Familia

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(Narra Arami)

"Por favor, déjalo despertar". Toque la tela, rezando por un milagro y tirando suavemente las cortinas las aparte.

Pude ver una cara unidad de cuidados intensivos similar a la que yo había estado, incluso el colchón era el mismo. La luz del sol se reflejaba en las sábanas blancas, cayendo suavemente en la cara de Yato. Si no supiera que es lo que había pasado, habría pensado que estaba simplemente durmiendo.

Su bello cabello negro parecía ser más largo que el mío, su piel blanca translúcida.

Desde el cuello hasta la clavícula, sus rasgos eran exactamente los mismos que en ese mundo.

Labios color cereza. Pestañas largas, sus ojos están temblando como si fueran a abrirse en cualquier momento. Si no fuera por el casco creería que solo está dormido.

El NERvGear. Sus tres pálidas luces LED intermitentes brillaban como estrellas, la evidencia de que seguía funcionando. Incluso ahora, su alma todavía está atrapada en algún mundo. Tomé su mano derecha con las mías, sintiendo su calor. La sensación de su agarre firme como lo había sentido de la misma manera antes. Contuve la respiración, tratando desesperadamente de contener las lágrimas mientras decía su nombre...

- Yato... - en un susurro. Me fue imposible contener por más tiempo mis lágrimas, comenzaron a caer sobre mis mejillas.

Fui alertada entonces por el sonido de las puertas corredizas abriéndose, y volví mi atención a los dos hombres que están entrando en la habitación.

- Arami - me llamo Reisi.

Rápidamente limpie mis lágrimas y le sonreí.

- Hola.

Reisi entro a la habitación con un hombre mayor con una expresión facial tranquila. Por su físico y apariencia, parecía ser un hombre animado y confiado.

-Él es mi padre - dijo mientras señalaba a aquel hombre de pelo café claro, un poco largo, con algunas canas, supongo que es el resultado de dos años de preocuparse por sus hijos.

-Mucho gusto - me incline frente a aquel hombre.

- He escuchado mucho sobre ti - comenzó el hombre - te agradezco que hayas estado con mis dos hijos en ese mundo - su voz es serena y tranquilizadora - mi nombre es Munakata Sasori.

- Mucho gusto señor Munakata.

- Gracias por venir a ver a mi hijo, estoy seguro de que el estaría feliz de que estés aquí.

- Con permiso - Fushimi salió de la habitación, parecía estar un poco molesto.

Fui tras él.

-Espera - le pedí antes de que saliera de la habitación.

-Te espero afuera - dijo sin detenerse mientras salía de la habitación y cerraba la puerta detrás de él.

Me detuve en seco. ¿Por qué se habrá molestado tanto? Regrese al lado de Yato.

El señor Munakata estaba colocando un retrato en el mueble que se encontraba debajo de la ventana junto a otro. Me acerque un momento para observarlos.

En uno se encontraba la foto de una joven de cabello largo negro y ojos castaños que bestia con un uniforme colegial.

- ¿Ella es Yuki? - pregunté en voz baja a Reisi

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- ¿Ella es Yuki? - pregunté en voz baja a Reisi.

- Si - respondió amablemente - y ella es nuestra madre - señaló el retrato de al lado.

Lo observé detenidamente, el retrato es de una mujer de pelo negro largo y un poco ondulado de ojos rojo vivos, vestía un sombrero blanco con una cinta amarilla adornandolo y un vestido del mismo color con adornos lilas.

- Es hermosa - dije sin pensar

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- Es hermosa - dije sin pensar.

- Lo fue hasta el final - el señor Munakata cambio su expresión tranquila por una melancólica. - Tengo que regresar al trabajo - se acercó a mí y posó su mano en mi hombro - Ven a verlo cuando desees - me dedico una sonrisa amable. En seguida, caminó hacia la cama de Yato y se inclinó - Regresaré pronto - dijo mientras acariciaba su cabello. - Con permiso.

El hombre salió despacio de la habitación dejándome sola con Reisi y Yato.

Reisi se sentó en un pequeño sofá delante de la cama donde se encontraba Yato dormido.

- Kuroh quería mucho a nuestra madre, cuando ella falleció él fue el que sufrió más, incluso en ese momento fui débil y le dejé toda la responsabilidad - Reisi se quedó callado por un momento. - Ella tenía un tumor cerebral, yo estaba comenzando mis estudios en la universidad, quería aprender lo más rápido posible para poder ayudarla, no venía a verla por qué iba a conferencias relacionadas con su padecimiento o estudiaba para algunos exámenes, no me había dado cuenta de que lo único que hacía era evitar estar aquí. Yuki inconscientemente hizo lo mismo y comenzó a asistir a cursos después de clases y papá trabajaba mucho para poder pagar la hospitalización y nuestros estudios. Kuroh era el único que siempre estuvo con ella, siempre venía sin falta después de la escuela, incluso dejo el club de robótica para poder venir. - No sabía que decir - Cuando mamá murió Kuroh pidió cambiar su apellido por el de ella. Mi padre acepto de inmediato.

Sabía que Yato había cambiado su apellido, pero no sabía la razón, él debió ser muy cercano a su madre. Mire el retrato de aquella mujer alegre, luego regresé mi mirada a Reisi.

-Ya es tarde - dijo por fin después de un profundo silencio.

Mire la ventana, el sol comenzaba a esconderse, el cielo se volvía naranja.

-Supongo que tengo que irme - dije resignada, quería estar más tiempo con Yato.

-Puedes venir cuando quieras - me sonrió.

-Regresare pronto - tome la mano de Yato y la presione con fuerza. - Nos vemos mañana - me despedí de Reisi.

Él solo me sonrió.

Salí de la habitación, Fushimi estaba sentado en el piso. Parecía seguir molesto. Se puso de pie y sin mirarme comenzó a caminar, llamó al ascensor, este no tardó nada en abrir sus puertas y entramos de inmediato, Fushimi presiono el botón PB, el ascensor cerro sus puertas y comenzó a descender.

Llegamos abajo y caminamos de nuevo por ese largo pasillo para llegar a la puerta y salir del hospital. Fushimi caminaba un poco rápido, al llegar a la moto saco el paquete de la bolsa tracera de la moto y me lo entrego.

-¿Cuál es la siguiente parada? - me preguntó intentando parecer tranquilo.

Leí la dirección y la coloque en una aplicación de mi teléfono que nos ayudaría a saber que camino seguir, se lo entregue y él lo coloco en uno de los manubrios de la moto. Coloque el paquete de nuevo dentro de la bolsa y Fushimi la cerro. Me entrego el casco y después de que me lo puse me ayudó a subir a la moto, luego él se puso su casco, se subió a la moto y coloco la llave en la ranura que se encontraba frente a él para luego girarla. La moto hizo un rugido y arrancó. Abrace a Fushimi por la cintura y continuamos nuestro camino...

DespiertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora