Abrir mis ojos y encontrarlo concentrado en el papel que aquella oscura madera sostenía, se sentía como una bendición. Llenaba mi pecho de flores y alimentaba la emoción que explotaba cuando se daba cuenta que mi sueño había terminado y me encontraba con él, lista para seguir amándolo. Dejaba el lápiz a un lado y sostenía mi mirada con la suya, sonriendo ligeramente, rodeándome de calidez. ¿Se podía ser más afortunada?
La taza de té yacía vacía, las melodías del piano recorrían las habitaciones y su aroma me levantaba, llevándome a aquel universo de dos que él resguardaba. Sus brazos me rodeaban, encerrando toda duda o miedo que solía atacarme. El toque de sus finos y alargados dedos sobre mi cabello hacía que los escalofríos se apoderaran de mí, pero eran suprimidos después cuando volvía a mirarme, reflejando en aquellas abismales circunferencias, el amor que decía sentir por mí.
¿Cómo seguir yo, expresando todo lo que él me hacía sentir? Porque para él parecía algo tan fácil, porque nunca se le acaban las palabras para describirme y a sus sentimientos, porque la inmensidad de sus pensamientos le permitían ver todo de una manera tan deslumbrante. Me quedaba detrás, queriendo hacer algo más, pensando que él así lo esperaba.
Mis manos, frías como siempre, se posaban en su rostro y con los dedos unía el camino que sus lunares parecían trazar sobre la morena superficie, desperdigados como las estrellas de la galaxia. Un temblor comenzó a transitar por mis extremidades, me acerqué más a su pecho esperando así detenerlo, pero al impactar mi rostro contra aquel terso espacio, la fragancia del tabaco detuvo los latidos de mi corazón.
Yongguk había dejado de fumar semanas después de mi regreso. No lo había visto hacerlo en todo aquel tiempo e incluso el olor comenzó a desaparecer de los recuerdos que guardaba de él. Aquella tarde, otra vez estaba ahí. Elevé mi rostro y me encontré con su sonrisa, cansada.
-¿Qué sucede?
-Yongguk, estuviste fumando otra vez.
La etérea expresión se convirtió en desgarradora conmoción y me alejó de su embrace. Se levantó del sillón y caminó hacia la salida, se paró allí por un tiempo, los ojos perdidos y las manos temblorosas. Su cabello despeinado, la camiseta negra, los pies descalzos y el mismo desencuentro de nuestras almas. Su mirada se expandió e instantáneamente volvió a estar pegado a mí, tomando mi rostro entre sus manos. Me sostuvo de aquella manera, rebosante de tristeza.
-Lo siento...yo...
-No quiero seguir así, te amo demasiado...
Tanto que sentía que en realidad era eso lo que más nos lastimaba. Porque aquella parecía ser una historia perfecta, insuperable con ninguna de las otras historias existentes, y nosotros nos descubríamos cada día más compenetrados con nuestras existencias que los momentos separados eran terriblemente dolorosos. Porque mi transcurrir en este universo necesitaba de su soporte y eso no le permitía vivir su vida con normalidad.
La Alena del pasado ya había cometido el mismo error y ahora que lo vislumbrada claramente, quería huir.
-¿Qué debería hacer entonces? No puedo amarte menos.
Yo tampoco, Yongguk.
-Déjame ir, al menos por un tiempo.
El hombre de piedra que conocí aquel verano en esa misma ciudad, regresó. Sus duras facciones. Todos sus músculos tensos. El temblor de su pie contra la madera del piso. Regresamos en el tiempo.
-Sabes que no puedo hacerlo.
-Pero...
Amarte dolía. Mi cuerpo no podía resistirlo.
-Yo te voy a enseñar a amar, yo te quiero enseñar. Si te dejo ir...no.
Sentí la tibieza de las lágrimas que recorrían mis mejillas ¿Qué había hecho para merecer a aquella celestial criatura? ¿Por qué lo tenía estrujando mi alma, imposible de encontrar la salida? ¿Por qué amarlo era así? Oscuro, profundo, intenso. Tenía miedo.
N/A: La semana que viene me voy de vacaciones y no puedo llevar la computadora así que esta va a ser la última actualización hasta que vuelva a mi casa :c Les quería dejar este capítulo porque es como el punto central de esta historia. Antes de empezarla, releí "Im gonna make you love me" y hubieron muchas cosas que me dejaron pensando, con respecto a la idea de amor que tenía y la que hacía que mis personajes (si bien no del todo ficticios) transmitieran. Siento que en toda relación existen muchas facetas y muchas formas de amar, pero todo tiene su límite, y el hecho de hacer que Alena se replantee la forma en que vive su amor con Yongguk es una autocrítica a la manera en la que describía al amor en la otra historia. Me gustaría que ustedes re piensen estas ideas también y si tienen algo que comentar con respecto a esto, lo voy a leer con mucho gusto :D Eh...sí, eso. ¡Qué disfruten el capítulo! <3
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Loving you [BangYongguk]
Fanfiction"Atesora el verano pero desespérate por el otoño y espera también el invierno, para que cuando la primavera llegue, pienses que el pasado es sólo eso, mientras que el presente eres tú y él, y el futuro les espera." Pensamos que cada historia termina...