Mentor y escolta en la arena

Reunión incómoda

Caminamos por los fríos pasillos del 13. Boggs, el hombre que acabo de conocer, en medio seguido por nosotros 4, Peeta y yo a su izquierda, y Trepadora, que parece no tener problemas a pesar de la velocidad que llevamos, agarrada a la pequeña Lucy, por su derecha. Boggs le ha pedido que no la trajese, pero ella ha insistido y ha prometido que la niña se portara bien, que no se moverá demasiado; como si quisiera; y que no piensa dejarla sola, palabras salidas de una chica decidida y sin miedo. No pasa mucha gente, y la poca que pasa parecen tener prisa en llegar al lugar a donde tengan que ir. Todos los que veo son adultos y la única niña que veo es Lucy.

Seguimos pasando por un laberinto de pasillos y escaleras. Trepadora en vez de subirlas y bajarlas de forma normal, se suelta de Lucy y se sube a la barandilla, por donde camina hasta llegar al otro extremo de la escalera, donde baja otra vez al suelo y se agarra de Lucy. Caminemos hasta que Boggs se para enfrente de una puerta metálica, a la cual llama. Una voz femenina, la cual supongo que es la de la presidenta Coin, dice "adelante", y Boggs no pierde el tiempo para abrir la puerta. Entramos. Dentro de la habitación  ya hay dos personas, un hombre y una mujer. El hombre ya lo conozco perfectamente, es Plutach, pero la mujer, la que puede que sea la presidenta, no la he visto nunca. Es una mujer de pelo simétrico y ojos grises, al igual que el resto del distrito 13. Tendrá unos 50 años de edad, o eso es lo que indican sus marcas de edad. Ella se levanta y nos entiende la mano en mera formalidad para darnos la bienvenida a Petta y a mi al distrito 13, aunque ninguno se la estrecha. Al final baja la mano.

—Bienvenidos al 13. Soy la presidenta Coin. Sentaos. —nos dice mientras nos señala unas sillas delante suya, al otro lado de la mesa donde ella esta sentada. Ha eso si que le hacemos caso. No sentamos los cinco alrededor de la mesa, Lucy encima de Trepadora —Te dije que dejaras a la niña. Esto no es una guardería.

—Te dije que no la dejare sola ni un solo momento. Haber echo lo que te dije, y así no tendría que estar aquí. —dice decidida, seguramente referiendose a haber rescatado a los padres de la pequeña. Coin simplemente se resiente y vuelve para seguir hablarnos.

—Si no lo sabéis, estamos en una rebelión contra el Capitolio y ya llevamos un retraso de un mes y no podemos esperar más, por eso os he echo traer aquí a los dos. Nuestro plan era utilizar a Katnnis como nuestro sinsajo. Pero teniendo en cuenta las circunstancias, tendremos que adaptarnos. Ninguno de los vencedores que están en este distrito nos sirve realmente, ninguno es un símbolo de rebelión por si mismo. Por lo que hemos pensado en un plan de unión del Capitolio y Distritos, que ninguno le importa realmente a Snow. Tal vez así podríamos tener apollos en el capitolio  No es lo más conveniente..., pero...

—No. —interrumpió de repente Peeta —Me gustaría saber por qué no la sacaste a ella también. —dice con cierto tono de enfado.

—Peeta, las circunstancias no nos dejaron. La secuestraron antes de que pudiéramos hacer nada. Snow predijo nuestros movimientos y actuó rápidamente, pero no lo suficiente, sino no no estaríamos aquí. —explica Plutarch.

—Y creías que iba ha hacer algo sin ella. —dice Peeta claramente alterado. No se que le pasa, pero ha cambiado.

—Peeta, tranquilo, no hace falta alterarse tanto. —dice Trepadora intentando tranquilizarme —Sabia que iba ha resistirse. —le dice ha Coin. —Te dije que seria difícil convencerlo sin ella. Es más, ya es difícil hace esta revolución sin ella, siendo el sinsajo. —Peeta desde que fue tranquilizado por Trepadora no ha dicho nada. Se ha mantenido callado mirando a la nada

—Tienen que comprender que es algo difícil para él. Ha perdido a la persona que ama. —sinceramente yo también he la he perdido, pero no me he puesto tan alterada como el. Puede que este decaída, pero no alterada. Algo debe pasarle más, y Plutarch puede que me haya dicho la respuesta a continuación —Por no decir que su distrito ha sido destruido y su familia ha muerto. —ya ni me acordaba de ello. No me puedo imaginar lo que ha sentido el al enterarse y la gente que ahora se encuentra refugiada aquí, pero que se salvó por los pelos de la muerte.