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Los atardeceres eran como él. Majestuosas ocurrencias de este mundo que te pedían que detuvieras lo que fuera que estuvieras haciendo en ese momento y te dedicaras a admirarlos. Experiencia momentánea que robaba tu alma y te hacía pedir por más. La transición entre el día y la noche. El principio y el fin. Una nueva noche llena de estrellas. Ese era el, un pasajero, una volátil existencia incapaz de ser sólo uno.

Le dije una vez que era como los atardeceres, y quizá por eso le gustaba mirarlos conmigo. Se sentaba a mi lado, poniendo uno de sus brazos alrededor de mi cintura y dejando el otro descansar sobre sus piernas, con nuestras manos enlazadas al final. Durante esos minutos, no decíamos ni una palabra. Sin preocupaciones ni miedos, sólo los pequeños suspiros que se escapaban de mi cuerpo. Descansaba mi cabeza sobre su hombro, sintiéndola pesada pero siendo liviana como una pluma. Era por él. Todo mi cuerpo se convertía en un pedazo de papel a su lado.

Uno de esos atardeceres, no pude aguantarlo más. El precioso silencio fue roto y mi voz desesperada se hizo escuchar.

-Gracias.

Era todo lo que quería decir. Porque estaba totalmente agradecida por él, por su existencia en mi vida.

-¿Por qué?

-Por ser tú. Por ser mío.

-No soy tuyo.

Me respondió, sin siquiera sacar sus ojos del fenómenos sucediendo frente a él. Me sentí triste. Mis palabras se dispersaron como si fueran cenizas. ¿Por qué me había dicho eso? Pensaba que lo era, él me dejó creer aquello con sus sonrisas y caricias, con su suave voz murmurando mi nombre. ¿No era así?

-El amor no es pertenecer. El amor es compartir. Compartir cuidados y preocupaciones. Compartir mi pasión. Compartir mi tiempo. No se trata de dar tampoco, aunque sea importante hacerlo. Amar es mirar en la misma dirección pero sin perder de vista a las demás personas a tu alrededor. Es compartir un universo para dos. De alguna manera, amar es llorar y sonreír, pero cuando se comparten esas dos cosas se transforman en algo hermoso. El amor es libertad. Yo dejándote ser lo que quieras, ir donde quieras, y tú haciendo lo mismo por mí. El amor es caminar uno al lado del otro, sosteniendo nuestras manos. Yo no te pertenezco, tú no me perteneces, pero podemos compartir nuestras existencias, pasar nuestras tardes tomados de las manos conduciendo hacia algún extraño café, despertarnos atrapados entre los brazos del otro...

Explicóy para el momento en que terminó de hablar, el día se había acabado.     

Loving you [BangYongguk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora