♥ Love Me Right ♥ → «Yuwoo • Luwoo»

23: Visita inesperada

Narra Jungwoo:

Le había pedido a Lucas que fuera a comprar helado, ya que se me antojó. Claro, tampoco quería que saliera a media noche por un simple antojo mío, pero él insistió. Me encontraba sentado en el sillón del living, hablando por mensaje con Ten, quien me contaba que había discutido con Taeyong. En eso la madre de Lucas aparece, casi me da un infarto del susto.
—Jungwoo —dijo seriamente mientras se paraba enfrente mío.
—¿Si señora? —hablé dejando de lado el celular.
—Sé que mi hijo te quiero demasiado, jamás me había confrontado por nadie... Pero eso no es impedimento para que no haga lo siguiente. Después de todo tu eres el culpable de la enfermedad de mi hijo, "el ser gay" —espetó lo último con más enfado. Me sujetó de las muñecas y me golpeó contra la pared, lanzándome en contra de esta, haciendo que cayera, cuando iba a levantarme me pegó una patada en el estómago. Por algún motivo dolió como mil demonios, llevé mi mano a la zona afectada, sintiendo unos dolores intensos. No pude evitar sollozar.
—Ahora levantate y no le digas nada a Yukhei —exigió tirando de mi brazo, pero no me podía mover, el dolor era demasiado intenso.
—¡Jungwoo! —gritó espantado Yukhei mientras corría en mi dirección.— ¿estás bien? ¡Habla!
—E-estoy... bien —articulé con dificultad, sus brazos me rodearon y me cargaron hasta la cama de nuestra habitación.
—Dejame ver —habló dulcemente y retiró mi mano que estaba sobre mi estómago. Subió mi remera e inspeccionó la zona en donde fue dado el golpe, la cual estaba de un color morado, justo en donde sobresalía mi panza, no recuerdo haber comido de más todo este tiempo. Me sonrojé porque comenzó a dejar pequeños besos en mi abdomen y vientre. Los dolores punzantes comenzaron a disminuir y sólo quedó la molestia del golpe.
—¿Estás mejor? —preguntó preocupado.
—Si... Gracias Xuxi —respondí y lo abracé fuertemente.
—Ahora descansa, en un rato me acostaré a tu lado. Hablaré algunas cosas con mi madre —asentí y besé su frente. Para luego ver como se retiraba del cuarto. A continuación escuché como discutían en chino, pero no podía entender, desearía tener a WinWin para que me traduzca. Seguidamente escuché como arrastraban algo y cerraban la puerta de un portazo. Yukhei entró a la habitación más calmado y con una sonrisa.
—Se marchó, regresará a China. Ya no nos molestará —dijo mientras se acostaba junto a mí. Lo abracé, sabía que esta situación lo estresaba.
—Tranquilo, todo estará bien. Ahora estaremos en paz —susurré apoyando mi cabeza en su pecho.
—Tienes razón —en eso tocan la puerta, ¿quién puede ser a estas horas?— iré a ver quien es —asentí, él fue a ver quien tocaba. A los minutos me llamó, que fui hasta donde estaba. Me sorprendí al ver a Ten, pero no era el Ten de siempre, el alegre, el charlatán. En cambio estaba decaído, y sus pequeños y bonitos ojos estaban húmedos y rojos, estuvo llorando.
—Que gusto verte Ten, ¿qué sucedió? —dije tirando de su brazo para acercarlo a mí y darle un abrazo.
—Te quería pedir si podrías dejarme estar un tiempo en tu departamento, ya sabes... —habló triste y desganado. Había peleado con Taeyong, ¿pero por qué?
—Claro, puedes usarlo. ¿Necesitas qué esté contigo? —y nos separamos.
—No, quiero estar sólo esta noche. Gracias Jungwoo —asentí ante su petición.
—Haz como que estás en casa. Usa lo que quieras, ¿si? Cualquier cosa llámame —respondí, él sólo se limitó a susurrar un si y se marchó. Me pareció extraño, él y Taeyong nunca discutían.
—Es inusual verlo a Ten así... Pero de seguro ya sé porque está así —habló mientras parecía recordar algo.
—¿Qué sabes? —pregunté curioso.
—Luego te diré. Ahora dejame colocarte una crema en el moretón de tu estómago, ¿si? —iba a decirle que no era necesario, pero ya me estaba cargando hacía la habitación. Al llegar a esta me depositó suavemente en la cama y se dirigió al baño, a los segundos regresó con un botiquín, del cual sacó un pote blanco que contenía la crema.
—Necesito que te saques la remera —pidió abriendo el frasco. Asentí y retiré mi remera, para que su trabajo fuera más fácil me acosté mirando el techo rectamente. Sentí como esparcía la gélida crema por mi panza, haciéndome dar un cosquilleo.
—Diría que estás embarazado. Si es ese el caso, deberías cuidar mejor a nuestro hijo —habló divertido.
—Si tan sólo pudiéramos tener... —dije suspirando tristemente. Escuché el ruido de como cerraba el frasco, cuando iba a levantarme se apresuró poniéndose encima mío.
—Imaginar un rato no haría daño a nadie... —instruyó fingiendo enfado.— Señorito Kim, ¿le gustaría hacer un bebé?
—Oh, claro que si señor Wong —respondí siguiendo su juego. Seguidamente nos besamos apasionadamente mientras nos deshacíamos de la ropa.

•••

—Veo que te lo tomaste enserio —hablé algo agitado.
—Tal vez... —el sonido del celular de ambos nos interrumpió. Me despegué un poco de su cálido cuerpo, agarré mi celular. Tenía un correo electrónico de la universidad.

Les informamos a los alumnos que dentro de una semana se llevará a cabo un campamento en el bosque ---------. Los alumnos que asistirán serán...

Era seguro que tenía que ir, ya que la profesora dará exámenes respecto a la excursión.
—Supongo que a ti también te llegó lo mismo —asentí levemente— también asistirán los del otro sector... Que Taeil, Mork y Haechan también irán
—Es Mark —le corregí.
—¿Seguro?
—Si...
—Eh, mira detrás de ti —dijo rápidamente. Volteé y no había nada, me giré nuevamente y sin previo aviso me besó.
—Eso no se vale —instruí cuando nos separamos.
—Claro que vale —y se subió arriba mío mientras comenzaba esparcir besos por todo mi rostro.
—Por cierto, me acordé que mañana tenemos examen y aún no estudiamos nada —dije con una mueca de preocupación.
—¡Oh! Si, tenemos que estudiar, no quiero reprobar —y se levantó rápidamente, hice un puchero y me removí entre las sábanas. Me alcanzó una muda ropa y nos vestimos. Decidimos preparar café y estudiar en el living. En eso tocan la puerta, comenzaron a hacerlo varias veces, hasta que me decidí a ir a atender. Abrí la puerta, un hombre de edad mayor estaba enfrente mío, era alto, se veía temeroso, tenía su semblante muy serio, hasta daba miedo.
—Buenas noches, ¿tu eres Kim Jungwoo? —preguntó con su voz grave.
—Así es señor, disculpe, ¿quién es usted...?
—¿Quién es a estas horas cariño...? —habló Yukhei viniendo hacía aquí. Su rostro palideció y se quedó mirando al hombre con terror.— papá...
—Hijo... —susurró en respuesta el hombre. ¡Oh! Es mi suegro, que situación tan incómoda, pero... ¿Por qué está aquí? ¿Acaso... Será eso?