Despierta

Leyenda

(Narra Arami)

En cuanto llegamos a lo que parecía ser un castillo, aquel chico de cabello azul me llevo frente a un hombre de cabellera larga azul y una túnica blanca, en cuanto me vio, asintió, en ese momento el chico me arrastró hasta lo que parecía ser un calabozo. El chico me encerró en una celda y se fue sin decir nada.

Si me desconecto mi avatar se quedará aquí, de nada serviría, si muero no se qué pueda suceder.

Me senté en el piso y seguí revisando mi lista de objetos, no había nada más que no estuviera nombrado con signos de interrogación. Un letrero llamó mi atención, uno que tenía a un lado de los signos "objeto nuevo" con letras rojas y llamativas, presioné sobre este, entre mis manos apareció un audífono parecido al que use en GGO, lo coloque en mi oído, pero no parecía tener señal, tal vez aún no lo activa Nagi.

Solté un suspiro resignada y cerré mis ojos. Tengo que encontrar la manera de salir de aquí.

A lo lejos se comenzaron a escuchar pasos que se acercaban con lentitud. Me apresure y me puse de pie, me acerque a las rejas e intente visualizar a quien se acercaba. Una sombra iluminada con la luz de una antorcha se aproximaba.

- ¿Por qué estoy aquí? - intenté averiguar, sin embargo aquella persona no respondió nada y continuo acercándose - Déjame salir - pedí.

Un pequeño gato Montes de pelaje color azul apareció del otro lado de la reja. Cuando el chico llegó frente a mi, note que el gato paso de mi lado apresurado, cómo si se estuviera escondiendo.

- No te dejare ir hasta que veas a la Reina - contesto de mala gana, la voz se me hizo muy familiar.

Alce la vista, enfrente de mi estaba el mismo chico que me trajo aquí.

- No he hecho nada malo - intenté defenderme.

- Estabas con dos Salamander y un Cait Siths - realmente parecía furioso - ¿Qué hacías ahí con ellos? - comenzó a interrogarme - ¿Piensas traicionarnos? - ¿Traición? - ¡HABLA! - gritó bastante molesto.

Me quedé callada y mantuve mi mirada firme, no sabía que responderle, realmente no sabía nada de este mundo.

El chico al darse cuenta de que no hablaría, se dió la vuelta y se alejó sin decir nada.

Regrese al fondo de la celda y me senté en el mismo lugar. El pequeño gato Montes azul se acercó a mí y me miró.

- ¿Estás perdido? - pregunté mientras lo acariciaba.

- Ten cuidado - una voz sonó en mi cabeza - aún no ha terminado - esa voz me es bastante familiar.

Busque a mi alrededor, no había nadie más que el gato. Lo cargue y lo puse frente a mi.

- ¿Quién eres? - me dirigí al gato. Pero este no dijo ni miau.

Presioné sobre él. "E.D." . Aquellas siglas aparecieron sobre él. Las mismas siglas de aquel chico de cabello negro.

- ¿Eres él? - el gato asintió. Sentí como mis ojos se cristalizaban. Acerque al gato a mí cuerpo y lo abracé - creí que no te volvería a ver - mis lágrimas comenzaban a salir. Sentí como aquel gato se acurrucó en mis brazos.

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(Narra Nagi)

- ¿Alguna señal de Arami? - pregunté.

- No me permiten pasar - el micrófono de Ai se encendió, indicándome que él era el que respondía.

Shintaro entro a la habitación.

- ¿No deberías estar en el juego?

- Creo que les seré de más ayuda afuera - dijo serio y se sentó en una silla al lado de mi - ¿Puedo? - señaló a uno de los teclados.

- Adelante - tenía curiosidad de lo que esté chico podría hacer.

Se colocó unos audífonos y comenzó a teclear.

- Arami debe estar en los calabozos, si quieren que su micrófono funcione necesitará más potencia - me asome al monitor donde estaba tecleando - el resto, a excepción de Ai, están reunidos en el bosque, donde aparecieron - continuo explicando mientras seguía tecleando.

- ¿Por qué la capturaron? - intento averiguar Reisi.

- El objetivo del juego es llegar a la cima del árbol del mundo - el chico seguía tecleando mientras hablaba de manera sería - se dice que sobre este árbol se encuentra la Ciudad Flotante y que la raza que supere la misión más importante de ALfhein Online, llamada Los Guardianes del Árbol del Mundo, y llegue a dicha ciudad, tendrá una audiencia con el Rey de las Hadas Oberon que vive allí, quien será capaz de hacerlos renacer en hadas verdaderas - el juego parecía tener una trama interesante - El límite para sobrevolar ALfheim impuesto sobre el sistema les será eliminado y el vuelo ilimitado será posible. Adicionalmente serán capaces de convertirse en la raza Alf, gobernante de ese cielo infinito - miró de reojo el folder que se encontraba al lado de los teclados - esos dos chicos deben pertenecer a esa raza, viven en la ciudad flotante - tecleo unas últimas letras y separó las manos del teclado - se dice que al principio todas las razas trabajaron en conjunto, pero una de las razas, los Salamander, quería toda la victoria, el líder de esta raza comenzó a poner a todos los demás líderes en contra y comenzaron a pelear entre ellos - esa debe ser la razón por la que se llevaron a Arami cuando la vieron con Fushimi y Haru - listo, ella será capaz de comunicarse.

Presioné sobre el micrófono de Arami.

- ¿Arami? - pregunté dudoso.

- ¿Nagi? - respondió sorprendida en tono de pregunta.

Sentí como me inundaba la felicidad.

- Felicidades chico - dije mientras le daba una palmada en la espalda. - Arami, dinos donde estas.

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(Narra Arami)

- No lo sé - baje la voz un poco - parece como un calabozo o algo por el estilo.

- Ya vamos en camino - dijo una voz diferente a la de Nagi.

- No lo hagan, la meterán en más problemas - se escucho otra voz.

- Tiene razón - por alguna razón a esa hada le molesto que estuviera con Fushimi y Haru en el bosque - intentaré salir por mi cuenta y averiguaré algunas cosas.

- El único que te puede ayudar en este momento es Ai - distinguí la voz de Shintaro - ambos están en el territorio Undine.

Así que llegue al territorio Undine sin darme cuenta.

Se volvieron a escuchar unos pasos acercándose. Voltee a ver a E.D., aquel pequeño gato montes se apresuro a esconderse.

- Ya es hora - aquel hada se volvió a poner frente a las rejas de la celda y la abrió.

No pedí más explicaciones, salí de la celda y espere a que él se colocara frente a mi, al hacerlo me coloco de nuevo unas cadenas en las muñecas y jalo de mi.