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Capítulo 14.
Nada de qué preocuparse.
Cómo era de esperarse, la respuesta de la joven Kuriel no tardó más que un día y medio en llegar, y es que había contestado tan pronto como la carta hubo llegado. La pelinegra sentía que algo no estaba yendo del todo bien en la mente de aquel extraño muchacho y, por consecuente, su amiga se vería involucrada en cualquier cosa que afectara al chico.
Arlette por su parte, no había vuelto a cruzar palabra con Riddle. Pasaba las tardes fuera en el jardín, sentada en la nieve con mil y un abrigos, y viendo como el pequeño perro paseaba y correteaba de un lado a otro. Su padre pasaba la mayor parte del tiempo fuera de casa, eso provocaba que la casa quedara con los dos adolescentes en ella. El silencio reinaba aquellos días por cualquier rincón, pero eso a la pelirroja no le molestaba, es más, lo prefería. La joven leía la carta mientras ponía los ojos en blanco cada cierto tiempo; su amiga hablaba sobre planes malignos, un maligno Tom Riddle y que seguro la asesinaba mientras dormía.
"Si me va a matar alguien, que me mate la serpiente" pensó con gracia la pelirroja.
Arlette decidió entrar en cuanto no sintió sus manos, llamó con el bajo silbido al cachorro el cual entró sin problema alguno. Faltaban tres días para volver a Hogwarts y Arlette estaba perdiendo toda la emoción, bien que cuando llegó a su casa el primer día, no quería saber nada de ella pero ahora se había acostumbrado otra vez a la compañía de su padre y el pequeño animal.
Subió las escaleras, intentado no resbalar con las huellas de agua que dejaba el cachorro a su paso, le iría a dar un baño caliente antes de que el pobre muriera congelado. El baño era una completa batalla, y es que el perro quería caricias mientras estaba siendo enjabonado, pero Arlette intentaba que no pasara demasiado tiempo en el agua. En un momento en el que la pelirroja se descuidó, el animal saltó fuera y corrió escaleras abajo. Arlette no había reaccionado hasta que escuchó un fuerte golpe en la planta baja.
Salió rápidamente, intentando no resbalarse y caer escaleras abajo, encontrándose con un pelinegro tirado en el suelo mientras maldecía al aire. Reprimió una sonrisa, más no le duró mucho ya que comenzó a reír al ver al pequeño animal moviendo la cola desde un rincón. Pasó por un lado del chico y se dirigió para agarrar en brazos al cachorro el cual seguía mojado.
— ¿Haciendo amigos? —sonrió. Escuchó a Riddle gruñir— Ah, hola, no te había visto. ¿Estabas durmiendo?
A cada palabra que la pelirroja soltaba, Riddle decía algún insulto.
— Llévate a esa cosa lejos de mí —gruñó.
— Vaya carácter que me traes, cariño —Arlette se mordía el interior de la mejilla para no echarse a reír— Míralo —levantó un poco al perro, acercándolo a su rostro para dejar un pequeño beso en la cabeza de este— pero si es una dulzura.
— Esa escoria hace que por poco me parta la espalda —se levantó con lentitud, cuidando que no fuera a resbalar por segunda vez.
Arlette suspiró pesadamente antes de dejar al animal en el suelo y dirigirse hacia la cocina. Llamó a Riddle, este apareció minutos después, la chica ni siquiera volteó a verlo; le extendió un poco de hielo para que se pusiera en la parte trasera del hombro. Nadie dijo nada, sólo se escuchaban sus respiraciones. Arlette bebió un poco de agua antes de salir de la cocina en dirección a la pequeña biblioteca de la casa.
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El vagón al que entró estaba vacío, agradeció por una vez haber llegado temprano a la estación, así no tendría que socializar con alguien que no le agradara.
Más de medio Hogwarts podría decir.
Se sentó junto a la ventana, apoyando la cabeza contra el cristal y cerrando los ojos.
— ¡ARLY! —un chillido la sobresaltó y la hizo ponerse en pie en menos de un segundo— Y luego dicen que son los gatos quienes se agarran del techo —rió Francesca.
Arlette la miró mal mientras volvía a sentarse decidida a ignorar a su amiga. La pelinegra se sentó a su lado, pasando un brazo con dificultad por sus hombros y obligando a abrazarla. La contraria gruñó.
— Quítate de encima —murmuró.
— Yo también te he echado de menos —sonrió— Me alegro que no hayas muerto a manos de Riddle.
La pelirroja rió con ganas a la vez que negaba con la cabeza y se decidía por dejar de darle la espalda a su amiga. La miró con una pequeña sonrisa y rodó los ojos.
— Me alegro que no hayas sido tú quien se cayó al pozo esta vez.
Francesca bufó. El trayecto hacia Hogwarts se hizo ameno mientras que ambas chicas se contaban cómo habían terminado las vacaciones de Navidad. Cuando se quisieron dar cuenta, ambas se encontraban sentadas en el Gran Comedor, escuchando como el director les volvía a dar la bienvenida tras aquellas vacaciones.
La pelirroja se aburría, por lo que comenzó a picar el brazo con su dedo índice a un castaño de séptimo curso. El chico negó con la cabeza cuando giró su cabeza para ver quién era el que lo molestaba.
— ¿Aburrida, De la Fontaine? —susurró cerca de su oído.
La chica asintió y apoyo la cabeza en su hombro, levantó sus piernas y las dejó encima de las de Francesca, quien se sentaba a su lado. Escuchó a alguna que otra chica de su casa diciendo que debería de dejar de tomarse tantas confianzas con todo el mundo, más ignoró esto para no meterse en algún problema de momento.
La cena, raramente, transcurrió en total calma. Cuando llegó la hora del postre, Arlette decidió pasar y dirigirse directamente a su habitación. Se despidió de su amiga y los chicos con los que había hablado hoy y se fue. Caminó lentamente hacia su sala común, disfrutando de la leve y fría brisa que corría por el pasillo. Sintió unos pasos detrás de ella, más decidió ignorarlos; Arlette sintió unas manos rodear su cuello, sin darse cuenta se encontraba con su espalda contra la pared tras haberse dado un fuerte golpe contra esta. Distinguió unos ojos rojos en la oscuridad antes de cerrar los ojos involuntariamente.
"Oh, mierda"
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Blood Queen ━ Tom Riddle
أدب الهواةBQ | Arlette De la Fontaine no se caracterizaba por ser cariñosa o divertida. Sin embargo, poseía un carisma bastante atractivo para la mayoría de las personas. Carecía de filtro en sus palabras, no sentía pudor alguno cuando realizaba algun acto y...