Capítulo 11

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-¡Atl! ¡ATL!-Le gritaban sus amigos viendo como se alejaba a toda prisa.
El corazón se le había parado. No podía articular palabra después de lo que había oído. Había estado dos largos años echándola de menos, y cuando menos lo esperaba, ella regresaba sin siquiera haber avisado a nadie. Sentía como poco a poco su corazón se partía en mil pedazos. Necesitaba encontrarla y saber si todo seguía siendo igual que antes, si seguía siendo tan bonita, si continuaba con aquella sonrisa tan perfecta que si él hubiera podido, la hubiera guardado para ponérsela cada vez que estuviera triste, y sobre todo, necesitaba saber si ella había cumplido la promesa y seguía amándolo.
-¡Atl!, ¿Se puede saber dónde vas?!-Le preguntó la señorita Bentley en tono autoritario.
-¡Atl!-Le volvió a gritar Calos-Mira lo que has provocado…-Fulminó a Zack con la mirada.
-¡Tenía que saberlo, Alexa fue su novia!
-¿Y… Lo sigue siendo?-Interrumpió Alejandro, con temor.
Todos lo miraron.
-Claro-Afirmó Zack.
-No ya no lo es -Lo contradijo Carlos-Alexa tiene novio, y no…no es Atl –Aclaró.
-¿De qué hablas?-Le preguntó Luis.
-Atl en ningún momento dijo que su relación con Alexa había terminado, solo que perdió el contacto con ella.
-Claro, y por eso cuando tu pierdes el contacto con alguien siegues siendo su pareja, ¿No?-Le habló Carlos en tono irónico-Si tuvieras una novia, y llevara muerta dos años, ¿Seguirías diciéndole a las chicas que conocieras que tienes novia? Vamos, Zack, la relación de Atl y Lexa se dio por terminada en cuanto ella cogió el avión hacía Londres.
Todos se callaron. Ninguno sabía que decir, estaban preocupados por Atl. Se había quedado inmóvil sobre el escenario y luego salió corriendo sin mediar palabra, aunque a decir verdad, les alegraba que Alexa estuviera de vuelta, pero sabían que las cosas podrían complicarse, y más sabiendo que Lexa tenía novio.

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Reí en cuanto escuché a Miranda contarme una de las topes caídas que había tenido Zack durante mi ausencia. Habíamos salido del aula, nos dirigíamos a la sala donde se solía guardar el material, ya que el profesor nos había encargado ir a por varias pinturas e íbamos hablando animadamente hasta que un portazo hizo que nos volteáramos.
Un chico acababa de salir del teatro, y caminaba de espaldas a nosotras, en la dirección contraria. Parecía molesto por algo, su paso era muy rápido. Miranda y yo lo miramos unos segundos, después, ella continuó hablando, pero yo seguí mirando como se alejaba. Tenía el pelo castaño oscuro y vestía con unos pantalones negros y una camiseta blanca. Aquel chico me recordaba a…
-Atl…-Dejé escapar en un suspiro en cuanto me percaté de que era él. Mi corazón dio un giro de trescientos noventa grados. Sentí como se encogía. Y todo aquello que sentí dos años atrás, volvió en cuanto él se giró. Pero para ese entonces, Miranda ya me había cogido del brazo y había tirado de mí para que entrara en la sala por el material.

¿Y la promesa? « Atl GarzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora