—¿No es bonito nuestro vídeo? —decía un acostado Deadpool en la cama viendo la grabación en la pantalla de la habitación. —¡Te ves tan adorable! —rodaba sobre la cama abrazando una almohada como colegiala. —¡Kya! ¡Te podría comer en cualquier momento!
Por otro lado, Tony estaba recargado en el marco de la puerta del baño mientras observaba a su pareja juguetear en la cama. —¿De dónde sacaste esa almohada? —se confundió cuando notó que la almohada larga que traía su novio tenía su foto impresa.
—Es mi almohada especial, la compré por internet. —restregó su rostro en la almohada.
—¿Qué? —Tony nunca se imaginó que vendieran ese tipo de productos lo peor de todo era que no sabía que tipo de pervertido compraría algo así.
—Me gusta verte disfrazado y tener tu imagen en cualquier lado... Oye, ¿Y si cambio mi máscara por una que tenga tu rostro?
—¡Ni se te ocurra, Wilson! —se avergonzó pero a la vez se perturbó.
—Bueno, bueno. —le sonrió dulcemente. —¿Qué tal si hacemos un trío? Tu, la almohada y yo.
—Si sigues con eso, te voy a castrar. —un tic en su ojo derecho apareció.
De la nada, Wade se puso de pie, se dirigió hasta Tony, lo cargó como un costal de rastrojo y recostó sobre la cama para posteriormente ponerse encima de su pequeño genio.
—¿Me das un besito? —Wilson acercó su rostro al menor.
—Cállate y besame de una vez. —Tony puso sus manos alrededor de la cabeza de Deadpool y lo atrajo hacia él para besarlo profundamente. —Te amo mi bella rebanada de pizza, aunque a veces me saques de quicio. —dijo al romper el beso.
—Y yo a ti, pedacito de café. —le correspondió el gesto.
