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Juliet ya estaba entrando a la semana treinta y nueve, y Saskia podía nacer en cualquier momento. Ya estaban en la cuenta regresiva. Por la misma razón Juliet ya estaba muy fastidiosa, casi no podía dormir, todo le incomodaba, sus pies se hinchaban más y Saskia le hacía doler peor con cada patada. Casi no tenía espacio allí dentro.
Todo ya estaba listo para recibir a la bebé. Todos los bolsos estaban en el auto, había una cuna en la habitación de Christopher y su habitación para ella sola estaba lista. Sólo faltaba que naciera para completar la familia y que se acabara la ansiedad en la familia. Hasta Christopher se encontraba emocionado y preguntaba cada día cuando venía Saskia.
-¡Justin! -Exclamó Juliet desde el jacuzzi.
Justin dejó la Mac de lado y se levantó de la cama para ingresar al baño.
-¿Qué sucede hermosa? -Preguntó.
-¿Me ayudas a salir de aquí? -Preguntó. -No me puedo levantar. -Se tapó el rostro con vergüenza.
Justin sonrió con ternura y se acercó a ella con una toalla en la mano para que se secara. La ayudó a salir con cuidado y la envolvió.
-Deja de ponerte roja por pedirme ayuda. -Dijo Justin y besó su frente.
-Es que me siento un oso que ya no tiene movimiento. -Bufó y tomó una crema para las estrías que había sobre un mueble.
-¿Quieres que te ayude a ponerte? -Preguntó elevando sus cejas.
-No. -Rió y le pegó levemente. -Sólo quiero sentirme cómoda nuevamente.
-Ya falta poco para conocerla. -Justin sonrió ampliamente y colocó una mano sobre su vientre. -Ya quiero tenerla en mis brazos y decirle que seré el padre más insoportable y celoso de todos.
-Se lo dices desde que nos enteramos que era una niña. -Respondió Juliet riendo y lo besó.
-Como digas. -Puso sus ojos en blanco. -¿Cuándo dices que nace? -Preguntó mientras salían del baño.
Juliet se quitó la toalla y comenzó a ponerse el pijama.
-Segura que dentro de muy muy poco. -Respondió. -Quiero que sea lo más pronto posible, ya quiero conocerla. -Sonrió.
Se sentó en la cama y comenzó a pasar sus manos por su vientre ya muy crecido. Juliet se sentía una pelota.
-Ya me he cansado. -Rió mientras mordía su labio inferior.
-Yo me canso de sólo verte. -Bromeó Justin. -¿Quieres que te traiga algo para comer? -Preguntó.
-Aún puedo bajar las escaleras.-Respondió.
-¿Quieres que te peine?
-¡Si! -Exclamó con una sonrisa. Amaba que la peinaran.
Justin rió y caminó hacia el baño para tomar el cepillo. Volvió y se sentó detrás de Juliet para poder peinarla. Juliet cerró sus ojos y gimió satisfecha por la tranquilidad con la que Justin la peinaba.
