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Emma

Ya entré a la casa de William, ahora lo difícil será que él me abra la puerta.

Subo las escaleras, toco y no abre.

-William soy Emma, abre por favor.

Nada de respuesta.

-William, madura coño, y abre la puerta, necesito que hablemos.

Aun nada, me ignora.

-William, si no abres, tiraré la puerta -digo acercando mi oído a la puerta.

El muy imbécil aún me ignora.

Me echo más para atrás y derribo la puerta de una patada.

Ahí está él,  frente a la ventana,  sin camisa, sudado como un pollo,  solo la luz de la luna y mi casa alumbran su habitación.

-¿A ti que te pasa? -pregunto detrás de él.

-Nada que a usted le interese.

-Si estoy aquí es porque me interesa, ¿no crees imbécil?.

-Hay personas que no le interesa la vida del otro y van hasta esa persona para ver como se autodestruye, como sufre por amor -dice William sin dirigirme la mirada.

-No soy de esas personas, me importas william -trago en seco. -Mas que un vecino, más que un primo, me importas como novio y amigo que eres, ahora dame esa botella.

-Cómo digas Emma, pero la botella se queda conmigo y tu con Antonio -dice tomando un trago largo.

-¿Qué dices William?

-Lo que escuchaste Emma, ah y antes de irte repara mi puerta, debiste de girar el llavin antes de tirarla.

-Una: no me voy, dos: no sabía que estaba abierta y tres: tendrás que sacarme.

-Cada día más insoportable -dice en tono bajo pero lo escuché.

-Y tu cada día más imbécil.

-Gracias Emma,  ahora vete, no soporto tu presencia aquí.

-Ya te dije, ¡sácame!

Deja la botella en una de las mesas de noche, se acerca y me levanta.

-Vamos, ¡sácame! -digo frente a él.

Él se gira conmigo cargada, me tira a la cama y sube encima de mi.

Nos miramos a los ojos, es difícil ver el color exacto de sus ojos por la oscurida, pero puedo adivinarlo hasta con los ojos cerrados.

-¿Por qué eres tan terca?  Pregunta con mis manos sugetadas sobre mi cabeza.

-Porque te quiero, además eres mi maestro.

Veo como gira su cabeza y sonríe.

Me vuelve a mirar y me besa bruscamente  mientras se mueve encima de mi con desespero.

-Para William, estás borracho,  para -digo intentado esquivar sus labios.

Sujeta mis brazos más fuerte y me dice que no está borracho.


Notas a mi puto vecino (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora