Pepper suspiró cansada, algún día Tony le sacaría canas rojas es por eso que agradecía su cabello color naranja ya que así no habría mucha diferencia.
—...
—...
—¿Si no fuiste tu, quién fue? —la mujer se cruzó de brazos viendo seriamente a Stark. Quería patearlo.
—¿Qué pasa si te digo que no sé? —cuestionó con nerviosismo a la vez que sonreía. —Porque es la verdad.
—¿No sabes, eh? —sonrió con sarcasmo. —Es díficil de creer.
—Te pueden demandar por eso, Peps. —Tony trató de animar el ambiente con aquella referencia.
—¡No eres el maldito Capitán América, Tony! —Pepper enfureció. —Como tu no eres el que ha estado lidiando con esto, claro, no te importa. —usó sarcasmo.
—No es que no me importe pero... ¿Para qué estresarnos? Lo arreglaré pronto. —comentó seguro de si mismo.
—¿Y si te violan antes de que "pronto" ocurra? —lo vio con una sonrisa macabra. —Yo me reiré de ti.
—Eres mala... Y eso no va a pasar porque soy Superdupermegahiper genial. —se cruzó de brazos estando orgulloso de si mismo.
—Como sea, necesito que revises estos documentos. —Pepper le dejó los archivos en el escritorio.
—¿Y cuando termine ya me puedo ir?
—¡No me provoques, Tony! —se enojó hasta el punto de casi aventarle lo primero que agarrara.
—¿Pero si me puedo ir, verdad? —insistió el castaño como si nada.
—No sé por qué te quiero. —suspiró cansada la mujer dándose paso a la salida para retirarse de la oficina.
—¿Eso es un si? —preguntó Stark con un poco de descaro, le gustaba molestar a sus amigos.
—¡Haz lo que quieras!
Una vez que Tony quedó solo, se sentó en su comoda silla y pensó por unos segundos. —Ahora tengo que ver quién fue el chistosito que publicó eso.
Mientras tanto en la torre de los vengadores, Scott estaba tirado en el piso de la sala observando el techo. —¿Y si se lo meto desprevenido? —negó con la cabeza. —No, es una mala idea... Me mataría.
