Capítulo 57

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Atl la recostó en la cama después de haber retirado las sábanas. Subió también y se colocó a su lado, bajando su rostro para besarla mientras ella le acariciaba la mejilla.
Cada vez que uno separaba los labios del otro, como si se tratara de un mecanismo diseñado expresamente para eso, volvían a unirse, los de uno se estiraban para volver a capturar los del otro. Eran besos limpios, totalmente románticos, dulces y tiernos. Atl le besó la frente. Ella cerró los ojos y sintió el calor de los labios de Atl sobre su piel. Luego dejó varios besos en la mejilla, le besó la punta de la nariz, un besito en los labios, en la barbilla, una senda por su cuello. Alexa acarició sus brazos, sintiendo su musculatura oculta y susurró su nombre.
-Dime-Le contestó él de igual manera. Colocó una mano en la cintura de Alexa y elevó la mirada. Ella mantenía su mano en la mejilla de Atl.
-Creo que debería estar agradecida por lo que me ha pasado.
-¿Qué?-el castaño abrió los ojos y la miró-¿Qué estás diciendo Lex?
-No, quiero decir, por lo que me ha pasado a lo largo de estos años. He...-Una sonrisa tonta y débil se creó en su carita de ángel. Atl la admiró-He conocido al hombre perfecto, con el que quiero pasar el resto de mi vida.
Alexa alzó la mirada para tratar de descifrar algo en los ojos de Atl. Su estómago se apretó al ver el brillo tan especial con el que la miraba. Él solo volvió a besarla, con más pasión, encajando su boca con la de Alexa como si fueran un rompecabezas. El uno en el otro habían encontrado la pieza que faltaba en sus vidas. Saboreó sus labios, eliminó el gusto a gloss y a sangre. Los labios de Alexa tenían un sabor único, el favorito de Atl. Continuó con varios movimientos, ladeando la cabeza hacia los lados, chocando nariz contra nariz, lengua con lengua, jugando, compartiendo sensaciones y sentimientos, enredándose cariñosamente.
Mientras Alexa mantenía una de sus manos en la nuca de Atl, este bajo hasta el tobillo de Alexa e hizo una sensual caricia, subiendo la mano por su pierna, recorriendo su muslo e introduciéndose dentro de aquella enorme camisa que aun llevaba, hizo un caminito con sus dedos por el vientre de Alexa, ella gimió. No de dolor. Atl no le causaba ningún dolor. Ninguno.
Ella bajó ambas manos hasta la cintura de Atl y le subió la camiseta. Él sacó la mano del interior de la camisa de Alexa y se desprendió de su prenda. Alexa admiró el cuerpo de su novio, le acarició el cuello. Atl se estremeció. Luego pasó sus manos por el pecho y bajó hasta sus abdominales. Él volvió a besarla y pasó sus dedos por su cuello tal y como ella había hecho, hasta llegar a los botones de la camisa Verde. Desabotonó el primer botón. En ese momento se movió más cerca de Alexa quedando entre sus piernas. Ella pudo sentir el bulto que crecía bajo su bóxer. Jadeó. Se asustó. Atl entrelazó los dedos de su mano con los de Alexa y la miró a los ojos.
-Te quiero Lex. Solo quiero que olvides todo lo que te hicieron
Ella contuvo una lágrima y reclamó sus labios. Un encaje perfecto. Atl continuó quitando botones hasta que el frágil y herido cuerpo de Alexa quedo tan solo cubierto por dos prendas. Bajó los besos por su cuello. Por inercia, ella ladeó la cabeza a un lado y dejó escapar varios suspiros en los que aún había muestra del dolor que había sentido la noche anterior. Dolor que Atl estaba dispuesto a hacer desaparecer.
Recorrió el valle de sus senos con los labios, su estómago, besó las heridas, como si sus besos fueran una especie de cura mágica. Continuó bajando. Antes de llegar a su entrepierna volvió a emprender el recorrido hacia arriba. Las manos de Alexa se fueron directas al pantalón de Atl y desabrocharon el botón. El la ayudó a bajarlo y tiró la prenda a un lado, cayendo esta de la cama.
Los rayos de la luna se colaban por las ventanas, iluminando los cuerpos de Atl y Alexa que pronto quedaron desnudos, tal y como vinieron al mundo. Antes de dar el siguiente paso, Atl admiró la belleza de su novia, la acarició de la manera más dulce que pudo, tocó sus labios, limpió las lágrimas de los ojos de Alexa y la besó una vez más.
