Estoy en el distrito 13

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A partir de ahora el fanfit será en primera persona narrado por Effie. Lo siento por las molestias pero me es conveniente para la trama.

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Empieza diciendo cosas de las que estas segura. Soy Effie Trinket. Vivo en el Capitolio. No, vivía en el Capitolio. Ya no pertenezco a ese mundo. He ido a los juegos del hambre, a los 75 juegos del hambre, al tercer vasallaje. Fui junto con Haymitch, el hombre al que quiero. Ahora él esta capturado por el Capitolio junto con otras personas o puede que muerto. Entre esas personas esta mi amigo Mizar, escolta del distrito 9. Mi mejor amiga Fawn, escolta del distrito 3, a muerto delante mío. Fui rescatada de la arena por un aerodeslizador del distrito 13, donde me encuentro ahora mismo, tumbada en una camilla, en una sala de su hospital. No se cuanto tiempo he estado aquí, he perdido la noción del tiempo. No hay ventanas ni relojes que me indiquen la hora. Solo recibo cuatro visitas al día, tres de las cuales son para traerme la comida y la cuarta para hacerme revisiones y comprobar que todo valla bien. De vez en cuando viene un psicólogo a decirme que todo va ha ir bien y que dentro de poco me darán el alta. Como si la quisiera. No quiero moverme de aquí. Que voy ha hacer. Estoy metida en una revolución de la que no tengo ni idea y en la que no puedo ayudar. Estoy sola todo el día sin saber que hacer, sin ver a nadie que conozca, volviéndome loca a cada momento. Desde la visita de Peeta el primer día no he visto a nadie conocido. Por lo que me dijo una de las enfermeras que me ha atendido, esta también ingresado en una de las habitaciones cercanas, deprimido y sin levantar cabeza, como yo. Me han tenido que sedar varias veces, ya que no podía más.

Siento que mi personalidad se está perdiendo, que ya no era la misma que hace unos meses, y es normal, me han pasado muchas cosas. En cuanto Snow dio el anuncio del vasallaje mi mundo se vino abajo, mi personalidad desapareció y me convertí en una máquina de asentir y negar. No creía nada de lo que escuchaba. Me dio una depresión de golpe, creía que tendría las horas contadas. Luego pasó todo lo de la arena y la revolución y entre en un vacío imposible de salir. Antes de que todo esto pasara veía ha Haymitch como un gran amigo, ahora no puedo echarlo más de menos, lo necesito aquí. Por lo que me dijeron, Peeta está igual, él necesita a Katnnis del mismo modo que yo necesito a Haymitch. Katnnis fue la última chica de la que fui escolta. Ella se ofreció como voluntaria cuando saque el nombre de su hermana pequeña Primrose, una pequeña niña de 12 años, posiblemente 13 ahora, que según mi opinión no hubiera podido ganar los juegos. Era una joven bastante joven y débil, moriría el primer día en el baño de sangre. Katnnis es el sinsajo de esta revolución, y también está en el Capitolio. Como se puede llevar a cabo una revolución sin su guía, sin una persona a la que seguir. Esta revolución acabará siendo perdida por los rebeldes y Snow no perdonará a nadie. A mí me capturarán y me llevarán de vuelta al Capitolio donde me ejecutaran delante de todos. Estoy segura de que el presidente cree que yo soy parte de esto, mejor dicho, que era parte de esto cuando empezó, por que ahora estoy inmersa y no puedo salir hasta que ganemos o acaben matándonos a todos.

Una enfermera está tomándome los últimos resultados. Me acaba de decir que cuando termine me podré ir, que hay alguien en la sala de espera del hospital esperándome para llevarme a la habitación donde viviré hasta que esto acabe y que si no veo a nadie, que espere allí hasta que aparezca. No se quien será la persona que me esperara y sinceramente me da igual. No presto atención a las últimas indicaciones que me dice, tan solo escucho cuando ella me da un mono gris y áspero. Me dice que el traje reglamentario de ese distrito que tengo que ponérmelo por obligación. Me indica que si quiero puedo darme una ducha en el baño que conduce la puerta que hay apenas unos 3 metros de mi cama y se va para dejarme intimidad. Me quito la bata que he llevado puesta todo este tiempo y decido ducharme. Desde que he llegado aquí no lo había hecho y lo necesitaba. Me pongo el mono que me ha dado ella. No es del estilo que solía usar. No es bonito, pero ha estas alturas me da igual.

Mentor y escolta en la arenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora