CAPÍTULO 68

1.4K 41 2
                                    

CAPÍTULO LXVIII.

Sin avisar, entré en la habitación y... Me encontré a Alba en ropa interior haciendo un Skype con alguien. Lo peor de todo es que esa persona con la que hacía videollamada no era mi hermano, ni ninguna exnovia suya, sino que era mi... Mi mejor amiga... Gigi.

En ese momento un montón de emociones se me acumularon. No podía aguantar más esa situación así que me marché de la habitación y de mi casa con lágrimas en los ojos y sin rumbo. No me podía creer que me hiciesen eso mi novia y mi mejor amiga... Con eso aprendí que no ya no podía confiar en nadie, me podía esperar cualquier cosa de todos.

Cuando me fui de casa, escuché gritos de Alba intentando llamándome y que hablásemos, pero yo no quería, así que me ignoré esas voces y seguí corriendo hasta llegar a un parque tenía cerca.

Estuve varios minutos con lágrimas en los ojos y sin creerme lo sucedido. No pensaba perdonar a Alba... Ni a mi mejor amiga... Demasiado daño me habían hecho.
Al cabo de unos minutos, de repente, empecé a escuchar voces de niña por el parque. Miré a mi alrededor y no había nada, solo había viento. Lo dejé estar. Sin embargo, segundos después el columpio del parque empezó a balancearse y yo escuchaba risas de niñas. Eso no me empezaba a gustar nada... Me daba mal rollo el balanceo del columpio sin haber nadie en él, así que me di la vuelta para no verlo y los arbustos empezaron a agitarse, y no había viento. En ese instante pensaba que estaba loca, que eran alucionaciones y que necesitaba descansar, pero unos pasos de alguien acabaron de alterar mi calma. Estaba tan nerviosa que pegué un grito tan fuerte que resonó por todo el parque y empecé a agitar mi cabeza pensando que me estaba transtornando, que algo me sucedía. No paraba de temblar, no me podía estar ni un segundo quieta.

Otro sonido cercano constante ya me transtornó por completo. No conseguía saber qué era. De hecho, estaba tan nerviosa que cogí el bolso y lo lancé con fuerza contra el suelo de lo inquieta que estaba, hasta que descubrí que ese ruido era una llamada entrante del móvil. Saqué el teléfono del bolso y vi que quien me llamaba era...

Un secreto debajo de las sábanas [Dulcealba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora