Hulk le había levantado el trasero a Tony, el segundo ya no sabía que hacer pero se preparó para lo peor. —Voy a morir... —susurró Stark para si mismo, tenía pánico.
Sintió como el grandote colocaba su miembro en su entrada, y por lo que pudo sentir era muy grande, lo iba a partir en dos y eso si bien le iba.
Sin preparación alguna Hulk empezó a adentrarse en Tony, forzando su entrada y empujando con un poco de fuerza. El millonario apretaba las sábanas con toda la fuerza que tenía y mordía la almohada como si no hubiera un mañana. Todavía no entraba ni la punta y ya sentía un dolor horrible.
—De-deten-te... —gimió Tony en voz baja, sintió que Hulk si lo había escuchado sin embargo lo había ignorado.
Cada vez estaba más adentro del menor sin darse cuenta de nada hasta que nuevamente tuvo un conflicto interno.
—¡Hulk!
—¡¿Que?!
—¡Ya es suficiente, lo estás lastimando! —Banner estaba desesperado.
—¡No!, ¡No es cierto! —contraatacó Hulk.
—Si no me crees, mira tu mismo.
