CAPÍTULO 59

1.6K 47 4
                                    

CAPÍTULO LIX.

*narra Alba*
La verdad es que me sentía mal por haberme cabreado con Aída. Era mi novia, y la quería mucho. No sabía si enviarle un mensaje pidiéndole disculpas, pero al final me decanté por ir a su casa, cara a cara, sin ocultar nada. Así que, como siempre, cogí mi moto y me dirigí hacia donde vivía Aída. De la moto saqué unas bolsas, y llamé a la puerta.

Alba: ¿Está Aída en casa?
Anna: Claro, se encuentra arriba. Pasa, como si fuese tu casa.
Alba: ¡Muchas gracias! Si no te importa, dejo estas bolsas aquí, al lado del sofá.
Anna: Sí, déjalas ahí.

Llamé a la puerta de la habitación. Al pasar, me encontré a Aída tumbada en su cama, intentando taparse su cara. No sabía por qué la ocultaba, hasta que por unos instantes vi los ojos de Aída y quedaban restos de lágrimas... Había llorado.

Alba: Cariño, ¿qué te pasa?
Aída: Da igual...
Alba: Vale...
Aída: Alba...
Alba: Dime, cariño.
Aída: ¿Qué estabas haciendo en el centro comercial?
Alba: Espera un momento.

*narra Aída*
Alba abandonó la habitación y se fue al salón. No sabía qué hacía, hasta que de repente ella entró por la puerta con unas bolsas en la mano. ¿Qué eran esas bolsas?

Alba: Aída... Hace un mes que estamos juntas.
Aída: ¡Pensaba que te habías olvidado! Por eso lloraba... ¡Yo también fui al centro comercial para el regalo!
Alba (dándole el regalo): Toma aquí tienes.

*narra Aída*
Abrí el regalo, y era...

Un secreto debajo de las sábanas [Dulcealba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora