Una entrevista

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Salgo de la casa de Haymitch justo cuando Peeta sale de casa de Katnnis con una bolsa al cuello que no llevaba antes. Me ve y se pará para esperarme. Me acerco a él y entonces la bolsa se mueve levemente y yo me sobresaltó levemente, pero suficientemente para que Peeta se de cuenta.

—¿Qué te pasa? —me pregunta.

—Nada. ¿Qué llevas en la bolsa? —le pregunto yo ahora a él.

—Unas cosas para Prim y su madre. La vieja chaqueta de cazar de su padre, una foto de la boda de sus padres y un libro de plantas.

—Ninguna de esas cosas se mueve. —y entonces aparece el culpable del movimiento, un gato amarillo al que le falta media oreja.

—También he cogido a Buttercup, el gato de Prim. Creo que le echara de menos. Es lo menos que puedo hacer por ella, si no pude salvar a su hermana.

—No te martirices por eso, no pudiste hacer nada. Igual que yo no pude hacer nada por Haymitch. Aunque no se si le dejarán quedarse. —digo acariciando al gato.

El quería contestarme pero algo se lo impide. Un aerodeslizador estaba bajando casi al lado nuestro. Aterriza suavemente y abre la puerta por la que entramos. nos sentamos uno al lado del otro y nos dirigimos dirección al distrito 13.

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Desde el aire el distrito 13 se ve igual que el 12. No queda ninguna casa ni edificio en pie. La vida humana ha desaparecido por completo de la superficie de este. El bosque y las plantas han invadido lo que antes eran calles por las que caminaban personas, antes de los días oscuros, la primera rebelión. Después de esta el Capitolio destruyo el distrito y este apunto sus armas hacia el Capitolio para proponerles un trato: fingir estar muertos a cambio de paz. El Capitolio, creyendo que no sobrevivirían por si solos y preocupados por la venganza del 13 acepto la oferta. Nos hicieron creer durante todo este tiempo la muerte del distrito y así ambos bando conseguían lo que querían. Durante todo este tiempo se han estado preparando para una rebelión bajo tierra. Aunque ahora me acabo de dar cuenta de una cosa, de entender algo que no entendía, ahora que el aerodeslizador ha aterrizado y abierto sus puertas y la veo a ella, veo que eso también se puede hacer escondida en las ramas de los arboles del distrito 9, también destruido.

—¿Qué tal ha ido? —nos pregunta ella sentada encima de una caja, mientras salimos del aerodeslizador. Un leve movimiento hace que se percate en la bolsa que Peeta lleva —Y ¿Qué es ese movimiento? —le pregunta mas específicamente a Peeta.

—El viaje ha ido como esperaba y sobre lo de la bolsa no es nada, unas cosa para la hermana y madre de Katnnis. ¿No sabrás donde están, verdad?

—Bueno, los animales están prohibidos aquí pero creo que se podrá hacer una pequeña excepción. —mira hacia una pared donde se puede ver una pantalla donde se ve la hora que es: las 18:05. Hace unos movimientos raros con las manos, los mismo que hacen los niños pequeños cuando aprender a contar y hacer pequeñas operaciones. Mira lo que parece un tatuaje en el interior de su antebrazo izquierdo y contesta —Teniendo en cuenta la hora que es estarán es su habitación. Seguirme y luego iremos a las vuestras.

Empezamos ha ir hacia el interior de la estructura a paso no muy rápido. Trepadora siempre que puede subirse a algo no duda en hacerlo. A la vez que parece que esta aprendiendo ciertas cosas como decir la hora, otras como andar como alguien normal no creo que lo haga nunca. Son traumas que tiene y que para ella se quedaran. Subimos escaleras y pasamos por pasillos como los de esta mañana, algo mas llenos pero igual de frio. Llegamos a la sección de habitaciones y nos detenemos delante de una que pone "307". Trepadora llama a la puerta y suelta un suave "Se...se puede". Poco después una voz femenina, como de una niña, contesta "Adelante". Trepadora abre la puerta y veo a dos mujeres que reconozco rápidamente. La madre de Katnnis sentada encima de la cama en una esquina y delante suyo su hija jugando con una pequeña niña mas joven que también se quien es: Lucy, la cual corre a abrazar a Trepadora. Peeta por su parte vuelca el contenido de la bolsa encima de la cama provocando que a Prim se el ilumine la cara y comience a abrazar y jugar con su mascota.

Mentor y escolta en la arenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora