Capítulo 44

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-Atl responde-Le gritó Carlos-ATLLLLLL-Colocó las manos en sus hombros y comenzó a zarandearlo-Despierta joder. Vuelve a la realidad
-¿Dónde está Alexa?-Fue lo primero que preguntó después de salir del trance.
-No lo sé supongo que ya debe estar en el aeropuerto. Hay que darse prisa
-¿Cómo que en el aeropuerto?-Tartamudeó tratando de procesar las palabras de su amigo.
Alexa no podía marcharse ¿Cómo se le había ocurrido? Ya se había marchado una vez y le había roto el corazón. No podía hacerlo otra vez, él la quería y por su culpa volvía a marcharse.
-No hay tiempo para explicaciones-Carlos lo cogió de la camisa y lo arrastró fuera de casa hasta el coche-Aún no puedo creer que hayas hecho esto
Una vez dentro Atl se llevó una mano a la cabeza mientras tenía la vista pegada al frente y su corazón latía con fuerza. Carlos pisó el acelerador con fuerza y sacó el móvil del bolsillo, como pudo marcó un número tratando de no desviar la mirada de la carretera y se lo llevó al oído.
-¿Alejandro?
-¿Qué?-Preguntó al otro lado.
-Necesito que llames a Luis y a Zack y que vayán todos al aeropuerto enseguida.
-¿Al aeropuerto?-Alejandro frunció el ceño.
-Sí eso he dicho-Le gritó con nerviosismo.
-¿Pero para qué? ¿Es que acaso empezamos la gira y yo aquí sin saber nada?-Alejandro no tenía ni la menor idea de lo que ocurría.
-No, no es eso, tú solo llámalos. Nos vemos allí en quince minutos
-Pero…
Carlos ya había cortado la llamada y había acelerado la velocidad.
***
-Eres un pendejo Atl ¡Eres un pendejo!-Le recriminaba Carlos mientras se bajaban del coche y corrían al interior del aeropuerto.
Él no contestó, no podía pensar en otra cosa que no fuera Alexa que estaba en peligro y todo por su culpa. No podía hacerse la idea de que aquellos dos tipos le pusieran un dedo encima.
Cuando se dio cuenta, Carlos ya estaba llamando a una modosita chica vestida con una chaqueta y una falda de color azul marino para que los atendiera.
- ¿Cuándo sale el vuelo a Londres?-Preguntó Atl con impaciencia. La chica se sobresaltó.
-Em-Tras un poco de confusión levantó la vista hacía unos paneles y echó un vistazo. Luego miró a Atl y a Carlos-El último despegó hace cerca de media hora.
-¿Qué?-Preguntó Carlos. Atl sentía como su corazón se retorcía.
-Sí. El último vuelo de hoy hacia Londres salió hace veinticinco minutos-Volvió a hablar la chica.
“El último vuelo. El último vuelo. El último vuelo” Esas palabras resonaros dentro de la cabeza de Atl.
-No, no, no-Gritó golpeando la pared con los puños. Luego se llevó las manos a la cabeza y apretó los dientes.
La chica lo miró tratando de comprenderlo.
-¿Cuándo sale el próximo?-Preguntó Carlos alejando a la chica de la actitud de Atl. Veía como a su amigo comenzaban a empapársele los ojos.
-Mañana a primera hora-Informó.
-Bien, gracias-Se despidió. La chica sonrió y se alejó. Carlos fue hasta Atl.
-Yo le hice esto Carlos. Yo dejé que se marchara. Yo le dije que se marchara
Su amigo le colocó una mano en el hombro.
-Avisaremos a la policía, quizás ellos puedan contactar con Inglaterra de alguna manera. Seguro que se las montarán de alguna manera para averiguar la dirección de esos imbéciles e irán a asegurarse de que todo esté bien y nosotros esperaremos a mañana para coger el primer vuelo que salga directo hacia allá.

********
Alexa se acomodó en el asiento que quedaba junto a la ventana, dejó sus cosas bajo sus pies y sacó el iPod del bolsillo. Se colocó los audífonos y le dio al play. ‘Gone too soon’ de Simple Plan empezó a sonar, se puso aún mas nostálgica, la canción iba perfecto con la situación.
Tom se sentó a su lado y le sonrió.
-¿Estás bien?-Le preguntó.
Pero antes de que ella pudiera responder apareció Leonardo con su sonrisa tan peculiar como siempre y contestó por ella.
-Claro que está bien. Está con nosotros, no puede estar mejor con nadie.
Alexa sintió de repente un nudo en la garganta, le entraron unas tremendas ganas de levantarse y correr fuera de aquel avión pero ya era demasiado tarde. Se limitó a fingir una sonrisa y les dió la espalda para dirigir su mirada a la ventana. Tom fué de nuevo a su asiento con Leonardo mientras que Alexa miraba por la ventana derramando silenciosas lágrimas.

Adiós Ciudad de México. Adiós Atl.

¿Y la promesa? « Atl GarzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora