—Me gusta, Señor Stark. —habló J.A.R.V.I.S. —Me gustaría que me diera una oportunidad.
—... ¿Eh? —de inmediato Tony se salió de la tina. —N-no sé qué decir... —al estar mojado y por los nervios no se fijó por donde iba por lo que en un mal paso se resbaló y cayó al piso boca arriba. —¡Ay! —se quedó en el piso asimilando la situación.
—¿Se encuentra bien, señor?
—Eso creo... —se levantó y caminó hacia su cama para recostarse, quizá todo el tiempo que estuvo trabajando ya le estaba cobrando factura, como imaginarse que su propia creación gustaba de él. —Te tomaré la palabra, J.A.R.V.I.S. y dormiré un poco.
La I.A. solo observó a su creador ya que éste se había acostado en su cama solo con la toalla puesta, si tuviera un cuerpo quién sabe que hubiera hecho.
Pasaron varias horas cuando finalmente el castaño despertó. —Dormí como un bebé... —se estiró.
—Buenas noches, señor.
—¿Noches? —se extrañó. —¿Qué hora es?
—Es media noche.
—Oh... Si que dormí demasiado... —se rio de sí mismo. —Tengo hambre... —no supo que pasó pero de un momento a otro una de sus armaduras llegó con hamburguesas.
