XII. Familiar dinner with Riddle.

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Capítulo 12.

Cena familiar con Riddle

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Cena familiar con Riddle.

La abuela Gloriosa fue quien entró primero, con una energía digna de un niño pequeño. Tras ella, sus primos Osim y Merline la seguían junto a sus padres. Todos se saludaron, la abuela lo hizo con un fuerte y asfixiante abrazo.

— ¿Cómo está mi preciosa pequeña? —preguntó apretando las mejillas de la pelirroja.

— ¡Estoy bien, gracias por preguntar! —exclamó Merline desde el otro lado.

Arlette rió con ganas antes de irse al lado de su primo, este la abrazó con efusividad. Merline esperaba a que su prima mayor saludara a sus padres para poder saludarla ella y, ya de paso, que le mostrara al pequeño perrito Roy. Ambas primas habían estado enviándose cartas los últimos dos días, y su prima al ser una loca amante de los perros, no había podido evitar dejar de pensar en conocer a aquella preciosura en vez de la cena familiar.

— Dónde, dónde, dónde —saltó en su sitio sin ni siquiera saludar a Arlette.

La mayor rió.

— Arriba.

La pequeña subió a toda velocidad, de a dos escalones con algo de dificultad dada su estatura. La joven volvió junto a su familia que en ese momento se estaba presentando al muchacho desconocido. Riddle, según Arlette, tenía un porte elegante y su seria cara lo hacía aún más llamativo. La abuela, tan cariñosa como ella misma, lo abrazó. De la Fontaine quería echarse a reír frente a todos por la cara que había puesto Tom, la palidez que ahora portaba el chico era digna de recordar.

— Es muy guapo —comentó la abuela— ¿Segura Arly de que no quieres novio?

A la chica aquello le quitó todo rastro de diversión anterior.

— Deja de buscarme novio en cada chico lindo que encuentras, abuela —refunfuñó.

Su primo se acercó con cautela a ella.

— Creo que tu cara de amargada ha incrementado bastante, sino no te diría eso.

— No te soporto.

Arlette se alejó y, por primera vez desde que llegó Riddle a la casa, fue ella quién se colocó a su lado. Este ni siquiera la miró, tampoco hacía falta, simplemente ambos se quedaron allí de pie, algo incómodos con la situación.

La cena transcurría con calma, la joven veía a su prima lanzar pequeños trozos de comida bajo la mesa, era obvio que el pequeño Roy estaba infiltrado en la cena. Su padre adornaba la mesa, Arlette, Riddle, Osim y Merline a su izquierda; su abuela y tíos a la derecha. Comían con tranquilidad, preguntándole a sus nietos (excepto a Merline) e invitado acerca de cómo iban sus estudios en Hogwarts. La familia De La Fontaine se enteró de que Tom Riddle era bastante talentoso y eso enorgulleció a la abuela. Arlette rodó los ojos, esta mujer estaba orgullosa hasta de las ratas.

— ¿Y tu familia? —preguntó la inocente niña una vez la mesa estaba siendo levantada.

Todo se congeló, Riddle la miraba neutral, Arlette y su padre no sabían qué hacer o contestar. La joven pelirroja se levantó de golpe, captando las miradas de los presentes, excepto la de él.

— Eh...—la chica dudó unos segundos— Tom, ¿me acompañas arriba a por los regalos?

El joven reaccionó con un asentimiento de cabeza, antes de ponerse en pie y seguir a la chica escaleras arriba. Arlette no se dirigió a su habitación, sino que fue directamente a la que había sido asignada para el pelinegro. Esta era bastante grande en comparación con las típicas habitaciones de invitados. La chica entró primero, divisando a —la no tan pequeña— Nagini enrollada en la cama. Riddle cerró la puerta detrás de él sin pronunciar palabra alguna aún. Ninguno pronunció palabra los siguientes diez minutos, simplemente se habían quedado allí, en silencio, mirando al suelo —o en caso de Arlette, a la serpiente—.

— Mmm —hizo un pequeño ruido que llamó la atención del contrario— ¿puedo tocarla?

Al joven le sorprendió la pregunta, era extraño ver que Arlette no estaba a la defensiva respecto a su presencia. Riddle le dijo algo a la serpiente en el idioma que la pelirroja reconoció como parsel. Nagini despertó enseguida, arrastrándose hasta donde la joven se hallaba y levantando un poco la cabeza hasta acercarla a una de sus manos. Arlette no dudó ni un instante en acariciar su escamosa piel rápidamente. La chica parecía fascinada con el reptil y eso Tom no lo dejó pasar por alto.

— Siento —comenzó a hablar tras otros largos diez minutos— siento si te incomodó la pregunta de Merline. Aún es pequeña y es demasiado curiosa —la chica seguía acariciando a la serpiente mientras hablaba, la contraria se dejaba cómodamente— Si no quieres volver a bajar y aguantar a mi familia, lo entenderé, simplemente, no te enojes con la niña.

Arlette, tras pensar un poco en el animal, pudo darse cuenta de que sólo ella parecía saber de la existencia de ésta. Aunque Riddle la mencionara, nunca había dicho en voz alta lo que Nagini era. La chica movió un poco al animal para ponerse en pie, Riddle no se había movido apenas de la puerta, por lo que ambos quedaron parados uno frente al otro. Ella hizo una mueca, era sin diferencia un intento fallido de sonrisa. Intentaba de cierto modo reconfortarlo y no entendía por qué; ambos se habían llevado mal desde que entraron a Hogwarts pero aquella pregunta la había tocado más de lo debido, y quería creer que era por la reciente pérdida de su madre.

Riddle la miró con ambas cejas juntas, estiró un poco su mano y rozó levemente la mejilla de la chica. Ella quedó estática, esperando de todo menos aquella reacción por parte de él. Bajó la mano y se dirigió hacia la cama, sentándose en donde anteriormente se encontraba ella.

— Avísales que no me encuentro demasiado bien —habló por primera vez desde que habían llegado a la habitación— Buenas noches, De la Fontaine.

Arlette asintió mientras salía de la habitación.

— Buenas noches, Riddle —contestó antes de cerrar la puerta.

Blood Queen ━ Tom Riddle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora