Después de aquel encuentro con el Capitán, el soldado de invierno se regresó al cuarto de su Kotenok para ver si ya se encontraba mejor.
-Anthoska. —-dijo adentrándose a la habitación que comparte con el castaño menor. —-¿Ya estas mejor? —-sabía que durante su embarazo las hormonas podrían jugarle una mala pasada.
-Si... —-contestó más tranquilo, sentado sobre la cama, abrazando la almohada. Malditas hormonas, por el hecho de ser hombre las hormonas atacaban con todo, técnicamente porque no es normal que un hombre esté embarazado, pero Stark era un especial.
-No te preocupes, hablé con Steve, ya no te dirá nada... —-se acercó hasta el menor. —-Solo dime quien te trata mal y yo me encargaré de que se arrepienta. —-se sentó al lado de el contrario.
-Gracias James...
-No hay problema. —-acarició su cabeza. —-Ahora vayamos a comer que tienes que comer por dos.
-Esta bien...
-Después de comer un plato con todos los alimentos que el Doctor te recomendó, podemos comer helado.—-sonrió.
-Me gustaría... —-Tony le devolvió la sonrisa. —-A Peter y a mí nos gustaría...
