BYG
Que este ardiente sentimiento entre nosotros no dejara de calentar nuestros corazones, esa era una de las primeras cosas que se me venían a la cabeza, pero ese no era el objetivo. Tenía que crear algo que la tranquilizara y le dejara recordar que estaría para ella aunque no fuera para abrazarla o mirarla con esos cansados ojos míos. Era difícil, solamente pensar que tenía que empezar, detenerme y tratar de poner en palabras lo que deseaba para su vida en los próximos años. Suspiraba mucho, quería llorar muchas veces pero seguía, pensaba y escribía porque el tiempo de nuestra despedida estaba cada vez más cerca y no quería dejarla sin haber terminado.
Quiero...Pero el amor no era una cosa de uno, al menos el nuestro no lo era, ahora estaba claro. Y con aquella realización, las memorias de las miles de noches oscuras y el inmenso dolor que solía sentir, también se acercaron a mí. No quería eso para ella, de eso estaba seguro, y era por eso que cuando descubrí que no podría escucharla decir "te amo" de su boca tan seguido, pero en su lugar lo sentiría hacerlo, amarme, decidí convertirme en quien tratara de expresar esos sentimientos en papel. Porque las letras, las palabras siempre fueron algo significativo para mí, era la forma que tenía para dejar mi huella en el mundo, de no malgastar mis pensamientos.
Entonces... ¿amarla? Amarla era desafiarme a mí mismo, sentir la desesperada energía recorrer mis venas y dejarme correr, tomando su mano, haciendo historia. Amarla era creer que aunque fuera un adulto, todavía podía crecer, ganar conocimientos, arreglar mis errores, aprender cómo...Cómo cocinar porque no quería que ella lo hiciera todos los días. Cómo limpiar pisos de madera porque según ella, no eran como los demás pisos. Cómo leer en otro idioma, porque ella parecía disfrutar escuchar mi raro acento. Cómo no perderme en mis propios pensamientos tan seguido y en su lugar, hablar, contarle sobre las miles de teorías conspirativas que tenía en la cabeza, porque me había dicho que de esa manera sería más fácil para mí vivir, transitar ese camino rocoso que eran nuestras existencias.
Amarla era algo inmenso, pero al mismo tiempo se sentía tan pequeño. Porque no teníamos suficientes mañanas para rodar entre las sábanas, pensando qué queríamos desayunar. Porque los atardeceres no lograban llenar nuestro hambre de belleza, y los abrazos no parecían ser nunca lo suficientemente fuertes para lograr derretirla entre mis brazos. Pero amarla como lo hacía hasta ese momento...
Tenía, realmente, miles de deseos para ella. Todos para hacerla feliz, por supuesto. Todos ellos para hacerla sonreír, tan ampliamente como cuando me oye abrir la puerta, tan puramente como cuando despierta y yo estoy ahí, sosteniendo su mirada con la mía. Pero desear...eso no cumplía con mis intenciones de asegurarme que fuera feliz cuando no estuviera. Entonces tenía que desear para mí. Tenía que rezar por la calma de mi alma y la paz de mi mente. Tenía que hacer mis pensamientos un poco más brillantes. Eso, se transformaba en una tarea fácil cuando estaba con ella.
A su lado, todo se sentía nuevo, olía a flores y brillaba como las estrellas. Mis dedos querían moverse pero no se trataba de ese nervioso temblor que solía realizar en el pasado, era más bien como regresar a la vida, como una mágica energía poseyéndome, queriendo que haga cosas. Y las hacía, claro que sí. Esa era la razón detrás de todos esos besos y abrazos. Me hacía hacerlo, por eso le agradezco.
Y comencé a pensar que el amor se trataba de eso también. Agradecer por cada pequeña cosa que sucede, por cada detalle que descubres sin importar cuánto tiempo estuvo allí. Agradecer el poder despertar cada mañana, por tener la posibilidad de ir a dormir cada noche. Agradecer por lo que sea que esté allá afuera, dejándote mirar el cielo teñirse por las estrellas. Agradecer por ella y por mí, por ese amor que nos une. Agradecer por los días que están por venir.
Porque sí, este hombre tiene miedo. Le teme a todo y se pone pesimista muy fácilmente, pero trata de sobreponerse. Ese gesto que realiza mi mano, como tratando de negar algo inexistente, ese soy yo diciéndole a mi mente que deje ser un tonto, ese soy yo tratando de transformarme en una mejor versión de mí mismo. ¿Es algo tonto?
Pero en realidad no me importa, no hay máscaras que quiero ponerme, no hay cosas que esconder ni vergüenza que sentir. Soy yo, el que quiere gastar sus horas sólo con una persona. Soy yo, con todos los errores que cometí en el pasado. Soy yo, tratando de aprender y enseñar. Soy yo, siempre sintiéndome renovado cuando pienso que soy yo estando a su lado.
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Loving you [BangYongguk]
Fanfiction"Atesora el verano pero desespérate por el otoño y espera también el invierno, para que cuando la primavera llegue, pienses que el pasado es sólo eso, mientras que el presente eres tú y él, y el futuro les espera." Pensamos que cada historia termina...