CAPÍTULO 16

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CAPÍTULO XVI.

Aída: Oye, tú... Tú... ¿Eres Alba?
X (dándose media vuelta): Sii...
Aída: ¿Y tu no estabas de recuperación en Can Ruti?
Alba (mirando a una amiga que tenía al lado) : Ya me dieron de baja...
Aída: Perdón, ¿interrumpo...?
Amiga: No, tranquila...
Aída: En fin, me marcho... Os dejo a solas.
Alba: Adiós...

Me dieron la espalda por segunda ve y se les escaparon unas ridas. No hice comentarios al respecto y seguí mi camino hasta llegar donde quería ir: con Alex y Gigi.
Aída: ¡Gigi!
Gigi (algo rara, puede que se hubiese tomado algunas copas de más) Dimee...
Aída: Me dejaste plantada para estar con mi hermano.
Gigi: Sii, si es mi churri... (le dió un beso a Alex)
Aída: ¡¿Qué?! ¡Lo que me faltaba ya! ¿Y cuándo me lo ibais a decir?
Gigi: Nosee.... Jajajaj
Aída: A mí no me hace ninguna...

*narra Aída*
No me hizo ninguna gracia, pero no pude acabar la frase: una copa impactó contra el suelo. Todo el mundo escuchó ese horripilante sonido y se giró para ver qué sucedía. ¡Era de Gigi, la copa! Tal vez la debería llevar a casa, se ha pasado con el alcohol, pensé. Y así lo hice, cogí por el hombro y me la llevé a su casa. Pasé una vergüenza terrible, me puse roja... Todos mirándome, pero la mirada de Alba destacaba ante las demás.
Tras llevar a Gigi a su casa, Alex y yo nos fuimos hasta nuestra casa, momento idóneo para empezar una conversación.
Aída: Tete... ¿Cuándo me ibas a decir que estabas con mi amiga?
Alex: No le hagas caso, estaba borracha y empezó a decir cosas al azar.
Aída: No sé, no me lo creo...
Alex: Es la pura verdad.
Aída: ¿Ah, sí? Pues explícame esto.
En ese momento le enseñé una foto del instagram de la Gigi donde salía Alex y ella besándose, con un pie de foto donde decía: "Te quiero."
Alex: ...
Aída: ¡Alex!
Alex: Está bien, estoy con ella. Te lo iba a decir hoy, te lo juro, pero se me lanzó y no me dejó darte explicaciones.
Aída: Suerte que eres mi hermano y no me puedo enfadar conmigo. Venga va, dame un abrazo.
Y, al acabar ese abrazo de hermana a hermano, abrimos la puerta para entrar a nuestra casa.
Alex: Las damas primero.
Como ya era tarde, ambos ascendimos al piso superior de la cada y cada uno se encerró en su respectiva habitación, pero antes nos dimos las buenas noches y un intenso abrazo. Los dulceidos ya lo sabían, me encantaba dar abrazos y en concreto a mi hermano. Me tumbé en la cama, apagué la luz y cerré los ojos. En ese momento no sabía qué estaba pensando. Sin embargo, no pude dormir hasta dentro de un buen rato, pues surgió en mi mente una pregunta alocada que solo yo podía responder. ¿Sentía algo por... Alba?

Un secreto debajo de las sábanas [Dulcealba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora