- ¿Estás bien? - escuché la voz de Akimi, quite mi brazo de mis ojos, tenía una mirada de preocupación.
Me senté y lo abracé, no quería que viera mi rostro. Él correspondió a mi abrazo.
- No lo sé - respondí después de un rato.
Nos safamos de ese abrazo y me ayudó a ponerme de pie. Mis padres me miraban sorprendidos. ¿Abran escuchado todo? ¿Que les puedo decir? ¿Mamá, papá su hija es una asesina?
Agaché la cabeza y camine junto a ellos con Akimi. Nagare me tomo del hombro y levantó mi cara.
- Debemos curarte - susurro mientras quitaba sangre de mi labio inferior con su pulgar.
Voltee a ver a mis padres, ¿por qué no dicen algo?
- Vamos - mi padre rompió el silencio y me sonrió al tiempo que me abrazaba por encima del hombro. Mi madre y mis hermanos nos siguieron.
- Lo siento - dije cuando llegamos al ascensor.
- ¿Por qué te disculpas? - mamá hablo por fin.
- ¿No escucharon? - ambos se miraron entre sí y luego me miraron.
- Eres nuestra hija, sabemos que no debió ser fácil estar en ese mundo - mamá se acercó a mí, Akimi y Nagare solo observaban - los tres regresaron sanos y salvos - comenzó a derramar lágrimas.
- No sabemos que pasó ahí adentro, pero a pesar de lo que haya sucedido tienen que seguir adelante - papá se paro detrás de mamá y tomo mi barbilla levantando mi rostro - Lo que importa es la razón por la que lo hiciste - me sonrió cálidamente.
Comencé a llorar de nuevo. Todos se acercaron a mi y me abrazaron.
Me sentía bastante culpable, quería que mis padres me regañaran, pero no lo hicieron, al contrario, trataron de consolarme y hacerme sentir mejor.
Llegamos al consultorio de mi padre y me senté en la cama de exploración. Estábamos los dos solos, mi madre fue a ver a aquel chico y mis hermanos fueron a su rehabilitación.
Mi padre saco algunos utensilios para curar mis heridas de un estante y se paro frente a mi.
Coloco alcohol en un pedazo de algodón y lo paso sobre mi mejilla, ardía demasiado, cambió el algodón y, después de ponerle alcohol, lo paso por encima de mi ceja y por último en mi labio. Cada vez que lo hacía dejaba salir pequeños quejidos de dolor.
- ¿Tan mal está? - pregunté.
- Tranquila, no necesitarás puntadas - me sonrió amablemente. Tomo de entre las cosas que había traído algunos parches y me los coloco con gentileza.
- ¿Por qué no se molestaron? - intente averiguar.
Mi padre recogió todo lo que había ocupado y lo puso en una bolsa de color verde. Luego dió un profundo suspiro y volteó a verme.
- ¿Por qué lo hiciste? - pregunto serio.
- Por que quería protejer a mis hermanos y mis amigos - dije en un susurro agachando la cabeza.
- No lo hiciste con malicia como otras personas - voltee a verlo sorprendida - Ya te lo había dicho, siempre has tenido buen corazón e intentas proteger a los demás sin importarte si sales herida. - Se formó un enorme silencio - En medicina hay situaciones en las que tenemos que elegir a quién queremos salvar, como abandonar a un bebé para salvar a la madre, abandonar a alguien vegetativo para salvar a alguien que espera un órgano y así... - se sentó a mi lado - En un escenario a gran escala o en un desastre, hay estándares para evaluar el "Nivel de daño" y priorizar a los que necesitan ayuda. Por supuesto...no es que podamos matar sin una buena razón. Una vida perdida no se puede recuperar sin importar el precio que se pague. Pero...alguien como tú también debe tener el derecho de pensar que alguien se salvó gracias a ti. Tienes el derecho de redimirte pensando en esa gente que salvaste. - No supe que decir - ¿Conocías al chico de hoy? - pregunto de la nada.

ESTÁS LEYENDO
Despierta
FanfictionContinuación de: Otra historia (SAO) Varios jugadores de SAO lograron regresar sin ninguna dificultad al otro lado, pero... Otros no despertaron por razones desconocidas. Confusión, felicidad, angustia, preocupación, encuentros, remordimiento, amor...