Infertility ➵ j.b

veintinueve

Juliet's Point of View.

Luego de catorce horas y media al fin habíamos bajado del avión, ya estábamos en Alemania. No sentía el trasero de tanto estar sentada. Justin caminaba como un zombie a mi lado, me daba gracia verlo, él estaba durmiendo cuando el avión aterrizó y no quería despertarlo, cuando duerme se ve muy tierno.

Tomé su mano y él me sonrió. Apretó mi mano y la besó cortamente para luego caminar hacia la salida después de recoger nuestras maletas. Dejé mi maleta a mi lado y miré hacia los costados para ver si había algún taxi.

-¿Ves algún taxi? -Pregunté y Justin rió.

-Bebé estamos esperando el auto que alquilé. -Respondió.

-¿Pero eso no es una agencia de alquileres de auto? -Pregunté mirándolo con curiosidad y él negó.

-En algunos aeropuertos puedes alquilar autos y aquí se puede. Así que lo hice y ahora estamos esperando. -Dijo.

-Tiene todo calculado señor. -Reí y me apreté contra su brazo.

-Lo sé señora. -Soltó una carcajada y besó mi cabeza.

Unos minutos después una bonita camioneta Kia color rojo se estacionó delante de nosotros y un hombre con traje salió de ésta.

-¿Señor Bieber? -Preguntó el hombre y Justin asintió. -Bien, aquí tiene su camioneta, la cual tendrá que devolver aquí mismo cuando venga a tomar su vuelo. Tienes que firmar aquí. -Indicó con su lapicera y Justin firmó. El hombre tenía un inglés forzado. -Tendremos la copia de su licencia hasta que devuelva el auto.

-Lo sé. -Respondió Justin y tomó las llaves que el hombre le tendió.

-Cuídelo señor.

-Lo haré. -Sonrió Justin y mordí mi labio al verlo de perfil. Era tan hermoso.

-Eso es todo, disfruten su estadía en Alemania. -Dijo con una amable sonrisa en el rostro y sonreí.

-Gracias, adiós. -Dije.

-Adiós. -Saludó Justin y caminamos hacia el bonito auto.

Muy caballerosamente me abrió la puerta del copiloto y entré después de besar sus carnosos labios. Justin guardó las maletas en el maletero, entró del lado del piloto y se colocó el cinturón.

-¿Sabes como llegar al hotel? -Pregunté dejando mi celular sobre mis piernas.

-No, pero pondré el GPS. -Respondió riendo y solté una carcajada.

-Que la suerte nos acompañe. -Dijo cruzando los dedos y Justin me miró con mala cara. -Sabes que te amo.

-Yo no. -Respondió y reí.

-Vamos ya, sino llegaremos la próxima semana. -Apreté su muslo y Justin gruñó. Configuró el GPS con la dirección del hotel, puso el auto en marcha y comenzó a conducir.

Media hora después nos encontrábamos prácticamente perdidos en Munich. Esto era muy cómido a decir verdad, éramos muy inútiles como para guiarnos el uno al otro.

-¡Te dije que doblaras en la calle anterior idiota! -Exclamé tapando mi rostro con mis manos.

-¡Y yo te dije que hay que doblar en ésta! -Dijo y dobló en la esquina haciéndome bufar.

-Calle equivocada, retroceda Justin. -Dijo la gallega del GPS y miré a Justin con cara de victoria.

-¡Yo sé que voy bien, el GPS ha marcado esta calle! -Exclamó tensando la mandíbula y reí.