-Te amo tanto-Le susurró. Alexa curvó sus labios y dejó que le brillaran los ojos-Sin ti no soy nada. Siempre voy a estar ahí para darte todo el amor que te mereces. Eres hermosa y... De verdad no sé qué haría sin ti. Lo eres todo y sería capaz de dar mi vida con tal de que estuvieras bien y fueras feliz.
Dicho eso, sus bocas se fundieron en un apasionado beso y Atl se hundió en Alexa penetrándola con cuidado. Pero ella soltó un grito y comenzó a llorar. El dolor había regresado. En realidad no se había marchado. Perduraría allí demasiado tiempo. Atl deshizo la unión que había trabado con Alexa y muerto de la preocupación dejó que su corazón volviera a romperse viendo como ella trataba de ocultar su rostro en la almohada.
-Cariño. Mi vida, ¿Te he hecho daño? Lo siento, lo siento, dime que estas bien, dime que...-Alexa apretó su rostro y su abdomen, sollozó pero tomó valor y apretó el brazo de Atl con fuerza.
-Estoy-Se mordió el labio inferior con fuerza. Se mantuvo en silencio durante un rato, Atl siendo su guardia, pletórico de preocupación-Nunca me harías daño-Dijo después, repitiendo las palabras que él le había dicho tiempo antes-No quiero que paremos esto. No quiero que esta noche termine. Solo... Protección...
Él la miró a los ojos. No quería hacerla sufrir. Sabía que si volvía a entrar en su cuerpo ella se aguantaría el dolor para solo complacerlo a él. No quería hacerlo. No. Sí quería, quería hacer el amor con ella pero estaba mal porque era consciente de que le haría daño. Su interior estaba herido, tanto físico como psicológicamente. Empezó a dudar y...
-Atl, no pienses más-Pasó una mano por su mejilla-Hazme olvidar, convierte el dolor en placer, por favor
Y no pudo abstenerse a la petición de Alexa por más que quisiera.
Estiró un brazo fuera de la cama y abrió el primer cajón que había en la mesita, junto a la cama. Rebuscó. Nada. Lo cerró y abrió el otro, echó un rápido vistazo y encontró un preservativo. No tardó ni cinco segundos en ponérselo.
Volvió a acercar la punta de su pene a la entrada de Alexa. Ella volvió a soltar un pequeño gemido cargado de dolor pero le pidió que no retrocediera, continuó entrando, poco a poco, con lentitud y cuidado. Alexa apretó los labios y cerró los ojos.
Cuando el miembro de Atl estuvo totalmente dentro ambos cuerpos soltaron toda la carga de aire que habían estado acumulando. El pecho de Alexa subió, luego dejó ir todo el aire y le rogó a Atl que la besara. En cuanto sus labios chocaron con ternura, Atl emprendió pequeños movimientos entre las paredes vaginales. Ella se vio incapaz de controlar los arañazos que provocó en la espalda de Atl pero a él si quiera le importó. Sabía que Alexa lo estaba pasando peor que él.
-Más... rápido...-Jadeó ella.
-¿Aún te duele?-Le preguntó, antes de obedecer. No iba a hacer un solo movimiento sin saber antes que podría causarle daño alguno.
-S...Sí-Tartamudeó-Un poco... Pero está desapareciendo.Continua...
Volvió a bajar el rostro hasta su boca y le dio dos besos.
-Te quiero.
-Y yo a ti...
Los movimientos que Atl ejercía dentro de Alexa se intensificaron pero no dejó de besarla. Quería hacerle saber de alguna manera que iba a estar ahí para siempre y que jamás volvería a dejarla sola ni a marcharse de su vida.
Los primeros minutos fueron una auténtica tortura para Alexa. Su cabeza le ordenaba que apartara a Atl de encima de su cuerpo, su corazón le decía todo lo contrario.
Aguantó como pudo y más tarde el dolor que hubo en los jadeos y gemidos de Alexa había pasado a ser lujurioso y placentero. El lo había conseguido. Y al final de la noche acompañó a su novia al abismo de un orgasmo conjunto y natural, no forzado y bruto. Uno cargado de amor, pasión y todo lo que necesitaba Alexa para recuperarse.

¿Y la promesa? « Atl GarzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora