Sabía que las estrellas estaban celosas. ¿Cómo no estarlo? Si esas miradas eran tan o más hermosas que ellas, si mi pecho contenía más que las galaxias a las que ellas pertenecían, si mi corazón era suyo.
Ya estaba extrañando su presencia, reclamándome a mí misma porque sentía que así de rápido como terminaría esa noche, comenzaría a olvidar como se sentía tenerlo a mi lado. Estaba aterrorizada. Si mi memoria fallaba ¿cómo iba a sobrevivir? ¿Cómo iba a pelear contra la nostalgia? Porque todo parecía fácil cuando él estaba ahí, pero después de esa noche...
-Me dije una vez a mí mismo, cuando era un niño pequeño, que no tendría una novia a esta edad porque cuando tuviera que irme, ella estaría triste...
Su voz se mezclaba con el profundo azul en el que estábamos envueltos. No sonaba como una voz en realidad, se parecía más como el sonido que te guiaba hacia un túnel. Demasiadas emociones la teñían. Sus brazos atrapaban mi cintura y su cabeza estaba dirigida hacia el cielo, buscando a esas estrellas de las que yo me burlaba.
Aunque los momentos en que nuestras miradas se encontraban eran intensos, no había como esos en los que escuchábamos nuestras palabras como si se tratara de música de fondo, todavía pendientes de lo que sucedía a nuestro alrededor, todavía pensando en miles de cosas. A veces lo sentía como soñar despierta, dejando que él dirigiera las escenas que mi mente crearía segundos después.
-Pero ahora tienes una.
Respondí, con la mirada todavía pegada a una de las estrellas que brillaba un poco más que la demás.
-Lo sé. Soy malo manteniendo promesas, sólo hay algunas que puedo cumplir.
Antes de terminar la oración, frotó su rostro contra mi hombro.
-No estoy triste...sólo un poco asustada, pero ¿cuándo no lo estoy? Incluso el sonido más pequeño me hace saltar de mi asiento.
Y él era el único que me abrazaría para calmarme. Oh Dios...la tristeza.
-Tienes que estar triste. Quiero que estés triste ahora y no después.
Cuando se quejaba de algo, su voz se hacía más aguda y nunca fallaba en hacerme sonreír. El movimientos de sus dedos contra la textura de mis ropas, inició.
-¿De qué estás hablando?
Algunas lágrimas estaban atrapadas en las esquinas de mis ojos, pero se contenían porque todavía sonreía ampliamente por sus acciones. Todavía no lo miraba, porque no quería que supiera que el llanto estaba a punto de iniciar.
-Si estás triste ahora y lloras, voy a poder abrazarte y besarte para que te sientas mejor. Van a ser las últimas oportunidades que voy a tener en un tiempo, así que por eso quiero que lo hagas ahora. Cuando no esté...
Un sollozo se escapó de mi boca y él dejó de hablar. Sus manos se movieron inmediatamente hacia mi rostro, haciéndolo enfrentar el suyo. Mi corazón detuvo sus latidos y una sola lágrima logró escaparse.
-Muy bien, ven aquí.
Dijo, y me sostuvo fuertemente otra vez. Como siempre.
-La gente que cree en dioses dicen que están bendecidos por tener uno, porque les enseñan cosas y calman sus sufrimientos. Esos dioses guían sus caminos y crean milagros de la nada. Algunos de esos dioses incluso pueden hacerles creer que existe algo más allá de la muerte...No necesito un dios, Alena. Solamente necesito flores y estoy sosteniendo miles de ellas ahora, así que ya estoy bendecido. Te amo.
Su suave voz impactó contra mi cuello y sus mágicos poderes vinieron hacia mí para hacerme sentir tranquila. Si a lo largo de todos esos días, pensé que podíamos controlar el tiempo, me aseguraría de seguir creyéndolo y así esos años se convertirían en nada.
-También te amo, Yongguk. Te voy a extrañar.
FIN.
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Loving you [BangYongguk]
Fanfiction"Atesora el verano pero desespérate por el otoño y espera también el invierno, para que cuando la primavera llegue, pienses que el pasado es sólo eso, mientras que el presente eres tú y él, y el futuro les espera." Pensamos que cada historia termina...