Capítulo 45

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-Llegamos-Anunció Leonardo abriendo la puerta de su apartamento. Alexa entró tras él. Tom fue el último.
-No creí que tuvieras un gusto tan elegante-Comentó Alexa cargando una maleta.
-Leonardo siempre ha tenido este gusto tan refinado-Le contestó Tom quitándole la maleta y llevándola a una habitación. Alexa lo siguió para que le mostrara el lugar donde dormiría y el resto del piso
-¿Te parece bien?-Preguntó señalando la cama.
-Sí pero creí que volveríamos a tu piso
-Oh, ya. Es que mientras estuvimos en Cdmx ordené que hicieran algunas reformas. En un par de días volveremos allí. Mientras tanto nos alojaremos aquí a menos que te sientas incómoda y prefieras que nos mudemos a un hotel lejos de Leonardo. Sé que a veces puede parecer muy…
-No, no-Lo paró ella-Aquí está bien, no te preocupes Tom, gracias.
-Bueno allí está el baño ¿Necesitas algo más?
-No solo me daré una ducha, sacaré las cosas de la maleta.
-Vale-Se acercó a ella y la besó los labios cosa que ella no se esperaba así que la tomó por sorpresa. Luego le guiñó un ojo y la dejó a solas en la habitación.
Trató de centrarse y alejar cualquier pensamiento confuso de su cabeza ya estuviera relacionado con la decisión de volver a Londres, Tom, Leonardo o Atl.
Abrió la maleta, sacó varias prendas de ropa y entró en el baño. Se duchó, se relajó, se arregló el pelo y para terminar se puso algo cómodo para estar por casa. La noche estaba por caer y el cambio de horario de un país a otro la había dejado hecha polvo pero también tenía hambre y quería cenar.
Salió de la habitación y se encontró con Leonardo abriendo armarios en la cocina.
-Hola-Dijo ella para que se percatara de que estaba allí.
-Ah-Se volteó-Hola hermosa-La recorrió con la mirada y una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro.
-Tengo hambre-Se quejó Alexa.
-Yo también-Suspiró Leonardo sin poder evitarlo. Alexa enarcó una ceja y Tom salió de otra habitación.
-¿Hay comida?-Preguntó acercándose a su hermano y acechándolo con la mirada.
-No, hay que salir a comprar algo.
-Iré a por una chaqueta, hace frío-Repuso Alexa y los dejó solos en la cocina.
Ambos permanecieron callados hasta que ella se marchó. Ambos con la mirada sobre ella siguiéndola sin perder de vista ni un solo movimiento de su cuerpo.
Tom se giró de inmediato hacía su hermano.
-¿Es que no puedes guardarte las miraditas hasta la noche?-Le recriminó.
-No-Contestó severamente.

¿Y la promesa? « Atl GarzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora