Capítulo 61

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Danielle caminaba de un lado a otro del salón. Alexa estaba sentada en el sofá, con las piernas dobladas bajo ella, agarrando un cojín tratando de soltar toda la tensión y presión que había en su cuerpo, llorando, desesperada y perdida.
Los chicos estaban por llegar. Al llamarlos durante la mañana habían decidido ir ellos a comer fuera por su cuenta. Ellas no habían querido
molestarlos y a Alexa le aterraba que Atl supiera que estaba embarazada y que precisamente él no era el padre.
-Tranquila, ¿Vale?-La tranquilizó Brenda-Todo saldrá bien. Atl lo entenderá y
-Debes abortar-Le incitó Miranda.
Alexa miró a sus amigas confundida. No tenía ni idea de lo que iba hacer. Pensar que en nueve meses tendría que abrirse de piernas y volver a sufrir un dolor incluso más grande que el que sintió dos noches atrás la cagaba de miedo. Ella no estaba preparada para ser madre y menos sin el padre verdadero del bebé, aunque en su caso prefería estar sola que mal acompañada.
La puerta del apartamento se abrió. Su corazón se disparó y las lágrimas salieron de nuevo por sus ojos en cuanto vio a Atl entrar con una sonrisa la cual se esfumó en cuanto vió el rostro de su novia.
-¿Qué paso?-Vocalizó con dificultad.
Todo el mundo hizo silencio y las miradas se fueron directas a Alexa. La mirada de Atl chocó contra la de ella y se sobresaltó al ver los ojos de su pequeña empapados en lágrimas.
-Cariño...-Empezó a dirigirse hacia ella pero Alexa se levantó de inmediato y echó a correr hasta la habitación, donde se encerró y se echó a llorar-¡Lex!-Atl salió tras ella pero Miranda se levantó y lo cogió del brazo negando con la cabeza. Él la miro sin entender que estaba pasando.
-Atl- Danielle se levantó y se acercó a él.
-¿Qué está pasado?-Balbuceó-¿Qué le ha dicho la doctora? ¿Está bien? ¿Esos imbéciles le han dejado secuelas? Vamos Danielle, ¡dime que diablos ocurre!-Su voz dejaba ver lo aterrado que estaba y la verdad es que ni siquiera tenía una idea de lo que una de sus amigas iba a contarle.
-Atl tranquilízate-Le alentó Brenda.
-Es muy enserio me estas asustando. Dime de una vez que pasa. Tengo que ir con ella.
-No, siéntate-Le ordenó Miranda.
-No pienso quedarme aquí esperando horas y horas hasta que alguien me diga que ocurre-Se dio la vuelta y emprendió el camino hasta el pasillo.
-Alexa está embarazada.


Un meteorito acababa de estrellarse contra la Tierra y lo había arrasado todo.
O al menos eso fue lo que sintió Atl en su interior cuando escuchó el nombre de su princesa y las dos palabras consiguientes.
-Alexa está embarazada-Le había dicho Danielle.
Y todo su interior se había convertido en piedra. Su mirada se quedó paralizada pero alguna parte en su interior supo que los chicos que estaban detrás de él estaban también petrificados, no como él, pero la sorpresa no era pequeña en absoluto.
Su estómago se retorció. Trató de articular palabra pero de su garganta tan solo salió un gemido ahogado e insonoro.
-Atl siéntate por favor-Le pidió Brenda. Él no respondió, se limitó a ladear la cabeza a un lado en dirección a la habitación donde se había encerrado Alexa. Luego empezó a caminar hacía allí con el corazón colgando de un hilo.
-No. Atl, ¿A dónde vas?-Carlos fue a agarrarle del brazo pero él se lo impidió con un gesto brusco.
Siguió caminando hasta la puerta y colocó la mano en el pomo.
En cuanto abrió la puerta vio a Alexa de pie, frente al espejo, con las manos en el vientre, sumida en un horrible llanto. Ni siquiera dio una muestra de que se hubiera enterado de que Atl estaba allí.
Él cerró la puerta y se encaminó hasta ella. Cuando estuvo tras su espalda, le rodeó lentamente la cintura y abrazó su estómago, colocando sus manos sobre las de Alexa.
-Atl-Sollozó ella.
"No, no, no, no" Se dijo Atl en su cabeza. No quería que hablara porque algo en lo más profundo de su ser sabía las palabras que iban a salir de la boca de Alexa y no podía ser cierto, quería que no lo fuera. Si escuchaba aquella maldita frase su mundo sufriría tal desequilibrio que no podría volver a ponerlo en su sitio por más que luchara y luchara día tras día.
Rezó una vez más para que Alexa se mantuviera callada.
-Tú no eres el padre.
Cerró los ojos y se apretó los labios con fuerza, se los mordió hasta que le sangraron. Trató de ser razonable y controlar todo lo que sentía en aquel momento pero solo quería echarse a llorar, salir corriendo y acabar con la vida de Leonardo. Luego obligaría a Alexa a abortar para que nada de esos mal nacidos quedara entre ellos.
-No me importa-Salió de su boca luchando contra su interior-Cuidaré a ese bebé como si fuera mío.
Ella apretó las manos de Atl con fuerza y continuó llorando. Atl la volteó y la apretó con fuerza contra su pecho mientras ambos se dejaban caer en un océano de lágrimas frías y cargadas de dolor.

¿Y la promesa? « Atl GarzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora