Un secreto debajo de las sábanas [Dulcealba]

CAPÍTULO 45

CAPÍTULO XLV.

*narra Alba*
Alex y yo nos desconcertó que al lado del ex de Aída no estaba ella, hasta que al final llegamos a la conclusión de que tal vez no haya montado al avión y que Alba tenga una oportunidad más para poderla reconquistar.

Ya regresábamos a casa, cuando de repente vibra el móvil. Al abrir el móvil, me di cuenta de que tenía 10 chats sin enterarme, pero pensé que no era buen momento para contestarlos, pues no estaba de buen humor.

Pulsé en el chat de Aída y observé que había leído mis mensajes pidiéndole perdón, pero no los había contestado. Eso sí, ella seguía en línea. Tal vez más tarde me contestaría.

Y así fue. Acompañé a Alex a su casa y, al salir, recibí un mensaje por parte de Aída que me descolocó. Decía:
"Ya sabes dónde encontrarme..."
¿A qué se refería con ese mensaje? ¡Podría estar en cualquier sitio! Así que me puse a pensar sitios esenciales para ella, hasta que recordé que quizá fuese la tienda donde nos conocimos de la calle Caspe. Pensé en ir al día siguiente, pero es que no podía esperar más. Fui a mi casa andando y cogí la moto para ir a ese Zara que, a pesar de que estuviese cerrado, me encontraría a Aída.

De camino a la tienda, solo pensaba en ella. Me despisté por completo de mi alrededor. Solo pensaba en ella. Y por no parar de pensar en Aída, casi tuve un accidente que me supondría la vida, pero supe controlar la moto en un último momento antes de estallar contra un muro de hormigón.

Al llegar, me extrañé. Todo estaba desierto, ni rastro de nada... Me di cuenta de que ese no era el sitio al que se refería. Eso parecía un juego: tenía que seguir buscando para encontrar lo que uno quiere.

La siguiente parada que hice fue al bar donde yo trabajaba, pues aún estaba abierto y tal vez se estaría tomando una copa mientras me esperaba, pero... Nada. "Sigue buscando", me dije. ¿Qué lugar se refería Aída? ¿En su casa? ¿O en la mía? De momento, había que seguir pensando.