Capítulo 17

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Alexa entró en el coche de Atl nerviosa, avergonzada. No se atrevía a girar la cara y mirarlo fijamente a los ojos, él en cambio, a pesar de ser el que conducía, cada vez que podía posaba su mirada sobre ella y sacaba tema de conversación. Le preguntó sobre sus padres, sobre el colegio y sobre la actualidad. En ningún momento llegaron a mencionar la causa de su separación o si ahora ambos tenían alguien con quien compartir su vida. Alexa contestaba corta y sin mostrar apenas ninguna expresión. Trataba de no mantener mucho contacto con él, pero Atl trataba todo lo contrario y con las preguntas que le hacía ella no podía mantenerse callada y ser tan maleducada como para no contestar.
Al llegar al restaurante, todas las miradas fueron a parar sobre ellos. Todos los que estaban allí, todos sus amigos parecían acabar de ver un fantasma. El castaño venía tras ella con una de las sonrisas más grandes que se le había visto en los últimos añosvy ella simplemente trató de esconder su avergonzado rostro llegando a toda prisa hasta su sitio y sentándose al lado de Bren y Miranda, enfrente de ella estaba Carlos y al lado de este se sentó Atl quien al instante comenzó a hablar con sus compañeros.
-No puedo creerlo-Dijo Miranda sorprendida.
-Yo tampoco-Contestó Alexa aún tratando de no llamar mucho la atención-Pero no digas nada al respecto. Cierra la boca, por favor.
En cuanto levantó la cabeza porque el camarero ya estaba allí dejando los platos con la comida, se encontró de pleno con la mirada y la sonrisa de Atl. Era increíble como la esperanza que seguía teniendo él se podía ver reflejada en el brillo de sus ojos y en la sinceridad de su sonrisa.
Los chicos mantuvieron ocupado a Atl todo el tiempo, cosa que agradeció Alexa con toda su alma. Se cruzó con su mirada mil veces pero en cuanto notaba que sus mejillas subían de tono miraba a otra parte o se distraía hablando con las chicas. Ellas sí que podían sacarle todas las sonrisas que escondía. Dio una última cucharada a su postre cuando su celular comenzó a sonar y recordó algo: Se había olvidado de avisar a Tom.
Se dio prisa en contestar pero sabía que no iba a servir de nada. Ya era demasiado tarde como para que Tom la saludara con una sonrisa y un agradable “¿Cómo estás, cariño?” seguro que ahora estaba furioso.
-¿T…tom?-Tartamudeó ella.
Atl se percató de la preocupación que apareció de la nada en el rostro de la chica.

*******Llamada*******

-¡Ni Tom ni nada, Alexa! ¿Se puede saber dónde te has metido?
-Estoy comiendo con unos amigos. Alejandro ha salido del hosp…
-No me importa lo que le haya pasado a ese ¿No crees que lo que deberías haber hecho primero sería llamarme? Llevo como loco buscándote por todas partes
-Pero…
-Cállate, Alexa. Ni si quiera te he dado permiso para salir por ahí a comer. A ver, ¿Con quien demonios estas?
-Con Miranda, Danielle, Brenda, Niky, los chicos y el chico de aquél poster ¿Recuerdas?-Le contestó tratando de no asustarse-
-¿Qué? Ya estas volviendo a casa ahora mismo ¿Cómo se te ocurre salir con esos sin mi permiso? ¿Cómo diablos se te ocurre, Alexa?
-Tom, yo…
-No digas nada. Quiero verte en casa en menos de diez minutos Cuando llegues seguiremos hablando de esto-Y cortó la llamada. Alexa sintió un escalofrío. Varios de sus amigos tenían la mirada puesta en ella.
-Lo siento chicos, pero tengo que irme-Se levantó, cogió su bolso y se abrió paso entre las mesas.
-¿Qué?-preguntó Danielle.
-¿Por qué?-Carlos se levantó.
-Me… Ha surgido un imprevisto. Lo siento. Me ha encantado volver a verlos-Lanzó una fugaz mirada a Atl, que la miraba atónito y preocupado a la vez y se marchó, con el corazón encogido y temeroso de saber lo que podría llegar a pasarle en cuanto llegara a casa.
Tras varios segundos observando cómo se marchaba, Atl retiró su silla hacía atrás y se levantó para salir corriendo tras ella. Una vez en la calle, la cogió de la muñeca sin hacer fuerza. Ella se giró sobresaltada.
-Te llevo a tu casa-Le dijo.
-¿Atl, que…? No. Puedo ir caminado, No tienes que…-En aquel momento, lo último que le preocupaba era Atl. Cuando Tom se enfadaba, podía llegar a ser muy peligroso. Nunca le había hecho daño a Alexa, pero ella temía cada vez que un grito salía de la boca de aquel hombre.
-Déjame llevarte por favor... No es ninguna molestia.
Alexa lo miró preocupada.
-No creo que sea una buena idea
-Vamos- El castaño colocó una mano en la espalda de Alexa para hacerla ceder. Ella no pudo negarse pero el simple hecho de sentir alguna parte del cuerpo de Atl tocándola, la hacía estremecer.
Atl no le pidió explicaciones durante el trayecto sobre su repentino imprevisto. Sabía que podía hacerla sentir incomoda y solo quería que estuviera bien y a gusto con él así que si ella no hablaba decidió que él tampoco lo haría. Solo le regalaría sonrisas cada vez que pudiera.
En cuanto llegaron al bloque de pisos donde Alexa compartía apartamento con Tom, Atl se dio prisa para adelantarse a la puerta y abrirla. La acompañó hasta la entrada.
-Bueno… Gracias, Atl-Alexa le regaló una sonrisa sincera, pero seguía nerviosa, preocupada y avergonzada.
-Por nada-Contestó él.
Y el tiempo volvió a pararse, al menos para ellos dos quienes compartían una tierna mirada en la que se podía ver todo el añoro que Atl había sentido durante el tiempo que ella no había estado con él.
Atl se acercó más a ella, casi pegando su frente contra la de Alexa, su aliento a menta lo hechizó y como si alguien lo estuviera manejando ladeó la cabeza hacía un lado y la fue acercando poco a poco hacía la de Alexa. ¿Su objetivo? Los dulces labios de Alexa que llevaba dos largos años sin probar.
Sintiéndose confundida, Alexa se perdió por completo en los ojos de Atl, en su aroma y en su simple presencia. Cerró los ojos involuntariamente y…

¿Y la promesa? « Atl GarzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora