Loving you [BangYongguk]

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BYG

Ella nunca dejaría de ser la mágica criatura que salvé para que me salvara, pero ¿solamente la atesoraba por eso? Todo se sentía igual.

Todavía me embelesaba cada detalle, todavía me sorprendía su audacia para presentarse ante mis ojos, tan natural como la tierra, encantándome. Pero el agujero que había abierto unos días atrás, se aparecía como si estuviera esperando por nuestro momento de debilidad. Me asustaba, que con nuestros descuidados pasos terminaríamos cayendo y esta historia llegaría a un terrible final.

Trataba de mantenerla alejada de aquel lugar, como el guardián que había prometido ser, pero era agotador. Cada día más. Tratando de creer que todo lo que construíamos mientras estábamos juntos no desaparecería cuando tuviera que cruzar la puerta. No podía dejar se sentirme a mí mismo como un carcelero, que tenía una vida fuera de la prisión pero todos los días debía regresar para cuidar de sus prisioneros. Odiaba ver a Alena de esa forma.

Quería que fuera fuerte, peleaba por eso, pero su figura parecía más débil día tras día, aunque su sonrisa estuviera allí, en su preciosa cara. Dudaba de todo, incluso de su felicidad. Incluso de mis batallas. No me había puesto a pensar lo difícil que sería mantener mis promesas, era sólo un hombre después de todo, uno que se había transformado él mismo en héroe pero que pensaba en rendirse todo el tiempo.

-Yongguk ¿crees que está bien que ordenemos pizza para la cena?

Sí, respondería, porque ese era mi objetivo. La complacería en lo que fuera, incluso cuando no me gustara tanto la pizza, incluso cuando no tuviera hambre.

-Sí, lo que quieras, cariño.

Y cada vez que un momento como ese atravesaba mi pecho, dejando el peso sobre mis hombros, quería tomar mi chaqueta y salir corriendo. Pero entonces, volvía a pensar en ella, perdiendo la fortaleza de su cuerpo y llorando hasta dormirse. No podía moverme, en su lugar, me quedaría en el sillón, pretendiendo mirar la televisión esperando a que la pizza llegara.

¿Qué quería? Parecía no saberlo. Pensaba que sólo tenerla a mi lado sería suficiente, pero como siempre, el tiempo me dejó saber que estaba equivocado.