Mi Crush

Olvidando las penas

Llegamos al bar al que me trajo la primera vez por la que tuve mi primera pelea con Alex.

Genial en lugar de hacerme olvidarlo me lo está recordando, de echo en todo momento lo recuerdo hasta si veo la televisión.

Entramos y nos sentamos en la orilla de la barra, la misma muchacha que nos atendió nos vio y se acercó sonriente a nosotros.

—No me digan que ya están juntos—dijo mirándonos super alegré.

—En eso andamos—dijo Thomas antes de que yo pudiera replicar algo.

—Me alegra porque ya me cansé de que vengas a lloriquear aquí por ella.

—Eso no es cierto te encanta oírme.

—Bueno sí pero ahora te oire feliz así qué—me miró—Gracias por eso, cuidamelo mucho.

—Tratare de hacerlo—sonreí.

—Traeme lo de siempre y a ella lo mismo que a mí.

Asintió y nos trajo dos vasitos de whisky, me incline hacia atrás sintiendo como el líquido ardua en mi garganta

—¿Porque elegiste esto?—dije con voz ronca

—Es lo que yo uso para olvidar y tal vez a ti te funcione

—Pues eso espero

—¿Qué paso ayer?

—Pues charlamos y nos peleamos, es que—me pasó otro vasito que me tome sin pensar—Es que todavía de lo que hizo se enojo porque me diste un besito—me tome otro—¡Un mugroso besito! ¿Y esperaba que yo aguantará su acoston con Marlene? Me cree estúpida o tarada.

—¿Se acostó con ella?—dijo sorprendido—Crei que solo se habían besado.

—De haber sido solo un beso no estaría aquí bebiendo como una loca—tome la botella y me la empine.la dejé abajo—Yo lo amo—dije muy triste está cosa está sacando todos los sentimientos que pretendía ocultar y no sentía ni una pizca de pena ni pudor al hacerlo.

—Lose nena pero él no te merece—dijo quitándome la botella y dándole un pequeño trago—Ni yo.

Lo miré extrañada él solo miraba hacia delante al parecer mientras yo sufría por Alex, el sufría por mí y odiaba que eso pasará.

—Tampoco soy la gran cosa—se la arrebaté—Soy una persona común y corriente, yo no merezco a ninguno de los dos.

—Es una broma—evito que siguiera tomándole a la botella—Eres la chica con la que todos quisieran estar, vales más la pena que cualquier chica que yo haya conocido.

—Eres un mentiroso de ser así me habrías echo caso hace mucho tiempo.

—Tampoco soy muy inteligente que digamos y tú nunca me hablaste.

—Sabes—lo miré se veía algo borroso—Siempre soñé con hablarte con estar cerca de ti con recibir siquiera una mirada tuya—sonreí—Jamas imaginé estar ahora contigo bebiendo mientras lloro por otro hombre. Siempre imaginé que estaría contigo.

Él me miró sorprendido.

—Cuentame más.

—Para que te burles de lo patética que era.

—No, solo que nunca hablas de cuando me querías y ya que estás medio ebria creo que me gustaría escucharte.

Solté una carcajada.

—Bien me gustaste desde que tenías siete años observaba todo lo que hacías me encantaba verte resolver problemas de mate porque te metias de lleno de ellos además—sonreí recordando aquello—Hacias unas caras muy graciosas cuándo pensabas, jugando fútbol te veías genial siempre eras el que metía los goles, nunca llevabas lonche comprabas en la café. Cuando te dijeron que eras el más guapo al principio pareció no importarte te seguías comportando igual hasta que entramos a la secundaria ahí comenzaste a fallar en todo a reprobar, te volviste todo lo contrario a lo que eras y aún así yo siempre sacaba una excusa de eso. Bree me decía que estaba obsesionada contigo que nunca me ibas a hacer caso y que estaba loca por querer a alguien como tú, pero te juro que yo no veía tus defectos solo veía tus virtudes y me basaba en eso.