CAPÍTULO 32

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CAPÍTULO XXXII.

Alba: Aída, tengo que hablar contigo sobre algo que seguramente no sabías...
Aída: ¿Pasa algo...?
Alba: No sé, te quiero...
Aída: Yo sí que te quiero.
Alba: No sé, con lo que me hizo mi ex que me utilizó me di cuenta que la única persona que siempre estaba ahí, que siempre me apoyabas, que siempre te preocupabas por mí... Eras tú.

*narra Aída*
Me puse algo roja por lo que me dijo, pero tenía una sonrisa sabiendo que le gustaba. Esta vez sí... Ya montada en sus caderas, me acerqué a sus labios, ya notaba cómo nuestras bocas se iba entralazando y se sumergían en otra dimensión de la que no quería salir. Al acabar, me di cuenta de que no la podía desaprovechar: ella me entendía y me sentía muy cómoda, a pesar de que sea una chica. ¿Y qué más da? Si me siento bien con ella pues estoy con ella, quién iba a decir que me hubiese gustado, pero así fue y no iba a malgastar esa oportunidad. Ese primer beso que nos dimos fue algo corto, pero muy intenso y lleno de amor. Tras terminarlo, sin darme cuenta tenía otra sonrisa en la cara. Jamás me había pasado eso con ninguna persona... Ella me transimitía su sonrisa y eso me gustaba aún más.

Alba: Me ha encantado...
Aída (sonroja): Y a mí... Me gustas...
Alba: Y tú a mí... Te paso a buscar mañana a las 9 de la noche. Te llevaré a un sitio muy especial para mí.
Aída: Está bien... Te esperaré en el portal, a ver a dónde me llevas.
Alba: Sorpresa... Nos vemos mañana.

*narra Aída*
Le di un abrazo muy fuerte, la miré a los ojos y ambas sonreímos. Cogí mi bolso y me marché hacia casa. De camino, no paraba de pensar en ella. No la podía sacar de mi mente... Sentía bastante atracción con ella. Decidí irme a dormir y esperar ansiosa la sorpresa de Alba... "Seguro que me gustará..." -pensé.

Al día siguiente...
Ya eran las nueve y estaba esperando a Alba en el portal. Me dijo por el móvil que me vendría a buscar en moto, así que mientras venía esperé sentada en la puerta del edificio. Cuando menos me lo esperaba, llegó ella, con ese pelo negro que era único.

Alba: Estás preciosa...
Aída (tímida): Gracias... Alba: Béndate los ojos, te voy a llevar a un sitio muy especial para mí...

Mientras estaba en la moto, me agarré fuertemente a la cintura de Alba. No la quería soltar, encima tenía los ojos tapados y no podía ver nada... Pero al fin llegamos a donde Alba quería ir. Me quitó la benda y... Me quedé impactada por donfe me llevó. Ese sitio era mi favorito también y era precioso, un lugar que para mí era muy romántico, me volvía loca, un sitio donde seguro que lo pasaríamos genial, un lugar donde me podía desahogar...

Un secreto debajo de las sábanas [Dulcealba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora