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Presente

Los rumores corrían apresurados por Obsidiana, la desconfianza y el recelo estaban en aumento. Lisa Montgomery la joven desaparecida recién iniciada la primavera, quien fue acusada de huir con un hombre, al fin fue encontrada, y no precisamente desposada. Su cuerpo destrozado por lo que bien podría haber sido obra de un animal salvaje. Arrojado descuidadamente en los límites de la provincia, en la distante línea donde se une con la reserva de los Catanys, como un despojo de ambos pueblos.

La noticia voló velozmente, esparciéndose como pólvora. No era un evento recurrente encontrar cuerpo de una doncella destrozado. Se le prohibió a cada joven salir sin compañía, como si anteriormente se le permitiera dichas libertades. Nadie tenía permitido cruzar los límites demarcados.

Las marcas perceptibles encontradas en el cuerpo en congruentes con garras y dientes, también se encontraron rastros de huellas frescas. Huellas de patas que se perdían entre la maleza del bosque.

— ¿Son ciertas las noticias, excelencias? —preguntó Anastasia al duque.

—Así es, pequeña—contestó cansado—. Te agradecería no abandonarás Stone, con una bestia salvaje suelta, nos es propicios ser aún más cautos.

La preocupación gobernaba su semblante, había sido Amelia quien le informó de todo el suceso. El rostro de su hermana no se abandonaba sus pensamientos; tenía la mirada perdida y el rostro en blanco como la leche, sus palabras salían atropelladas una tras otra. Antes de verla partir le dio voces de aliento, pero sabía que eso no sería suficiente.

Amelia era demasiado joven y estaba viviendo cosas demasiado aterradoras.

—Mi lord —anunció Indira—, el señor Cruise solicita su presencia

—Hazlo pasar, Indira —la doncella miró entre Anastasia y el duque, recordándole que ella se encontraba allí. Frunció el ceño, la hostilidad brotaba a poros y no trataba de ocultarla en ninguna medida — ¡Ahora!

Tomas Cruise, un detective de alto nivel, en sus años de juventud perteneció a la marina. Un hombre de unos sesenta años su cabello encenizado, sus ojos se comprimieran en las esquinas tras cada gesto, su cuerpo era regordete, tenía un incesante tic en su pierna izquierda producto de una vieja herida.

Era quien lideraba la búsqueda de Daemon. Sí existía una pista del paradero de Catanys, así fuera minúscula él la encontraría.

—Excelencia— dio una pequeña reverencia—mi lady

El señor Cruise tomó asiento, se veía cansado y desganado, era el parecer de cada hombre en Obsidiana, desde que el cuerpo de Lisa Montgomery fue encontrado.

Una cosa era saber que a una pequeña distancia habitaban criaturas salvajes y, otra muy distinta ser testigos de dichos actos.

—Si lo desea puedo retirarme, excelencia—la sonrisa de triunfo de Indira brillaba como el sol; en uno de los pocos y anhelados días claros en Obsidiana.

— ¿Por qué harías tal cosa? —preguntó Shepherd extrañado— Este asunto también te compete a ti, pequeña—Para la desgracia de Indira. Cuya sonrisa halló una pronta muerte—Tú también Indira, necesito que prestes atención.

Anastasia no se decidía si debía alterarse o no, por la participación de la doncella en la tertulia, o sus muchos desacatos y excesivos tomos de confianza con el duque.

—Todas las jóvenes han sido alertadas —señaló el señor Cruise —se ha prohibido el ingreso a la reserva. Creemos que la joven fue víctima de un lobo salvaje, que ha estado merodeando haciendo cortos y largos periplos muy cerca durante los últimos días. Solo pido a Dios que no se trate de otra fiebre salvaje

Anastasia #ZelAwards2019 #pgp2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora