CAPÍTULO 8

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CAPÍTULO VIII.

Aída: Mama, esta noche se va a quedar una amiga a dormir, ¿te parece bien?
Anna: Está bien, ahora en un rato cenamos
Aída: De acuerdo, mientras ponemos la mesa
Alba: Sí, mejor, así no le damos tanta faena a tu madre

Cuando acabamos de comer, recogimos la mesa y nos dirigimos a la habitación.

Alba: Venga va, quien llegue antes en la habitación gana.
Aída: Sii, a la de una, dos y... ¡tres!

Las dos salimos corriendo. Al subir por las escaleras para ir a la planta superior, Alba se tropezó con una escalera y casi se cayó al sola. La ayudé a levantarse y seguí corriendo mientras se me escapaba una risa.

Ya veía la puerta del dormitorio. Miré atrás para ver dónde estaba Alba y... Me choqué contra la puerta de la habitación de mi hermano. Nos reímos, pero Alba me avanzó y llegó primera.

Aída: Jajajaj no se valeee
Alba: Jaja

Nos reímos y nos tumbamos en la cama. Charlamos durante horas y se hicieron las doce. Anna llamó a la puerta.

Anna: Yo me voy a dormir... ¿Os váis ya?
Aída (entre risas): Siii, ahora nos vamos
Anna: Está bien, buenas nochees
Aída y Alba: Buenas nochees

Aída: ¿Nos vamos ya?
Alba: Si, mejor, que mañana me tengo que levantar temprano para ir a mi casa
Aída: Vale, buenas nochees
Alba: Buenas noches.. mañana nos vemoos

*narra Aída*
Apagué la luz y me tumbé. Vi que Alba cerró los ojos. Decidí cerrarlos yo también. Al cabo de unos segundos, noté como Alba me abrazaba por la espalda. A primera impresión, me espanté, pero cuando me di cuenta que era ella volví a cerrar los ojos y me agarré a sus brazos para no dejarla escapar.

Un secreto debajo de las sábanas [Dulcealba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora