XVIII. Unconscious

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Capítulo 18.

Inconsciente

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Inconsciente.

Arlette pareciera que no fuera a despertar, sus signos vitales eran débiles y su respiración lenta e irregular. Francesca estaba a punto de entrar en un colapso nervioso, y es que era la tercera vez desde que volvieron a comenzar las clases que su amiga terminaba en la enfermería inconsciente. Habían mandado a llamar a su padre, el cual respondió que en un par de días llegaría. Dumbledore y Slughorn, a petición de Dippet, estaban pendientes de la chica, ya fuera por si despertara o por si empeorara. Ambos profesores habían sido informados por parte de la joven Kuriel de la extraña marca en el cuello de la chica, la cual había aparecido luego de haberla encontrado en la sala común tirada.

— Había mejorado —informó la ojiazul— la rojez y el escozor que sentía Arlette habían desaparecido, quedó en ella una pequeña elevación con forma circular, pero no le dolía. Más bien parecía como una cicatriz, como cuando te rascas de tal forma que al irse la picadura queda una pequeña marca.

Dumbledore examinó más de cerca el cuello de la chica, este tenía la marca bastante oscura, no era de gran tamaño. Lo que sí era de gran tamaño era el enrojecimiento que la rodeaba, la zona estaba caliente, casi ardiendo se podría decir. De la Fontaine no tenía fiebre pero sudaba como tal, soltaba palabras al aire que no tenían sentido alguno para ninguno de los presentes allí, también se quejaba y tomaba grandes bocanadas de aire, ellos pensaban que por respirar tan malamente en el proceso de recuperación.

Anne Kristoff y Marie-Anne Orenelle habían aparecido antes de la cena, para ver cómo seguía la chica. El padre de Kristoff también estaba preocupado por ella, y es que no había visto a su amigo irse tan rápido tras recibir aquella carta. Ambas chicas tuvieron que casi sacar a rastras a la pelinegra, claro estaba que con ayuda de la enfermera quien aseguraba que iba a estar bien cuidada y que nada le pasaría. Tras varios minutos de lucha contra Francesca, esta había aceptado a ir un rato al Gran Comedor.

Eran pasada las doce cuando la puerta de la enfermería se abrió con lentitud, intentando causar el menor ruido posible. El chico caminaba con su fiel compañera posada en sus hombros, sus pasos eran lentos para evitar hacer algún ruido que llamara la atención y consiguiera despertar a alguien. Se acercó a la camilla en donde la pelirroja se encontraba aún dormida, acarició su pelo y comenzó a retirarlo, dejando a la vista aquella marca en el cuello. Respiró hondo varias veces antes de sacar la varita de su bolsillo.

— Si nos llevaramos bien, diría que lo siento.

Colocó la varita encima de la marca y un pequeño destello blanco salió de ésta, cegándolo.

El Gran Comedor era un revuelo a tan temprana hora, eran cerca de las siete, apenas había amanecido y todos los alumnos se encontraban sentados mirando al Director Dippet, con un semblante más serio de lo normal. Cuando el último alumno hubo tomado asiento, fue cuando él comenzó a hablar.

— Como la mayoría habrá escuchado, la joven Arlette De la Fontaine, alumna perteneciente a la casa de Slytherin sufrió un desmayo la pasada mañana, por lo que fue llevada de urgencia a la enfermería —explicó— No, no sabemos la causa de lo que le puede haber pasado, y no, no se morirá —se escuchó el pesado suspiro de Francesca Kuriel— Siento haberos despertado a esta hora, sabiendo que aún os quedaban algunas horas de sueño, y es ahí a dónde quiero llegar con el haberos levantado temprano. La joven De la Fontaine ha desaparecido.

Un jadeo se escuchó por todo el comedor, Francesca comenzó a hiperventilar mientras una chica de cuarto curso la intentaba calmar. Anne Kristoff tapó su boca con ambas manos mientras miraba a Marie-Anne quien había quedado estática ante la noticia.

— ¿Cómo que ha desaparecido? —preguntó un alumno de Ravenclaw, quién era de los pocos que conseguía hablar ante tal noticia.

— La joven De la Fontaine fue dejada ayer en la noche en la enfermería, dónde se la dejó descansar mientras se recuperaba —el viejo director miraba a todos y cada uno de sus alumnos— Ella estaba inconsciente tras un fuerte golpe que había sufrido tras una caída. Esta mañana, en cuanto fueron a revisarla y comprobar cómo seguía, se encontraron con una cama vacía. Hemos buscado por los alrededores, habitaciones, cocina y distintas aulas, la joven no está por ningún lado.

» Es por eso, que las clases se suspenderán el día de hoy, quiero que ayuden a buscar a Arlette De la Fontaine antes de que anochezca. No creemos que haya despertado dado que sus signos vitales y estado eran muy débiles, por lo que tardaría un poco más en despertar. Es importante que se la encuentre hoy, con estas temperaturas y las altas nevadas, si se encuentra fuera, dudamos mucho que sobreviva —la chica Kuriel estaba a punto del ataque de pánico, había comenzado a temblar de miedo pensando que algo malo le había sucedido a su amiga— Dicho esto, podéis comenzar luego del desayuno, esperemos que esto se solucione pronto con la ayuda de todos. Gracias.

El primero en salir tras el desayuno fue Tom Riddle, quién desapareció de la vista de todos durante el día completo. A Francesca se le prohibió la salida del recinto por su actual estado de pánico, cosa que la molestó y tuvo que ser retenida. Orenelle y Kristoff se habían escabullido al Bosque Prohibido sin ser vistas por nadie.

Arlette —o su cuerpo inconsciente— se hayaba en un viejo, húmedo y oscuro lugar, recostada sobre un viejo colchón y con sus manos portando un extraño dije. Pasos se escucharon a su alrededor, la presencia de otra persona se notó en la habitación pero eso la pelirroja no lo notaba.

— Es hora de que despiertes.

Blood Queen ━ Tom Riddle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora