Después de varios minutos investigando, Tony por fin dio con los culpables. —Ya suponía que eran esos dos... —se recargó en su silla y posteriormente estiró sus brazos. —Creo que lo correcto sería vengarme, digo, por algo soy un vengador. —se dijo a si mismo.
Se levantó de su asiento y procedió a retirarse del lugar, ya había terminado o eso creía él pero admitía que eso no le importaba por el momento, lo que quería era darles una cucharada de su propia medicina a esos dos.
Salió de las instalaciones de Industrias Stark con cuidado de no ser visto por Potts, no quería regresar a la oficina. —La ra li, la ra lu, la ra la... —cantaba mientras caminaba a su auto de lujo, tenía una sonrisa malvada y burlona ya que pensaba en las distintas formas de vengarse.
Arrancó su auto y se fue, al llegar al primer semáforo con la luz roja amplió su sonrisa puesto que ya se le había ocurrido la mejor forma de vengarse de esos dos. —Posiblemente me maten... Pero el que se lleva se aguanta. —apretó el volante y justo vio como un limpia parabrisas se acercaba a él.
—Yo puedo cumplir tu fantasía, solo te pido dinero. —le sonrió con lujuria.
—Uh, que pena. —Tony habló con falsedad. —Pero estoy seguro que aclaré que debía ser gratis así que perdiste tu oportunidad, amigo. Ah, y te recomiendo que uses otro tipo de jabón para que laves mi auto, ya sabes. —sonrió bajándose un poco sus lentes de sol. —No acepto cualquier cosa. —el semáforo se puso en verde y Stark se fue de ahí dejando al tipo muy ofendido ya que le había dicho "poca cosa" indirectamente.
Por otro lado, Scott caminaba de un lado a otro por toda la Torre. —Solo dile sin travas, dile sin importar qué, ¡Estoy seguro que todo saldrá bien!
—Señor Lang, El Señor Stark acaba de llegar. —avisó V.I.E.R.N.E.S.
Scott respiró hondo para calmarse un poco. —Llegó la hora.
