrarse. Johanna y Gloss estaban preparados para empezar a cargarse a la gente, y para suerte para ellos ya podían hacerlo, el gong acababa de sonar. 

Salto al agua y se fue hacia el camino más cercano. Subió a él y corrió hacia la playa. De allí se dirigió en dirección a donde había visto a su aliado. Corrió tan rápido como pudo, pero tuvo que pararse de golpe cuando vio que alguien se cruzaba en su camino para internarse en la selva. Le miro para intentar reconocerle y vio que era Mizar que al igual que ella hbia salido directamente hacia fuera en vez de ir a la cornucopia, y se subió a un árbol y se quedó alli, posiblemente esperando a su compañera. "Ya veo. Técnica Trepadora. Ya me lo esperaba" pensó antes de volver a salir corriendo. Llego donde su compañero se encontraba. Miro hacia la cornucopia y lo volvió a ver. Había agarrado un cuchillo y estaba atacando a toda persona que intentara acercarse a él. El hombre del distrito 10 acabo en el agua con una puñalada en el pecho y probablemente muerto por intentarle atacar por la espalda. Ahora estaba enzarzado en una pelea a muerte con la mujer del mismo distrito, que le daba más guerra al ser esta antigua vencedora, pero tampoco tardo mucho en caer. Le tiro al suelo y posteriormente le clavo el cuclillo matándola en el acto. Había estado tan metido en la pelea que no se dio cuenta como el tributo masculino del distrito 5 se le acercaba para matarle, por un lado, y Finnick por el otro gritando algo que por la lejanía no podía escuchar y Haymitch aún estaba agachado, por lo que no podría reaccionar a tiempo. De pronto y sin previo aviso, Finnick lanzo el tridente que portaba. Effie creía que en ese momento Haymitch iba a caer, pero en vez de eso él que lo hizo fue el del distrito 5. Aún más extraño para ella fue el hecho de que tras eso Finnick recogió el tridente y ayudo a levantar a Haymitch del suelo, y tras esto los dos intercambiaron algunas palabras. Estaba tan atónita observando la situación que no se dio cuenta de la persona que se le acercaba por un lateral a toda mecha embistiéndola en el proceso. La persona que acababa de llegar ahora estaba sobre Effie, inmovilizándola contra el suelo y apuntándole con una espada a la cabeza.

—Mira quién está aquí. La famosa escolta del distrito 12. —La voz de Enobaria se deslizó con una mezcla de desprecio y diversión mientras la inmovilizaba. —El año pasado sacaste a dos tributos. ¿Este año serás capad de sacarte a ti?- pregunto irónica, tras esto le enseño sus dientes— Unas últimas palabras. —pero Effie se había quedado muda de terror. Tan solo pudo cerrar los ojos y esperar a que todo acabara, pero ese momento nunca llego.

Alguien había llegado de la nada y con la mochila que había cogido de la cornucopia le dio un golpe suficientemente fuerte como apartarla de encima. Enobaria y Effie miraron hacia arriba para ver a la persona que había interrumpido todo.

-Sí... si quieres ata..tacar a alguien, a..atácame a mi. Yo..yo soy más di..difícil de encontrar des... pues- y tras este salió corriendo lo más lejos posible.

Enobaria se había quedado atónita y congelada, porque no se esperaba que alguien la atacase. Recogió la espada que se le había caído al suelo cuando Trepadora le golpeo y se dispuso a matar a Effie para posteriormente salir corriendo detrás de la otra. Pero no pudo hacer lo primero por que Effie había aprovechado la distracción para esconderse en el borde de la selva. Como Enobaria no la encontró, salió corriendo detrás de Trepadora para por lo menos acabar con ella, pero ella ya no pudo atraparla. Trepadora le llevaba ya mucha distancia, y aunque le lanzo la espada para intentar darle, ella llegó a un árbol y se subió tan rápido que parecía que se había teletrasportado arriba, desvaneciéndose entre las hojas, lo que era normal por tantos años de practica escalando por los árboles, aunque lo hizo un poco alejada de donde se había subido su compañero. Lo que le había sorprendido a Effie, que aún seguía escondida detrás de un árbol, y seguramente a cualquiera que lo viera, era el hecho de que cuando salió corriendo no tembló en ningún momento como lo hacía cuando andaba. Enobaria al ver que ya no podía alcanzarla, porque seguramente se perdió entre las hojas y se habría ido lejos, se rindió y se fue a reunirse con su alianza que se encontraba en mitad de la cornucopia, tan solo ellos. Effie los vio y se preocupó de golpe. "¿Dónde están los demás? ¿Dónde ha ido Haymiych? ¿Habrá muerto ya?", pesaba todo el rato, preocupándose cada vez más. Estaba absorta en sus pensamientos. Por eso, cuando una mano que venía por espalda se apoyó ligeramente en su hombro, se sobresaltó y pego un pequeño grito. Tenía miedo de girarse y que la cara de su asesino fuera la última imagen que viera en su vida.

—La he encontrado. Está aquí. —dijo una voz femenina que conocía muy bien.

Effie por fin se atrevió a darse la vuelta

—Koralia. Dios mio ¿Eres tú?

—Sí, no te preocupes. —y entonces hizo unas señas para que viniera alguien. Tras unos segundos vio que aparecía Finnick. Se asustó un poco y se echó un poco para atrás, pero pronto se tranquilizó, porque detrás del vino la persona que más deseaba ver. 

—Por fin. Aquí estás. —dijo el joven del distrito 4 con su típica sonrisa. Pero a ella, este hombre le daba igual. Miro al otro y este a ella. Haymitch se acercó a Effie, y está a él, y de repente se abrazaron con fuerza. Debería de estar enfadada con él por hacer una alianza con Finnick, después de que ella le dijera que no le gustaba demasiado, pero eso también le daba igual. En el fondo sabía que el chico no era realmente como lo había visto. Todas las veces que lo había visto, un miembro del distrito 9 estaba presente, lo que sacaba lo malo de él, por lo que paso hace 9 años con su hermano, fuera real o no —Muy bien tortolitos, vayámonos.— dice mientras empieza a correr hacia la selva, seguido de Koralia. Los otros dos se separan y también le siguen después de dedicarle una mirada.

Tras unos minutos de andar por la selva, se oyen los cañonazos que indican el término del baño de sangre. Los cuatro paran de golpe y miran al cielo al escucharlos. Un total de ocho. Ya hay ocho muertos.

Mentor y escolta en la arenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora